Rohaní logra que Parlamento respalde al ministro de Ciencia en el quinto intento

Después de rechazar a cuatro candidatos y lograr el cese del anterior ministro de Ciencia, Investigación y Tecnología, finalmente el Parlamento aprobó hoy para el cargo a Mohamad Farhadí, el quinto nombre propuesto por el presidente, Hasán Rohaní.

Farhadí logró el apoyo de 197 diputados y obtuvo el voto en contra de 28 diputados y 10 abstenciones, poniendo fin a la disputa entre la Cámara y el presidente para lograr por fin poner alguien al frente de ese Ministerio, clave porque controla las universidades e instituciones educativas del país.

El nuevo ministro era hasta hoy presidente de la Media Luna Roja iraní, equivalente a la Cruz Roja, y fue titular de Cultura entre 1985 y 1989 bajo el primer ministro Mirhoseyn Musaví (hoy detenido por participar en las protestas contra la polémica reelección de Mahumd Ahmadineyad en 2009) y de Sanidad bajo el gobierno reformista de Mohamad Jatamí (1997-2005), informó hoy la radio pública Farhang.

Hace una semana el Parlamento negó dar su confianza al último candidato propuesto por Rohaní, Fakhredin Ahmadí Danesh Ashtianí, y antes había rechazado también la anterior propuesta, el rector de la Universidad de Teherán, Mahmud Nilí Ahmadabadí.

La dificultad para rellenar este puesto es una muestra del enfrentamiento de Rohaní con el mayoritariamente conservador Parlamento, que cada dos por tres exige comparecer a sus ministros para dar explicaciones de sus distintas políticas y ha sacado ya tarjeta amarilla a varios de ellos.

El argumento de los diputados para rechazar a los candidatos fue su presunta participación en la denominada “sedición”, las protestas de 2009 y acusación de fraude en la reelección de Ahmadineyad.

El último ministro de Ciencia, Reza Farayí Daná, fue retirado del cargo en agosto después de que 62 legisladores presentasen una moción de censura por su supuesto “comportamiento inaceptable”.

Los diputados firmantes acusaron a Daná de ejecutar políticas que “impiden el crecimiento científico y conducen a las universidades al extremismo”.

Su cese se fundamentó en su decisión de sustituir a altos cargos universitarios más radicales por otros más moderados, además de permitir el regreso a las universidades de estudiantes que participaron en las protestas de 2009 y fueron expulsados por ello de las aulas.