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Santamaría perfila una dura oposición interna a Casado al no lograr una cuota “digna” en la dirección del PP

Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado.

Iñigo Aduriz

Pablo Casado no quiere “corrientes internas” en el nuevo PP. Pero la perdedora de las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría ya prepara una dura oposición interna al presidente de los populares tras considerarse maltratada en la configuración de la nueva dirección del partido. En el Comité de Dirección, núcleo duro de la formación conservadora compuesto por once dirigentes –el presidente, el secretario general, seis vicesecretarías y los portavoces en Congreso, Senado y Parlamento Europeo–, solo habrá una representante del equipo de la exvicepresidenta, la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, que ocupará la Vicesecretaría de Política Social. Y en el conjunto de la estructura directiva, compuesta por 51 cargos, solo diez serán cercanos a Santamaría.

La exvicepresidenta había exigido el 43% de los puestos al reivindicar el mismo porcentaje que obtuvo en la votación de los compromisarios en el congreso del fin de semana que ganó Casado con el 57% de los apoyos. Pero en la configuración de su dirección, el nuevo presidente decidía dar un golpe de autoridad creando una estructura a su medida, con más cargos para los afines a María Dolores de Cospedal –que quedó eliminada en la primera vuelta de las primarias y que apoyó a Casado en la segunda– que para los de Santamaría. Esto hacía que a última hora del miércoles el equipo de esta última decidiera dar por rota la negociación.

Este jueves la guerra era total. Santamaría decidía torpedear la imagen de unidad que pretendía dar Casado en la presentación de la nueva dirección en Barcelona dejando vacía la silla que le había reservado para ella el nuevo presidente. Un gesto que, según explican dirigentes cercanos al líder de los populares, augura una cruenta batalla interna en los próximos meses. A pesar de haber rechazado la vocalía propuesta por Casado, la exvicepresidenta mantendrá su escaño en el Congreso de los Diputados, donde pretende ejercer su influencia en el Grupo Parlamentario que ahora pilotará Dolors Montserrat, muy cercana a Cospedal, su enemiga interna.

“Que asuman su derrota”

Además, diputados afines al presidente del PP creen que Santamaría trasladará ahora la pugna interna a todos los procesos de elección de candidatos que tengan lugar en el partido antes del periodo electoral que se abrirá en 2019 con los comicios autonómicos y municipales. “Soraya y Arenas [uno de los principales apoyos de la exvicepresidenta] van a intentar colar a los suyos y van a tratar de dejar sin opciones a los candidatos más cercanos a Pablo”, apuntaba un destacado alcalde cercano al líder de los populares. “Esperemos que asuman la derrota cuanto antes y que por el bien del partido respeten el resultado de las primarias”, añadía una diputada regional.

Pero Casado ha optado por una purga de los apoyos de Santamaría que dificultará la integración. El caso de Arenas, que sale de la dirección del PP y que tampoco seguirá como número dos del Grupo Popular en el Senado ejemplifica esa limpieza. Él ha pasado los últimos 20 años en puestos clave del PP, bien al frente del partido en Andalucía, como ministro de José María Aznar o bien como secretario general del partido. Ahora será un senador raso.

Tras la presentación de la nueva cúpula por parte de Casado, el entorno de Santamaría optaba por el silencio. Por la mañana, José Luis Ayllón, uno de los principales apoyos de la expresidenta, que ha encabezado las conversaciones con el equipo de Casado, manifestaba su “tristeza” por no haber conseguido una “representación digna” en la dirección del PP. “Me produce cierta tristeza por la forma en la que se han producido las cosas. Somos compañeros de partido desde hace muchísimos años, no me considero una persona compleja para trabajar conmigo ni considero eso sobre Bañez, De la Serna o muchas otras personas que han acompañado a Santamaría estos días”, decía en Onda Cero.

“Aquí no cabía negociación”

“La mitad de la estructura orgánica del nuevo equipo del PP es de otras candidaturas”, se defendía este jueves el presidente de los populares, quien recordaba que se comprometió “a hacer una integración al máximo nivel”. Por eso consideraba que el haber concedido al equipo de Santamaría “una Vicesecretaría y otras nueve Secretarías de área” iba en ese sentido. “Aquí no cabía negociación, cabía integración”, añadía. Asimismo, Casado anunciaba que la integración se manifestará igualmente en otras dos vertientes: “Respetaremos los resultados de los congresos provinciales y regionales y mantendremos las candidaturas ya nombradas para las elecciones municipales”.

El nuevo equipo liderado por Casado, que tiene como número dos a Teodoro García Egea y como tres a Javier Maroto, quiere centrarse en la labor de oposición al Gobierno de Pedro Sánchez en la que tendrá un papel determinante la nueva portavoz en el Congreso, Dolors Montserrat. Pero la actitud de la perdedora de las primarias ya está entorpeciendo la imagen de fortaleza y unidad del PP que lleva meses cayendo en picado en las encuestas y que pretendía recuperarse tras el proceso de la sucesión de Mariano Rajoy.

Las corrientes internas son “ineficientes”

El nuevo secretario general del partido, Teodoro García Egea, ha declarado este viernes en COPE que “este tipo de corrientes son ineficientes” y ha respondido a Santamaría y a su equipo que su propuesta “no parecía muy razonable” y que ahora “todos son compañeros” puesto que “no se puede tener una tercera vuelta”.

“Lo primero que vamos a hacer es convocar una convención de rearme en la que todos podamos debatir sobre el desarrollo de nuestras políticas de forma inminente, y nombrar ya a los candidatos a las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos”, ha dicho García.

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