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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Legislar a cañonazos

Elisa Beni

Son tan listos y, sobre todo, tan prepotentes que puestos a someterse a los chinos lo hacen por la vía rápida. A ser posible, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, o sea, sin consultar. Entrando como un elefante en una cacharrería, sin importarles un bledo llevarse por delante el concepto internacional que intenta cerrar los espacios de impunidad para crímenes tan atroces relacionados con los derechos humanos que no pueden ser amparados por las meras fronteras físicas. Tal cosa es gravísima y, después de que el gobierno socialista ya se sometiera en su día y rebajara el listón, ahora prácticamente la hacen inoperante. Gravísimo. Como lo es contravenir las normas internaciones suscritas al respecto por España. Intolerable.

Pero es que aún es peor. Lo cierto es que para cargarse esta “justicia de progres”, que así es como la consideran los del PP, han tirado por el camino de en medio con urgencia y se van a cargar la posibilidad legal de perseguir crímenes de esos que la derecha considera “serios”. Lo han hecho tan rematadamente mal que al reformar el artículo 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial no sólo van a acabar con estas cosas de los derechos humanos de la izquierda, sino que van a dificultar gravemente la persecución de todo tipo de delincuencia trasnacional. Sí, señores del PP, también de esa que les importa tanto: la trata de seres humanos, la piratería, las redes de prostitución, la ciberdelincuencia o la pornografía infantil y la mutilación genital femenina. Sí, incluso del terrorismo internacional.

Haciendo reformas a cañonazos van a contentar a los chinos y a todos los malos del mundo mundial. No lo digo yo. Los fiscales de la Audiencia Nacional andan que se suben por las paredes. Hay quien se preguntan si lo que buscan es cargarse definitivamente ese órgano al limitar de una forma tan brava sus posibilidades de actuación en la persecución de delitos que afecten al crimen organizado.

O lo remedian en el Senado o vamos de cabeza. Pero ustedes sigan sin consultar nada. Háganlo por las bravas. Que entre Rajoy, Gallardón y una pasada de Margallo les damos patente de corso a los malos y luego, cuando suceda cualquier tema desgraciado que nos conmocione y tengan que explicarle a la gente por qué no lo podemos perseguir fuera de nuestras fronteras, nos dicen que fue porque les dieron un masaje a los chinos sin ni siquiera estudiarlo.

Como consecuencia de la reforma aprobada ya, de forma hiper urgente, en el Congreso se tendrán que archivar casi todos los procedimientos de Justicia Universal que se instruyen en la Audiencia Nacional. Aunque, ya lo sentimos señores del Gobierno, quizá no todos. Tal vez algunos refereridos a Guatemala o al Sahara sigan vigentes. Incluso puede que en el marco de estos, que afectan de forma más directa a España, algún juez les presente cuestión de constitucionalidad ante el TC. Todo puede ser y seguro que será.

Jabonemos a los chinos, señores del Gobierno. Aunque para ello nos carguemos el esfuerzo de lucha contra formas de criminalidad organizada como las citadas que forman parte de los objetivos prioritarios de la Unión Europea. ¡Que más da la UE habiendo un mercado chino por medio! Cuba es una dictadura infecta. No da pelas. China ya, si eso, lo hablamos. Contenten al gigante amarillo aunque eso suponga neutralizar la respuesta y la posibilidad de investigación de graves crímenes cometidos por grupos organizados y, además, traicionar la confianza que nuestros socios tienen en que cumplamos nuestras obligaciones en este sentido.

¡Qué mas da! Tenemos mayoría absoluta. No se nos olvida. No se preocupen. Y mucha soberbia. Eso es lo que deberían reconsiderar.

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