Los reyes de España realizarán su primer viaje oficial a Egipto entre el 16 y el 19 de septiembre de 2025. Aunque la visita de Estado de Felipe VI y Letizia Ortiz se anunció el pasado mes de febrero y en respuesta a una invitación del presidente egipcio, Abdulfatah al-Sisi, no ha sido hasta este pasado lunes cuando se ha confirmado la fecha. Fue el mismo día que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció una batería de sanciones contra Israel por el genocidio en Gaza, mientras la Comisión Europea planea suspender parcialmente el acuerdo comercial con dicho país. Egipto es uno de los principales mediadores y única frontera terrestre del territorio palestino.
Los reyes de España vuelven a Egipto 17 años después de la anterior visita, que se produjo en 2008, bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y con Juan Carlos I al frente de la institución. Para entonces no se habían producido todavía las revueltas de la denominada Primavera Árabe, que también afectaron al país norteafricano. Entonces, el presidente era Hosni Mubarak, quien gobernó el país durante 30 años. El principal mandatario actual es el coronel Abdelfatah Al-Sisi, quien llegó al poder en 2014 tras liderar un golpe de Estado contra el presidente electo, Mohamed Morsi.
Al-Sisi visitó España el pasado invierno en un viaje que sirvió para elevar las relaciones comerciales y políticas entre ambos países a la categoría de “asociación estratégica”. Y el viaje de Estado de Felipe VI y su esposa es un paso más en la intensificación de las relaciones de España con Egipto que se lleva gestando desde hace meses y que se ha producido en paralelo a la ofensiva del Gobierno de Benjamin Netanyahu en Gaza que ha derivado en una acusación de genocidio por parte de la Corte Penal Internacional.
El viaje de los reyes refuerza así los lazos entre ambos países y supone un espaldarazo a la labor de Egipto, cuyo peso específico en la región hace que la mayoría de países occidentales dejen de lado la vulneración de derechos humanos de la dictadura militar que lo gobierna.
Egipto juega un papel fundamental en la mediación y negociación del conflicto en Oriente Medio, tal y como se reconoció el pasado mes de febrero en una declaración conjunta de ambos países tras el periplo de Al-Sisi por España. “España encomia el papel de Egipto como mediador y garante del acuerdo de alto el fuego”, asegura el documento, suscrito en uno de los escasos y brevísimos momentos de relativa calma en Gaza.
Fuentes de la Casa Real aseguran a elDiario.es que “es importante que España esté presente” en el país en el contexto actual, pero que estos viajes de Estado son “de luces largas” y su preparación sobrepasa ese contexto. La visita tendrá así caráctero político, pero también “económico y cultural”, con una importante presencia en empresas y en los trabajos de recuperación del pasado egipcio.
Felipe VI tiene prevista una agenda que combinará actos institucionales, económicos y culturales, con reuniones con empresarios españoles y visitas a “misiones arqueológicas” de colaboración bilateral que ha permitido recuperar restos que se exponen en el Museo de Luxor. Una colaboración que ha permitido también instalar iluminación en el exterior e interior de algunos de los templos más importantes, como la pirámide de Giza, y que abren la puerta a que el país explote más una de sus principales fuentes de ingresos, el turismo. Los reyes visitarán algunos de estos lugares.
Pero el viaje tendrá un carácter político en un país que alberga por ejemplo la sede de la Liga de Países Árabes, lo que permitirá al jefe del Estado recibir información sobre la situación en la zona. Felipe Vi tiene previstas tres intervenciones públicas, una de ellas junto a Al-Sisi en las que “muy probablemente se referirá a la cuestión de Gaza”, según fuentes de Zarzuela.
En el comunicado de febrero, España celebró “los esfuerzos egipcios para facilitar la reconciliación entre las facciones palestinas”, con una mención expresa a que sea la Autoridad Palestina, y no Hamás, quien se haga con el control administrativo y político de Gaza. Ambos países se reafirmaron en el derecho de los palestinos a permanecer en su propio territorio, Gaza, lo que no solo choca con los intereses de Israel y EEUU, sino que afianza la posición de Egipto de mantener cerrado el Paso de Rafah, la frontera por la que entra a cuentagotas la ayuda humanitaria, pero que está cerrada para los palestinos que huyen del exterminio.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido uno de los líderes que ha defendido con más ahínco esa labor de mediación en el conflicto. El 21 de octubre de 2023, tres semanas después del ataque de Hamás a Israel, participó en la cumbre por la paz que organizó Egipto en la nueva capital administrativa, situada a 45 kilómetros de El Cairo.
La presencia de Sánchez chocó con el perfil bajo de los enviados de otros países, como Estados Unidos, y marcó el respaldo inequívoco de España a los planes de paz de los países árabes. De hecho, el presidente hizo un llamamiento al alto el fuego, sumándose a voces como la del secretario general de la ONU, António Guterres, ante el silencio de la mayoría de los países europeos.
El viaje de los reyes coincide en el tiempo con el endurecimiento de la posición de Sánchez respecto al genocidio que Netanyahu está perpetrando en Gaza, donde más de 63.000 personas han sido asesinadas. El Gobierno ha anunciado el impulso de una ley para el embargo efectivo de armas a Israel, así como la prohibición de la entrada en el espacio aéreo español a aeronaves de Estado que transporten armas con destino a ese país y del atraque en los puertos a buques con combustible.
Felipe VI y la solución de dos Estados
“España ha hablado alto y claro en un momento de zozobra para el multilateralismo. En todo momento hemos tenido una posición inequívoca y coherente, le pesara a quien le pesara”, afirmó el presidente el pasado lunes, tras anunciar las nueve medidas con las que pretende elevar la presión sobre Israel y mandar un recado al resto de socios europeos. “Lo que está pasando en Gaza no tiene nombre, pero tiene una palabra que lo describe: es un genocidio”, denunció. “España no va a apartar la mirada de la barbarie ni a participar en este ejercicio de banalización del mal. No lo hemos hecho y no lo vamos a hacer”, remató.
Cuando Al-Sisi visitó España en febrero, Sánchez aseguró a los medios de comunicación “el rechazo rotundo de España y de su Gobierno a la propuesta de trasladar a la población palestina fuera de la Franja de Gaza”. “Gaza es de los palestinos y es parte del futuro Estado palestino”, aseguró.
España ha reconocido ya formalmente la existencia del Estado palestino. Y, como Egipto, defiende la llamada “solución de los dos estados” para poner fin a un conflicto armado que dura ya ocho décadas.
También el jefe del Estado se mostró favorable al reconocimiento de Palestina apenas unos meses después de los ataques de Hamás que Israel utiliza como excusa para expulsar a los palestinos de Gaza, anexionarse el territorio y construir un ‘resort’ vacacional de lujo.
En enero de 2024, tres meses después de los ataques de Hamás, Felipe VI aseguró: “Sin una solución política, que pasa por el establecimiento del Estado palestino junto a Israel, no será posible parar este ciclo de violencia o impedir que se vuelva a repetir”. Apenas 20 días después, el rey insistió en dos países “con garantías de seguridad mutuas, plena independencia y fronteras reconocidas”.
Los discursos del rey están supervisados por el Gobierno ya que, constitucionalmente, el jefe del Estado “no está sujeto a responsabilidad”. “Los actos del rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes”, asegura la norma fundamental.
Pero también los viajes de Estado cuentan con la dirección política del Gobierno de turno. Aunque ya desde esta semana hay cargos de la Casa del Rey en Egipto terminando de preparar la agenda de Felipe VI y Letizia Ortiz, es el Ministerio de Asuntos Exteriores quien debe liderar la preparación del viaje. Y será el titular de la cartera, José Manuel Albares, quien acompañe a los monarcas.