Un guardia civil que intervino el 1-O en Sant Andreu de la Barca destaca la pasividad de la pareja de Mossos d’Esquadra que estaba en el centro. “Los mossos no se acercaron a la puerta del centro, lo vieron desde la distancia”, afirma. Escribe Oriol Solé.
Cuando decidieron entrar en el centro para incautarse de las urnas, recibieron patadas y puñetazos, asegura. A preguntas del abogado Jordi Pina precisa que ningún agente de la unidad resultó herido.
Asimismo, a preguntas del letrado Xavier Melero, el agente asegura que no recibió ninguna orden de sus superiores para actuar cuando se lo pidieran los Mossos d’Esquadra ni que en caso de grandes concentraciones se retirara a una zona segura y llamara a los antidisturbios de la policía catalana. Sí indica que en este supuesto se tenía que llamar a sus superiores de la Guardia Civil.