Ni consenso ni integración en el PP: Madrid y Andalucía no se dan tregua en la batalla de Sevilla

Juan Ávila presentando las cartas de apoyo de dirigentes locales del PP en la provincia.

Antonio Morente

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Los ánimos siguen en llamas en el PP sevillano, donde la celebración el 27 de marzo del 15 Congreso Provincial tiene dividido al partido en lo que es un calco descarnado de la guerra entre Madrid y Andalucía, entre Pablo Casado y Juan Manuel Moreno Bonilla, por el control de las direcciones provinciales. Y las posiciones se mantienen, porque se reitera que ni habrá un candidato de consenso ni una lista se integrará en la otra, por mucho que ahora la guerra en Sevilla haya perdido posiciones en la lista de preocupaciones del PP nacional después de los frentes que se le abrieron este miércoles: elecciones en Madrid, mociones de censura en Castilla y León y Murcia…

Así que, por ahora, ni consenso ni integración, a no ser que se obligue a las dos partes a guardar las formas para no abrirle al partido más frentes de los necesarios. La cuestión es si esto es todavía posible, porque las dos candidaturas (la de la actual presidenta, Virginia Pérez, y la del alcalde de Carmona, Juan Ávila) son ahora dos bólidos que se dirigen el uno al otro a toda velocidad esperando que sea el otro el que se aparte del camino. 

Pérez tiene el aval de la dirección nacional y Ávila la de la ejecutiva regional, en una partida en la que Casado y Moreno Bonilla pelean a brazo partido por manejar el partido en Andalucía haciéndose con presidencias provinciales que les sean afines. Casado tiene ahora demasiados frentes abiertos, pero hay coincidencia en que su secretario general, Teodoro García Egea, no va cejar en su lucha por Sevilla. Moreno Bonilla, por su parte, vive una situación menos tensa en su territorio (incluyendo escenificación de unidad con Cs en el Gobierno andaluz), pero se expone a que una derrota de su candidato lance un mensaje de debilidad en cuanto a su control del partido.

Nacional y regional

“No necesito padrinos”, rechazaba este miércoles Virginia Pérez en una entrevista en Radio Sevilla sobre si Casado está detrás de ella, mientras que Juan Ávila ofrecía una rueda de prensa con la presencia del vicesecretario general del PP en Andalucía, Toni Martín, y de varios concejales en la capital, con su portavoz, Beltrán Pérez, al frente. “No soy un pelele ni un títere”, enfatizaba Virginia Pérez, a lo que Juan Ávila replicaba con la denuncia de tal cúmulo de “ilegalidades” en el proceso que teme que el congreso se convierta en “el mayor fraude de la historia de este partido” en Sevilla. 

Con los ánimos tan enconados, nadie quiere hablar de un candidato de consenso para que los actuales aspirantes den un paso atrás. “Un paso atrás ni para coger impulso”, lo descartaba Ávila. ¿Y la posibilidad de integrar ambas listas? “No estoy aquí para integrar ninguna lista”, así que esta opción sólo le vale “si yo soy el presidente, entonces llamaré a miembros de la otra candidatura para integrarlos”. “No voy a renunciar bajo ninguna presión o chantaje”, remachaba.

Pérez, por su parte, insiste en que Ávila en realidad ni siquiera quiere ser presidente provincial, que le han empujado a presentarse pero que lo que de verdad le gustaría es ser senador. Y precisamente de un senador del PP por Sevilla, José Luis Sanz, alcalde de Tomares, se ha dicho que podría ser el candidato de consenso, algo que ambas candidaturas rechazan. De hecho, a día de hoy no existe comunicación entre ambas candidaturas, conscientes de que esta partida se juega en las alturas.

Bases y poder orgánico

A día de hoy, encauzar la situación y enterrar el hacha de guerra no parece muy factible. Virginia Pérez ha ganado con rotundidad la batalla de los avales (1.328 frente a 271), pero esto no ha hecho que Ávila piense en renunciar, de hecho este miércoles exhibía un poder orgánico que considera incontestable: el apoyo del 90% de los distritos de Sevilla capital, de los responsables locales de 45 de los 85 municipios en los que el PP tiene presencia y de siete alcaldes de la provincia frente a los tres que apoyan a Pérez. 

Por eso, volvió a sembrar dudas sobre el proceso: “Es materialmente imposible que otra candidatura pueda ganar el congreso. Imposible… si se estuvieran respetando las normas y los estatutos de nuestro partido”. De hecho, buena parte de su estrategia se basa en interponer continuos recursos, que hasta la fecha han sido todos tumbados por un comité organizador del congreso… al que acusa de estar controlado por Pérez, de ahí que haya pedido el cese de tres de sus miembros y elevado algunas de estas denuncias ante el Comité de Derechos y Garantías del PP.

La actual candidata, por su parte, intenta ponerse de perfil, pero no rehúye la pelea. Así, frente a tanto apoyo de los cuadros del partido a Ávila, ella se presenta como “la candidata de las bases” y fundamenta su fuerza en que “llevo cuatro años cosiendo el PP de Sevilla”. “Tengo un curso de costura de 300.000 horas”, incidía en Radio Sevilla, al tiempo que replicaba a las acusaciones de Ávila reprochándole que lo que tendría que haber hecho es participar en la junta directiva en la que se constituyó el comité organizador para así consensuarlo.

Carta de protesta

Un comité organizador, por cierto, que lanzaba un comunicado para defenderse y subrayar que está actuando “de manera escrupulosa” y siguiendo los reglamentos del congreso, el estatuto del partido y las instrucciones emitidas por el PP para la celebración de estas citas. Considera también que es “rotundamente falso” que Pérez iniciara la recogida de avales antes de la convocatoria del congreso como asegura Ávila, al que de hecho han remitido una carta transmitiendo su malestar “al poner en duda la labor, la imparcialidad y la transparencia de este comité” con sus denuncias, “que están manchando la imagen del PP de Sevilla”.

Tres horas después de este comunicado, el comité organizador daba otra vuelta de tuerca y acordaba solicitar amparo al Comité de Derechos y Garantías del PP autonómico y nacional ante las “graves acusaciones” de Ávila, en especial el reproche de que esta cita congresual sea “el mayor fraude de la historia del PP”. “Esta situación atenta contra la imagen del partido y contra los integrantes de esta comisión organizadora”, se reprochaba.

Así las cosas, nadie da por ahora el volantazo y ambas candidaturas siguen en su carrera desenfrenada la una contra la otra. Si Madrid y Andalucía optan por seguir con el pulso en vez de imponer una tregua, hoy día el choque es inevitable y se antoja muy violento. Y eso que ambos candidatos reiteraban este miércoles que se consideran compañeros y, sobre todo, amigos... 

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