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La campaña de Sumar que deseo

Daniel Alvarez Berdugo

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Después del jarro de agua fría que han sido las elecciones municipales y autonómicas (donde las hubo) del 28 de Mayo y del sorpresivo y aterrador (por lo que pueda deparar a la izquierda del PSOE) adelanto electoral, he decidido escribir en positivo y hacer una lista de deseos respecto a lo que quisiera ver en los próximos días y semanas en el espacio a la izquierda del PSOE. Para este ejercicio asumo que irán todos unidos, pero el cómo entra ya en dicha lista de deseos.

Sí, todos los partidos y personas progresistas independientes que quieran participar en estas elecciones generales deberían formar parte del partido SUMAR (o Movimiento SUMAR). Está claro que no habrá primarias, lo que tiene un lado bueno y uno potencialmente malo. El bueno es ahorrarnos el temido “o conmigo o contra mí” que ha caracterizado anteriores primarias en ese espacio de la izquierda. El potencialmente malo es cómo se negocien esas listas. Mi deseo (o propuesta) es dar prioridad al pragmatismo. Las esencias están muy bien para filosofar sobre las distintas formas que la izquierda puede mejorar nuestras vidas, pero los potenciales votantes de la izquierda necesitan caras conocidas o personas con larga trayectoria política o de implicación social. Por eso mi deseo es, para provincias pequeñas (3-5 diputados) asegurar el primer puesto a alguien muy reconocido en dicha provincia dentro de los ambientes progresistas, a ser posible alguien que no genere animadversión entre distintas corrientes de dicha progresía, independientemente del partido en el que milite (sin descartar independientes) y después rellenar los siguientes puestos de las listas con listas cremallera de los distintos partidos en función de su implantación y actual representación en esos territorios. En provincias grandes con más diputados en liza, no descartaría una estrategia similar, especialmente si no hay expectativas realistas de lograr más de un diputado en esas circunscripciones. de nuevo, haciendo uso del pragmatismo, se debería intentar que entre los cabezas de lista haya gente con reconocido bagaje en los distintos temas que se tratan en el Congreso en sus múltiples comisiones, siempre enraizando con las principales preocupaciones de cada provincia.

La campaña que deseo no debería formularse tanto en el “evitar que llegue la ultraderecha” sino en emociones positivas que se puedan relacionar fácilmente con las políticas progresistas que defiende la coalición. Ya se ha intentado muchas veces avisar de que viene el lobo y nunca ha servido de mucho (al contrario). Además creo que se deberían plantear 2 o 3 campañas totalmente distintas en función del territorio, diferenciando claramente la España periférica (Galicia, Asturias, Euskadi, Catalunya, Valencia, Baleares y Andalucía) de la España vaciada (CyL, CLM, Extremadura, Aragón) y central.

Para la España periférica desearía ver una exaltación de lo que España significa para los progresistas. Una España a la que queremos por su diversidad, su riqueza cultural. Una España que SUMA a sus diferentes gentes para tirar adelante, sin intentar homogeneizar. Aceptar que mucha riqueza cultural de España está vinculada a la religión, desde el respeto y la apreciación de sus expresiones, sin inmiscuirse ni intentar institucionalizar (ya que queremos un país laico) pero abrazando lo que significa la Semana Santa, el Rocío, el Camino de Santiago, el Xacobeo, etc: un recordatorio de nuestra historia, la unión popular alrededor de estas celebraciones. Hacer mucho uso de imágenes de celebraciones propias de cada región de España, especialmente aquellas donde la comunidad se junta (fallas, castells, Semana Santa, el Rocío, etc).

Para la España vaciada, de nuevo, apostar por las emociones positivas. Intentar unir a las generaciones más ancianas con las más jóvenes. Cómo los abuelos quieren para sus nietos lo mejor que puede dar su tierra. Cómo desde un partido progresista se puede asegurar el bienestar de los mayores y dar oportunidades a los jóvenes. Que los cabeza de listas de esas provincias tengan mucha experiencia en mantener comunidades vivas y con futuro.

Finalmente, para la España central, apostar por un futuro positivo, con más facilidades para primera vivienda, una sanidad y educación pública de calidad y el respeto para todos los madrileños y el resto de españoles.

En resumen, una campaña que no es contra nadie, sino para lograr cosas positivas para todos, en una España plural, enraizada en su pasado pero con visión de futuro.

Después del jarro de agua fría que han sido las elecciones municipales y autonómicas (donde las hubo) del 28 de Mayo y del sorpresivo y aterrador (por lo que pueda deparar a la izquierda del PSOE) adelanto electoral, he decidido escribir en positivo y hacer una lista de deseos respecto a lo que quisiera ver en los próximos días y semanas en el espacio a la izquierda del PSOE. Para este ejercicio asumo que irán todos unidos, pero el cómo entra ya en dicha lista de deseos.

Sí, todos los partidos y personas progresistas independientes que quieran participar en estas elecciones generales deberían formar parte del partido SUMAR (o Movimiento SUMAR). Está claro que no habrá primarias, lo que tiene un lado bueno y uno potencialmente malo. El bueno es ahorrarnos el temido “o conmigo o contra mí” que ha caracterizado anteriores primarias en ese espacio de la izquierda. El potencialmente malo es cómo se negocien esas listas. Mi deseo (o propuesta) es dar prioridad al pragmatismo. Las esencias están muy bien para filosofar sobre las distintas formas que la izquierda puede mejorar nuestras vidas, pero los potenciales votantes de la izquierda necesitan caras conocidas o personas con larga trayectoria política o de implicación social. Por eso mi deseo es, para provincias pequeñas (3-5 diputados) asegurar el primer puesto a alguien muy reconocido en dicha provincia dentro de los ambientes progresistas, a ser posible alguien que no genere animadversión entre distintas corrientes de dicha progresía, independientemente del partido en el que milite (sin descartar independientes) y después rellenar los siguientes puestos de las listas con listas cremallera de los distintos partidos en función de su implantación y actual representación en esos territorios. En provincias grandes con más diputados en liza, no descartaría una estrategia similar, especialmente si no hay expectativas realistas de lograr más de un diputado en esas circunscripciones. de nuevo, haciendo uso del pragmatismo, se debería intentar que entre los cabezas de lista haya gente con reconocido bagaje en los distintos temas que se tratan en el Congreso en sus múltiples comisiones, siempre enraizando con las principales preocupaciones de cada provincia.