La aprobación de la reforma del IRPF este jueves en el Congreso de los Diputados ha supuesto un importante avance en el Estatuto del Artista, al contemplar la intermitencia de los trabajadores de la cultura. Una de las grandes demandas del sector como paso clave para lograr un trato fiscal más justo y equitativo para sus empleados. La finalidad de la reforma es adaptar la normativa que regula la determinación del rendimiento neto de las personas que se dedican a la actividad artística o cultural a las características propias de esta actividad.
El motivo que justifica este tratamiento fiscal específico es que los rendimientos del trabajo cultural no se corresponden con el momento concreto de la presentación en público de sus obras. Más allá de cuando llevan a cabo las interpretaciones, ejecuciones o creaciones concretas, existe un periodo de tiempo necesario e imprescindible para llevarlas a cabo. Esta es la intermitencia que, por lo tanto, provoca la irregularidad en la frecuencia de sus ingresos.
Además, la modificación establece un mecanismo de minoración de la carga tributaria de las retribuciones obtenidas en trabajos por proyectos con duración superior a un año.
Informa Laura García Higueras