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El aeropuerto de Noáin, a debate: entre la caída de tráfico y la posible privatización

La terminal de un aeropuerto / Foto: Efe.

Garikoitz Montañés

El aeropuerto navarro de Noáin registró, en noviembre de 2014, un tráfico de 10.899 pasajeros, según los datos provisionales que maneja Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). La cifra supone una caída del 0,8% con respecto a 2013. El balance es aún más pobre si miramos las últimas estadísticas por año, cuando la base cercana a Pamplona se quedó, por ejemplo en 2013, en 155.939 pasajeros, una cifra que contrasta con sus años de mayor despegue, como 2007, cuando había rondado el medio millón. El debate sobre la rentabilidad del aeropuerto está en la calle: por el coste de su nueva terminal y torre de control (Amaiur denunció en el Congreso que se hubiera adjudicado por más de 28 millones la ampliación sin que eso se tradujera en más pasajeros en los últimos años), por su pérdida de vuelos hasta quedarse únicamente con la conexión a Madrid, y por cómo aguantará la competencia del Tren de Alta Velocidad. Sin embargo, miembros de la plantilla de la base de Noáin, que en la actualidad cuenta con más de 35 trabajadores públicos, representan la otra cara de la moneda y se preguntan a quién interesa dar esa imagen de que el aeropuerto es un problema a evitar. Y tienen una respuesta: al interés del Gobierno central por privatizar los aeropuertos.

Fuentes de la plantilla aseguran que el Estado pretende agilizar la progresiva privatización de la empresa; de hecho, el diario Expansión ya ha anunciado que hay luz verde para la privatización del 49% de la firma y para su salida a Bolsa, lo que ha motivado una convocatoria de huelga (firmada por las centrales CCOO, UGT y USO) por parte del Comité de Aena, en principio de forma nacional, y, si no sale adelante, al menos en Barajas. Y, para que el Gobierno logre sus planes, estas fuentes creen que se aprovechan de que entre la ciudadanía pesa la imagen de que hay demasiados aeropuertos.

En el caso de Navarra, las cifras son palpables: en menos de 23.000 kilómetros cuadrados, se dispone de cinco aeropuertos, entre el navarro, los vascos y el riojano. En cuanto a Noáin, afrontó en su época de máximo esplendor, hace ya casi ocho años, una ambiciosa remodelación para doblar su capacidad y acercarse a los 1,1 millones de pasajeros anuales pero, aunque la caída se ha mitigado, el descenso de pasajeros es muy superior al bajón habitual provocado por la crisis, que ha rondado el 5%. En 2008, según denunció Amaiur en el Congreso de los Diputados, hubo 434.062 pasajeros; 336.000 en 2009, 230.415 en 2010, y así hasta los mencionados 155.939 de 2013. Desde el Gobierno, en cambio, han atribuido el descenso a la complicada situación del sector aéreo, tras la desaparición de Spanair y la caída de viajeros en Iberia y Air Nostrum.

Desde la plantilla de la terminal, por su parte, aseguran que este número de aeropuertos no es tan superior comparado con otros países europeos, y admiten que Noáin ha pasado de ser un aeropuerto muy digno en cifras a vivir sus peor época en cuestión de cifras, pero ofrecen una visión completamente distinta a la habitual. Aseguran que Aena puede asumir ese coste porque se trata de una red (de 47 aeropuertos y helipuertos), en el que el buen funcionamiento de unas bases permite asumir el de otras, y que si en 2013 el Gobierno anunció unos beneficios de 800 millones es porque la empresa funciona. El sindicato CGT, por ejemplo, ya apuntó en su día que penalizar a los aeropuertos con baja actividad supondría una “discriminación territorial”.

La difícil convivencia con el TAV

En este sentido, el director de la base navarra, Antonio García Aparicio, precisamente defendió, en una entrevista con eldiarionorte Navarra, que el descenso de ingresos repercutía en la empresa, que cuenta con presupuestos propios, pero no “en el bolsillo del usuario”. García Aparicio también respaldó los ajustes de gastos realizados por la empresa en general, que entre otras cuestiones propició que, en España, 1.050 trabajadores mayores de 55 años se acogieran a un ERE voluntario.

Los trabajadores y trabajadoras de Noáin, por su parte, creen que en este tema debería defenderse la gestión pública, aunque, según lamentan, desde las instituciones navarras estén más interesadas en apostar por el Tren de Alta Velocidad y, por ello, prefieran olvidarse del aeropuerto. Pero, ¿necesita Navarra mantener dos infraestructuras tan ambiciosas como el TAV y la remodelación de Noáin? Conscientes del debate que esto puede provocar entre la ciudadanía, desde la plantilla han organizado para este miércoles una charla en la librería Katakrak de Pamplona donde, a partir de las 19:00 horas, intervendrá un representante del Comité de Empresa de Barajas. El título del evento creen que es premonitorio: Privatización Low Cost. Aeropuertos a precio de saldo.

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