Alberto Casillas, profesor de academia fantasma y cargo de confianza en el Banco de España hasta esta semana

Alberto Pozas

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No hay datos en España que reflejen cuántos opositores recurren a preparadores para intentar obtener su plaza en una administración pública. Tampoco cuántos de esos preparadores dan parte de su actividad o cuántos cobran en efectivo. Lo que sí existen son numerosos testimonios de esos opositores, sea cual sea la plaza que se están preparando, que relatan un sistema asumido y extendido de cobros en metálico por parte de los preparadores. Un reportaje de elDiario.es destapó en exclusiva en octubre del año pasado un caso concreto en el seno del Banco de España: tres inspectores cobraban miles de euros sin facturas ni recibos a aspirantes a formar parte del regulador bancario. Medio año después uno de ellos, Alberto Casillas, el único de ellos que ocupaba un cargo de confianza, ha sido destituido como alto cargo.

Tal y como reveló este periódico, al menos tres inspectores del Banco de España llevaban años preparando a decenas de opositores para un puesto que garantiza un sueldo de 55.000 euros brutos anuales. Decenas de alumnos a los que enseñaban cuatro asignaturas imprescindibles para ser inspectores de entidades de crédito y que, en la mayor parte de los casos, pagaban sin dejar rastro: en sobres y sin recibo, entregando el dinero en las casas de los preparadores o en cafeterías y restaurantes. Hasta 8.000 euros mensuales en efectivo llegó a cobrar alguno de estos tres inspectores, a razón de 160 euros por alumno.

Son Alberto Casillas Cuevas, su hermano Juan y Patricia Navarro-Rubio Poole. El primero era director del departamento de Resolución y los otros dos, inspectores. Su academia en la sombra a tres bandas no se publicitaba en ninguna página web pero era considerada como la vía más efectiva para llegar al Banco de España. En ese momento, el regulador bancario afirmó a este periódico que los tres tenían concedida la compatibilidad por parte de la Oficina de Conflicto de Intereses dependiente del Ministerio.

Medio año después, uno de los tres inspectores citados en la exclusiva de este medio ha abandonado su puesto de libre designación en el Banco de España, aunque continuará como inspector, una plaza que ganó a su vez en un concurso. Ya entonces elDiario.es señaló que el permiso concedido a Alberto Casillas en 2015 era para realizar “una actividad privada de enseñanza en el Centro de Estudios Profesionales”, entidad privada que nada tenía que ver con la academia oficiosa que llevaban los tres. Navarro-Rubio y Juan Casillas, por su parte, recibieron la autorización para cuando ya llevaban varios años dando estas clases.

Estas mismas fuentes ya reconocieron entonces que, una vez concedida la compatibilidad, no existía ningún tipo de control sobre las horas impartidas ni el dinero cobrado a los opositores ni, finalmente, sobre el método de cobro. Poco después de la publicación de los hechos en este periódico, el Banco de España abría una investigación interna en torno a la situación de estos tres inspectores. El resultado no ha sido hecho público.

Medio año después Alberto Casillas ha dejado su puesto, aunque no ha sido anunciado por el Banco de España ni enmarcado en el capítulo de las consecuencias de formar opositores sin la autorización adecuada. La destitución, han explicado fuentes del organismo, se ha producido en el marco de una reestructuración interna con algunos cambios reflejados en un comunicado.

“En mi casa de Boadilla”

La investigación de elDiario.es destapó la operativa que usaban estos tres inspectores del Banco de España para cobrar. En el caso de los hermanos Casillas, los opositores entraban de uno en uno en un local de la calle Fuencarral para entregar el dinero. Las instrucciones las impartía el propio Juan Casillas a través de sus clases telemáticas: podían pagar en su casa de Boadilla del Monte; en el domicilio en el centro de Madrid de su hermano Alberto o en la cafetería del centro de Madrid. En esas tres opciones no figuraban las transferencias, los pagos por Bizum o, en definitiva, cualquier método que dejara rastro.

Paralelamente, Alberto Casillas citaba a más alumnos en su casa del distrito de Salamanca para cobrar su parte. También lo hacía Patricia Navarro-Rubio en un coworking de la glorieta de Cuatro Caminos. En todos los casos este medio pudo comprobar la existencia de esos pagos en metálico. Uno de ellos llegó a recibir 8.000 euros mensuales.

“Pagué 10.000 euros”

Este periódico también recabó testimonios de decenas de alumnos que reconocieron el funcionamiento de este sistema que consistía en pagar 160 euros al mes por cada asignatura. Uno de los casos examinado por elDiario.es, por ejemplo, pagó más de 600 euros al mes durante casi dos años. Más de 10.000 euros desembolsados en metálico que, por tanto, no dejaron rastro: “No tengo ni una factura, ni siquiera un recibí. Siempre pagamos en sobres o fajos de billetes y en las casas de los profesores o en bares”, contó a este periódico.

Todos coincidieron también en dar la misma versión de cómo llegaron a estos tres preparadores: por la recomendación de otros opositores o trabajadores del Banco de España. Estas clases no se ofertaban en ningún tipo de anuncio convencional y los aspirantes a inspector acudían a ellos por las recomendaciones llegadas del boca a boca. Varios de ellos explicaron que estos tres reputados inspectores no eran los únicos del Banco de España que se ofrecían a preparar a opositores en términos similares.

La única salida, que además el Banco de España evita relacionar con el caso, es la de Alberto Casillas, cuya plaza en la dirección de resolución ha salido a concurso. Considerado como una eminencia de la contabilidad, lleva más de dos décadas en el Banco de España hasta que llegó en 2015 al puesto que acaba de dejar. Entre otras cosas, es miembro del comité de resolución de la Junta Única de Resolución (SRB, en sus siglas en inglés), el ente europeo que ejecutó la resolución del Banco Popular en 2017. También participa en la EBA, el supervisor bancario europeo, o el FSB, que une a los bancos centrales de las principales economías de todo el mundo.

En su cuenta de Linkedin, además, se presenta como “preparador de oposiciones a Inspectores de Entidades de Crédito del Banco de España e Interventores Generales del Estado en áreas de contabilidad, en su sentido más amplio, matemáticas financieras y sistema financiero” y ya en inglés añade que lo hace “on my own. Self-employed”. Es decir, él solo y por cuenta propia.