Pablo Casado intenta erosionar al Gobierno ante los socios de la UE con sospechas sobre la gestión de los fondos europeos

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

0

No es la primera vez. Al poco de llegar Pedro Sánchez a La Moncloa tras la moción de censura, Pablo Casado prácticamente se estrenó en Bruselas al frente del PP diciendo que el presidente del Gobierno se quería financiar una campaña electoral con el dinero presupuestado para políticas sociales. Y este año, después de sellar el Gobierno de coalición con Pablo Iglesias y Unidas Podemos, el PP ha maniobrado en varias ocasiones en Europa para erosionar el Gobierno. La última vez, este lunes, durante una reunión del presidente del PP con los embajadores de los 27 en España, un tipo de cita que no se produce habitualmente.

“Con los 27 embajadores de la UE he recordado mi propuesta ignorada por Sánchez de pactar el Plan de reformas y una agencia independiente para los fondos”, ha tuiteado Casado. Es decir, en pleno proceso de negociación del reglamento para el reparto de los fondos, cuando está en juego qué condicionalidades se van a terminar de exigir, cuando España encabeza los datos de contagios en la Unión Europea y es uno de los países más afectados por el descalabro económico de la pandemia –en términos de paro y caída del PIB–, el líder del PP agita el fantasma de la desconfianza en la gestión de los 140.000 millones que espera España de aquí a tres años para recuperarse de la crisis del coronavirus al reclamar la creación de nuevos organismos y expresar su oposición a la gestión del Gobierno del fondo europeo. Es decir, ni se fía de cómo se gaste el dinero ni de qué reformas se vayan a plantear.

La reunión se ha celebrado en la residencia del embajador de Alemania, país al que le corresponde este semestre la presidencia de turno de la UE, lo cual ha motivado una carta de la delegación de IU en el Parlamento Europeo al presidente del grupo popular en la Eurocámara, el alemán Manfred Weber.

En ella, los eurodiputados de IU, Sira Rego y Manu Pineda, piden a Weber que se desvincule de la “agenda de acoso y derribo al Gobierno” de Pablo Casado. “Casado esta vez se ha pasado de frenada. No sabemos si se habrá autoproclamado presidente delante de los embajadores de la UE, pero lo que está claro es que sigue obviando que perdió las elecciones y que el PP, inmerso en la operación Kitchen, no puede hablar muy alto de la gestión de lo público”, explica Sira Rego.

“Desde el inicio de la pandemia”, afirma IU, “el PP ha tratado de torpedear por todos los medios la gestión del Gobierno de cara a Bruselas. ”Primero hablaban de que el Estado de Alarma era un ataque a las libertades civiles, enviaron informes y cartas a la Comisión Europea y trataron de enfangar todo lo que pudieron los debates en el Parlamento Europeo. Y cuando eso no funcionó y se acordó el plan de recuperación, entonces pasaron al plan B, que era intentar que España no tuviera un acceso en buenas condiciones a las ayudas europeas“.

“Dado el amplio grado de consenso que se ha podido alcanzar en las instituciones europeas”, afirma IU en su carta a Weber, “y del que su propio grupo ha formado parte, en relación a este Plan de Recuperación, nos sorprende la actitud de sus compañeros españoles. Por ello, le solicitamos que aclare cuál es la posición del Partido Popular Europeo en esta cuestión, si está de acuerdo con la actuación del señor Casado y que aclare si ha participado de la organización del evento o ha facilitado su celebración en la embajada alemana en Madrid”.

El argumento de Casado de reclamar una autoridad por encima de los ministros para gestionar los fondos –también lo defiende Ciudadanos– alimenta una desconfianza que combatieron los países del sur en la cumbre de mediados de julio en la que se aprobó el fondo de recuperación. En aquel momento, el primer ministro holandés, Mark Rutte, precisamente quería tener derecho de veto en las ayudas para fiscalizar a qué se dedicaban y a cambio de qué. Rutte perdió, aunque se llevó para sí una suerte de freno de emergencia si se detectan problemas en el cumplimiento de las reformas para las que se recibió el dinero en algún país.

La campaña del PP con los socios comunitarios está sincronizada entre Madrid y Bruselas y van de la mano. Si en España el PP pide usar las cifras de los muertos contra el Gobierno en sus argumentarios; en Bruselas la jefa de la delegación, Dolors Montserrat, envía un informe con el membrete de los populares europeos junto con una carta firmada de su puño y letra al comisario de Justicia, el belga Didier Reynders, en el que cuestiona el Estado de derecho en España y acusa al Gobierno de querer “encubrir cifras que colocan a España entre los países con el mayor número de muertes en términos relativos”. Y todo esto mientras España está pendiente de un fondo de recuperación clave para reactivar al país tras la pandemia.

Esa carta, así como el informe elaborado con numerosos recortes de prensa, tiene el mismo espíritu, música y letra que la queja debatida en el Parlamento Europeo, presentada por un ex diputado del PP en el Parlament, en la comisión de Peticiones, presidida por la propia Dolors Montserrat. “En el espíritu de cooperación con el trabajo de vigilancia y análisis de las medidas de emergencia aplicadas por los Estados miembros que la Comisión está evaluando y en defensa de nuestros valores democráticos, nuestro estado de derecho y nuestros derechos y libertades, le enviamos la evaluación con la esperanza de que sea de utilidad para usted”, afirma Montserrat en la carta que adjunta el informe.

Los negociadores españoles que se sientan con los otros 26 para activar el fondo de recuperación y el próximo presupuesto de la UE reconocen que “tener consenso político nacional ayudaría sin duda ninguna; los consensos políticos ayudan a los Gobiernos, eso lo hemos visto mucho en Europa y esto no es una excepción”.

Este verano, en medio de las negociaciones del fondo de recuperación, el presidente del grupo popular en la Eurocámara, Manfred Weber, decía a El País y otros medios europeos: “Todo el grupo apoya la idea de que la solidaridad va acompañada de responsabilidad. También los colegas españoles como Dolors [Montserrat], Esteban [González Pons] o Pablo Casado, tienen muy claro que debemos insistir en que el dinero se invierta en el futuro del país para ayudar a crear oportunidades de trabajo y perspectivas para los jóvenes y en que eso debe quedar claro. Desde el PPE tenemos, por decirlo así, dos condiciones: no queremos desperdiciar el dinero en gastos del pasado, sino invertir en el futuro. Y el PPE no está dispuesto a que se financien las falsas promesas de Podemos”.

“El fondo de recuperación no debe terminar como un cajero automático para los estados miembros”, dijo Weber hace una semana al Financial Times: “Estoy muy preocupado. Cuando veo lo que los estados miembros ya han propuesto para sus planes de recuperación, hay muy poco valor añadido o proyectos nuevos ”.

El portavoz de Ciudadanos en la Eurocámara, Luis Garicano, en el debate del Estado de la UE, también usó unos términos similares: “El dinero hay que gastarlo bien. Algunos gobiernos quieren gastarlo de forma insensata. El vicepresidente del Gobierno español, por ejemplo, esta semana sugería que los fondos del plan de recuperación debían usarse para crear nuevas élites empresariales. Y yo quiero decir con absoluta claridad que haremos lo necesario para asegurar que el dinero se gasta bien, no se gasta para ayudar a amigos y amiguetes, que se utiliza para favorecer a las familias en educación, sanidad, luchar contra el cambio climático y proteger a nuestro planeta. Porque Europa no es un cajero automático, sino una oportunidad de luchar por el bienestar de nuestras familias”.

Misión ¿oculta? de Borrell

En su reunión, Casado también ha cargado contra el comisario español, Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea por “la misión oculta en Venezuela, pues se debe mantener la posición europea contra Maduro”.

Sin embargo, la propia Comisión Europea el viernes pasado insistió en que se había informado de la misión a los 27. Es decir, que los gobiernos de los embajadores con los que estaba reunido Casado, habían sido informados previamente de la misión enviada a Venezuela.

El Ejecutivo comunitario salió así al paso de las acusaciones del Partido Popular Europeo y de la portavoz del PP en la Eurocámara, Dolors Montserrat, que calificaban de “clandestina” la misión, e indicó que se había informado a los 27 y que contaba con su beneplácito.

“Se ha hecho en el marco de su trabajo diplomático y se ha informado a los Estados miembro antes de viajar”, señaló la portavoz comunitaria, quien defendió que hay un “mandato claro” de los 27 y del Grupo de Contacto para proceder con las mediaciones. “El mandato es para continuar las negociaciones con el Gobierno y la oposición en Venezuela para lograr una transición pacífica en el país”, añadió.

Fuentes del Gobierno español confirmaron el viernes que se había producido ese aviso al Ejecutivo por parte del grupo de contacto de la UE.