Pedro Sánchez se presentará a la investidura aunque se arriesgue a no sacarla adelante. El candidato socialista se someterá a una votación, aunque no tenga los apoyos amarrados con la idea de que el resto de formaciones se retrate, pero jugándosela a salir derrotado en el primer intento (eso supondría que se pusiera en marcha el reloj de dos meses para intentarlo de nuevo antes de que se convoquen automáticamente las elecciones). Escribe Irene Castro.