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De huertos, matonismo político y diálogo

Huerto vecinal urbano Gloria Fuertes

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La vocación política y pública debería basarse en el diálogo y debería ser el principio rector de las relaciones entre la ciudadanía, la Administración y los actores políticos. Sin embargo, durante los últimos días hemos podido observar cómo las formas que empañan la política nacional se han trasladado a la política municipal.

Esta, que es la más cercana a las ciudadanas y los ciudadanos, debería regirse por otros códigos, porque, finalmente, los Ayuntamientos y las Juntas Municipales de Distrito están mucho más cerca de la vecindad, incluso de los que pertenecen a su oposición, que lo que pueden estar el Gobierno de España y las administraciones de las comunidades autónomas. Aunque no sorprende, dadas las formas con las que nos tienen habituados desde el Ayuntamiento de Madrid, es cuando menos desagradable que la primera respuesta de una asesora de José Fernández Sánchez, concejal presidente de la Junta Municipal de Distrito Centro, ante la iniciativa de un barrio sea precisamente la de amedrentar y coaccionar, no la de sentarse, no la de escuchar, no la de trabajar para mejorar la vida de las personas.

¿El contexto en el que se formuló a través de Twitter esta amenaza? En la Plaza de Lavapiés hay unos parterres que llevan abandonados desde que se terminó su reforma de hace ya más de dos años y medio, con un riego que no funcionaba y sin un solo seto que alegre el barrio –paradójico, porque a menos de dos kilómetros está el Ayuntamiento adornado con margaritas, pensamientos, orquídeas…– que han sido ‘ocupados’ por unas vecinas y vecinos en el que han labrado el Huerto Urbano Vecinal Gloria Fuertes. Este jardín lleva siendo trabajado desde abril y ha devuelto el color verde a Lavapiés, barrio que se encuentra en una zona con una alta carencia de árboles –11,3 de vulnerabilidad contra el 12,1 que marca el máximo de la ciudad, según IGUALA, el Índice de Vulnerabilidad Territorial Agregado–.

Esta iniciativa popular cumple con varios propósitos, el primero y el más evidente, el de dotar al barrio de una zona verde; el segundo, hacer un homenaje a la poetisa Gloria Fuertes y, el tercero, crear un punto de encuentro. Devolver el barrio a unas vecinas y vecinos, muchos de ellos mayores, que cada día lo sienten menos suyo y más de los turistas y que se notan olvidados y abandonados por el Consistorio.

Replantamos Plaza Lavapiés, el grupo impulsor del Huerto Urbano Gloria Fuertes, tiene un carácter vecinal y apartidista, sin ninguna fuerza política inmiscuida en su funcionamiento, y así desea seguir siendo. Pero aquí, al igual que en todo proyecto que salga desde la ciudadanía, Podemos, como fuerza política viva del barrio, del distrito y de la ciudad, dará un paso adelante con el objetivo de defender los intereses de las vecinas y de los vecinos. 

Las peticiones de poner vallas –porque se han hecho dos– para circuncidar y proteger el jardín durante las fiestas de San Lorenzo, que deberían haber sido algo tan sumamente fácil de conceder –sin coste económico o político–, han sido denegadas. Tras una campaña en redes de la que se han hecho eco varios medios (cuando se lidia con un Consistorio tan sordo a las peticiones de la ciudadanía, la única manera de hacerse escuchar es haciendo ruido), la primera y única respuesta que se ha recibido por parte de la Junta Municipal del Distrito Centro, y en boca de una asesora directa del concejal presidente, ha sido una amenaza velada.

Es por ello que, y buscando siempre el bienestar de las vecinas y de los vecinos a través de una política de entente y diálogo, aprovechamos estas líneas no tanto para criticar las formas, los modos y el abandono que sufren todos los habitantes del distrito Centro, sino para pedir acciones. Solicitamos una reunión con el presidente de la Junta Municipal de Distrito Centro, José Fernández Sánchez, para transmitirle una lista de medidas sin coste, que, sin embargo, servirían para mejorar la vida de las ciudadanas y los ciudadanos del Distrito Centro que preside.

Decimos sin coste porque sabemos que los presupuestos de este año están cerrados, aunque estos no son precisamente unos presupuestos por los que en ningún momento habríamos votado. Decimos sin coste porque mejorar la vida de los habitantes de Madrid debería ser el principal objetivo del Ayuntamiento y de las Juntas Municipales de Distrito. Decimos sin coste porque escuchar solo enriquece y esperamos devolver a la política municipal el tono, las formas y la funcionalidad que la ciudadanía ansía.

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