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Guerra en la vieja guardia de Ultras Sur: condenado por robar 100.000 euros a la peña madridista de Ochaíta

Un exdirectivo de la peña Veteranos ha sido condenado por apropiarse de 100.000 euros de la agrupación

Alberto Pozas

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Hace una década el Real Madrid tomó una decisión: expulsar a los Ultras Sur del estadio después de décadas de violencia y, en ocasiones, de compadreo con el propio equipo. La vieja guardia de los radicales del club blanco, liderada por el histórico José Luis Ochaíta, se aglutinó en torno a una peña bautizada como 'Veteranos' mientras se sucedían las luchas intestinas por el control de la organización. Una década después, uno de los fundadores de la peña y antiguo miembro del fondo sur del Bernabéu ha sido condenado a dos años de cárcel por quedarse con casi 100.000 euros de las cuentas de la agrupación, en un juicio en el que el propio Ochaíta tuvo que ir a declarar.

Los Ultras Sur nacieron en los años ochenta y tardaron muy poco en hacerse con los mandos de la grada del Santiago Bernabéu. Un grupo que poco a poco empezó a codearse con fascistas y nazis hasta que era imposible establecer la diferencia, que protagonizó infinidad de actos y altercados violentos y que llegó a tener una buena relación con el Real Madrid durante algunas de sus etapas. Buena relación que atestiguan fotos de jugadores y directivos del club con banderas de los ultras mientras eran dueños y señores desde sus cuarteles en El Refugio o el Drakkar.

Una de estas fotos es la de Roberto Carlos entregando su camiseta a José Luis Ochaíta en 2005 a pie de campo. Líder de los Ultras Sur durante su etapa de mayor influencia en el Bernabéu, 'Ocha' –que niega ser nazi pero se define como “de derecha-derecha, franquista”– y otros históricos como Álvaro Cadenas perdieron el timón del grupo cuando una facción más joven y con un renovado apetito por la violencia se puso al frente. Señalados entonces por integrarse en la nueva Grada Joven de Florentino Pérez, Ochaíta y los suyos se lanzaron a fundar una nueva peña, llamada 'Veteranos', que a día de hoy cuenta con más de un millar de socios, reniega de la violencia y que también se encuentra envuelta en una guerra civil.

Según la documentación judicial a la que ha tenido acceso elDiario.es, la peña de los antiguos líderes de Ultras Sur acudió a los tribunales para denunciar que uno de sus fundadores, que también contaba con años de fondo sur en su currículum, había aprovechado su puesto como vicepresidente para, en varias tandas, hacer 663 transferencias desde las cuenta de la asociación por un valor de 98.146,02 euros que acabaron en sus cuentas personales. “Era más que un hermano”, lamentó Ochaíta en el juicio sobre el hombre que ha sido condenado a dos años de cárcel por apropiación indebida, además de la obligación de devolver el dinero. El entorno del condenado niega de forma rotunda todas las acusaciones y confía en que el Tribunal Superior de Madrid revoque la condena.

El presidente de la peña y antiguo cabecilla de los ultras del Real Madrid compareció en la Audiencia Provincial de la capital para explicar cómo se dieron cuenta de que faltaban casi 100.000 euros de sus cuentas. Fue en plena pandemia cuando el propio club contactó con ellos para decirles que no les iban a dar entradas para el partido entre Real Madrid y Shakhtar de Champions en el Bernabéu: la peña debía unos 10.000 euros al equipo.

El tesorero reconoció ante los jueces la “dejadez” con la que se llevaban las cuentas de la peña por la “confianza” que existía entre sus miembros. Después de la advertencia del club, tiraron del hilo y descubrieron cientos de transferencias desde las cuentas de la peña hasta las cuentas de uno de sus fundadores y de su entorno, muchas en una época de pandemia en la que los campos de fútbol estaban cerrados al público.

La Audiencia Provincial ha optado por condenar a este fundador de la peña a dos años de prisión por un delito continuado de apropiación indebida, además de a pagar una multa de 1.080 euros y devolver todo el dinero que, según los jueces, se quedó. Una condena que, en caso de ser declarada firme, no implicará su entrada obligatoria en prisión, aunque por el momento no es definitiva: el acusado ha recurrido su condena ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, según ha sabido este periódico.

En su recurso, el cofundador de la peña Veteranos aporta más de un giga de documentación recopilada en 6.000 folios para denunciar la falta de pruebas contra él, criticar que se haya optado por la vía penal y no por la civil para solucionar este caso y alegar el “pleno conocimiento” que José Luis Ochaíta y el resto de la directiva tenía de que él tenía “un derecho” para “ir cogiendo” ese dinero.

La acusación que ejerce la peña Veteranos, representada por el letrado Manuel Matamoros, ha pedido al TSJM que confirme su condena. Los documentos que aporta ahora, dice la impugnación del recurso, “estaban en su poder muchos años antes del juicio oral” y que “no hay el menor rastro de la alegada autorización” de la peña para disponer de sus fondos. Su relato exculpatorio, afirma, es “errático y contradictorio” y en esa peña, como en el resto, el trabajo para sacar adelante su actividad era voluntario.

“Nadie cobraba nada”

El conflicto entre la peña de Ochaíta y el condenado viene de lejos y se ha traducido en que, en la actualidad, es él quien ha manejado varias redes sociales de la propia peña y ha colgado sus denuncias de irregularidades contra la directiva en la propia página web de la agrupación, hoy fuera de servicio. Considerado como “más que un hermano” por el exlíder de Ultras Sur, su estrategia de defensa consistió en reconocer que había hecho buena parte de las transferencias pero también en explicar que se dedicaba casi en exclusiva en trabajar para la peña –“era lo más bajo, me dedicaba absolutamente a todo”, afirmó en el juicio– y que la carga de trabajo era tan intensa que le impedía disfrutar de tiempo con su familia.

Según ha sabido elDiario.es, en paralelo a este proceso penal el condenado ha impulsado un pleito por la vía de lo social reclamando que la Justicia reconozca su relación laboral con la peña. En un primer momento un juzgado se negó, reconociendo que “no percibía salario alguno ni firmó contrato o documento alguno ni fue dado de alta en la Seguridad Social”, pero el Tribunal Superior de Justicia ha ordenado repetir el juicio laboral. También ha interpuesto diversas acciones civiles y penales denunciando irregularidades en la gestión de los socios por parte de la peña, impugnando acto y juntas del último año y medio y denunciando también injurias y calumnias.

Este es un asunto que también salió a relucir en el proceso penal y la Audiencia entiende que las declaraciones del resto de testigos impiden considerar que esos cientos de transferencias podían tener un trasfondo laboral: “Nadie cobraba nada”, explicó uno de los miembros de la peña. “No hay prueba de que estuviera autorizado para percibir cantidad alguna por el desempeño de sus tareas administrativas”, dicen los jueces. Algunos conceptos de las transferencias, dice la sentencia, eran “realmente extravagantes”, como los que aludían a un “último plazo del IBI”. Otros se realizaron durante la pandemia, cuando no había público en los campos de fútbol. En el juicio compareció incluso el director del área social del Real Madrid para explicar cómo funcionaba la relación del club con las peñas.

La guerra interna en la peña que crearon los antiguos líderes de Ultras Sur todavía está lejos de terminar: esta condena no es firme, no se ha ejecutado y se puede llevar hasta el Tribunal Supremo. Una pelea judicial que se solapa con la evolución de un fondo sur, ahora denominado Grada Fans, donde coexisten peñas y agrupaciones como Primavera Blanca –que apuesta por “renunciar a la violencia y a la expresión de ideas y mensajes racistas y homófobos”– la Clásica o Veteranos, que repudian la violencia y en algunos casos tienen entre sus filas a antiguos miembros del grupo ultra vinculados con la ultraderecha.

El último ejemplo del enfrentamiento entre las dos almas que antes compartían la grada sur del Bernabéu llegó esta semana con el partido de Champions que enfrentó al Real Madrid con el Braga portugués. La grada sur desplegó una pancarta en la que podía leerse: “Fuera violentos de los estadios”. Aficionados del equipo desplazados a Braga a finales de octubre, aglutinados en unas 70 peñas, denunciaron en un comunicado la presencia de miembros de Ultras Sur en Portugal y haber necesitado presencia policial para evitar altercados. Las mismas peñas que denuncian que pasaron años necesitando escolta para entrar al Bernabéu sin sufrir las represalias de los que seguían apostando abiertamente por la animación violenta del equipo.

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