CRÓNICA

Macarena Olona, la diva que ha sido capaz de poner nervioso a Abascal

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Macarena Olona se encuentra en Latinoamérica en una gira para promover el arte sacro andaluz. No es un titular generado de forma aleatoria por un algoritmo con ganas de diversión, sino un hecho, al menos según la versión que ha dado la propia exdiputada de Vox. Mientras tanto, su partido o expartido o futuro partido –elijan la versión que les parezca más creíble– se encuentra inmerso en una situación inédita. Ahora son sus dirigentes los que parecen perplejos ante una amenaza exterior que se manifiesta con arrogancia, medias verdades o argumentos que solo pretenden ridiculizar. Están probando la misma medicina que ellos han aplicado a otros partidos.

Olona no está recluida en su casa o en Latinoamérica reflexionando sobre su futuro personal. Está agitando el avispero para poner nerviosos a los dirigentes que la enviaron a las elecciones andaluzas contra su voluntad y que luego se quedaron pasmados al ver que ella abandonaba el escaño alegando razones de salud.

Ahora dice que ya lo tiene claro y que será Santiago Abascal el primero que se entere a la vuelta de su viaje. Hasta entonces, le hará sudar. La alicantina dio el lunes una entrevista a Carlos Herrera en la Cope que incluía un ajuste de cuentas con sus enemigos internos. “Lo que hemos vivido después de las elecciones andaluzas nunca lo había vivido en mi partido”, dijo, confirmando que cree que alguien debe pagar por todo esto y que no va a ser ella.

Se refirió a “algunas filtraciones en medios de comunicación que identifiqué absolutamente con filtraciones internas que me causaron muchísimo dolor”. Vox era antes “una familia”, comentó, lo que seguro que habrá sorprendido a los dirigentes locales y regionales a los que desde Madrid se dice hasta cómo deben sentarse y hablar en público.

Olona ha conseguido quebrar la imagen de unidad de Vox, favorecida siempre por el hecho de que todos están obligados a cumplir lo que ordene la dirección nacional. También ha admitido que el partido está perdiendo apoyos. En un triunfo del eufemismo muy revelador, ha dicho que ha conocido a personas “que se han desencontrado con Vox”. Es algo que en el partido no admitirían ni bajo tortura. Y Olona está con el cuchillo hurgando en la herida y esa sonrisa con un punto sádico que le gusta poner cuando está atacando a sus rivales.

Por la reacción de Abascal la semana pasada en una entrevista con Federico Jiménez Losantos, se nota que le está doliendo. El presentador le preguntó por la situación de Olona y ahí se hizo pedazos la imagen del líder de Vox que supuestamente no tiene miedo a nada ni nadie.

Tardó cuatro segundos que se hicieron eternos en empezar a responder y el comienzo solo dejó claro que no sabía qué decir: “No, no soy capaz de explicar muchas cosas, Federico”.

Si se estaba mordiendo la lengua, lo peor fue después cuando comunicó para sorpresa de todos que Olona había abandonado el partido: “Yo creo que para ser abogado del Estado no puedes estar afiliado a un partido”. Esa limitación legal no existe, según ha dejado claro la propia Olona. Ni siquiera ha vuelto a la Abogacía del Estado, ya que ha aplazado su presunto regreso hasta diciembre. Quizá entonces tampoco, porque de sus palabras se deduce que está preparando el regreso a Vox. No en Andalucía. Bien puede ser que pretenda volver a presentarse a candidata al Congreso por la provincia de Granada en las elecciones generales de 2023.

Olona se ha mantenido en los titulares con su participación en verano en el Camino de Santiago con todo el histrionismo del que es capaz. Fue recibida con sorpresa por las razones de salud que le habían impedido trabajar en el Parlamento andaluz, pero no meterse decenas de kilómetros entre pecho y espalda. Después, le ha tocado el turno a una breve gira de conferencias en universidades, cuya primera etapa en Granada ofreció la imagen de ella escoltada por un alto número de policías para protegerla de los manifestantes.

Este viernes, tiene previsto dar otra conferencia similar en Murcia. Probablemente se traduzca en más fotos, más titulares y el mensaje de Olona de que está siendo perseguida por sus ideas, no como esos traidores en Vox que filtraron noticias sobre ella desde sus despachos. Ortega Smith, está pensando en ti.

El victimismo no causa efectos inmediatamente. Hay que invertir en él. Olona ha puesto en la cabecera de su cuenta de Twitter su foto siendo escoltada por la policía en Granada.

Los modales de diva de Olona en el Congreso contribuyeron a cimentar su fama entre los partidarios de la extrema derecha. En la línea de sus compañeros de escaño, no dedicaba mucho tiempo a explicar el programa del partido. Era más gratificante centrarse en atacar con gran agresividad las ideas de los demás. Como un toro, les gusta pensar a los de Vox. Como Michael Myers en las películas de 'Halloween', es otra forma de describirlos.

En su repertorio habitual, aparecían amenazas a otros políticos, acusaciones o promesas de que iban a ser empapelados en los tribunales a causa del presunto genio jurídico de ella misma. Siempre con la sonrisa en los labios, porque los demás debían comprobar que estaba disfrutando del momento.

No había límites para la munición que empleaba: “Usted llamó franquista a Ordóñez y lo siguiente fue el tiro de ETA y su asesinato”, le dijo a Odón Elorza, diputado socialista y exalcalde de San Sebastián. Elorza y Ordóñez compartieron equipo de gobierno en el Ayuntamiento como alcalde y teniente de alcalde. ¿Pero quién puede dar importancia a los hechos cuando lo que importa es destruir la reputación del enemigo y gozar del culto de los seguidores?

A Olona se la ve con ganas de utilizar todo lo que tenga a mano para conseguir su retorno triunfal. Que los votantes de Vox crean que sin ella no hay esperanza. Por eso, ha subido a Twitter un artículo de Juan Manuel de Prada en ABC que la pone a caldo. Con el estilo cursi y relamido que le caracteriza, el escritor procede a despiezar a la exdiputada. “De la derechita jaque, tú pensaste ser reinona, porque querías que España te venerase a ti sola. Pero sólo has conseguido ser blanco de crueles coñas, de sainetes y esperpentos y de sátiras zumbonas. ¡Macarena, para el carro, se te está yendo la olla!”.

Evidentemente, Olona quería que sus 400.000 seguidores en la red social fueran muy conscientes de lo mucho que la odian por defender a España tanto los rojos despreciables como los derechistas resentidos. Abascal debería salvarla cueste lo que cueste, les está diciendo. Por España y por la olla que hay dentro de la cabeza de Olona.