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Miriam Herrera: Las mujeres con discapacidad sufrimos discriminación múltiple

Miriam Herrera, presidenta de la Asociación Aragonesa de Mujeres con Discapacidad (Amanixer, en una entrevista con Efe, afirma que la suma de las dificultades que puede suponer tener una discapacidad y las propias del género hace que las mujeres con discapacidad sufran una "discriminación múltiple" .

EFE

Zaragoza —

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La suma de las dificultades que puede suponer tener una discapacidad y las propias del género hace que las mujeres con discapacidad sufran una “discriminación múltiple”, defiende Miriam Herrera, presidenta de la asociación Amanixer.

La Asociación Aragonesa de Mujeres con Discapacidad (Amanixer) agrupa a más de 130 socias que acceden a programas como el de empoderamiento para el empleo, servicios de apoyo social o psicológico y diferentes talleres.

Pregunta: En 2012 os convertisteis en la primera asociación de mujeres con discapacidad en Aragón, ¿cuál es el objetivo de Amanixer?

Respuesta: Sobre todo, promulgar y defender los derechos de las mujeres con discapacidad en primera persona, porque la mayor parte de usuarias de la asociación lo son. Es muy importante que la sociedad nos vaya viendo y teniendo en cuenta. También buscamos el empoderamiento para acceder a empleo, formación y, en definitiva, a cualquier ámbito de la vida social o civil.

P.- ¿Qué supone que a las desigualdades de género se sume la de la discapacidad?

R.- Es una discriminación múltiple. Tenemos todos los hándicaps que puede suponer tener una discapacidad y todos los que una mujer puede tener por género. Y eso siempre se va a traducir en tasas de empleo mucho más bajas: más bajas que las mujeres sin discapacidad y que los hombres con discapacidad.

También se ha tendido mucho a que las mujeres con discapacidad se quedaran en casa cobrando una pequeña prestación no contributiva. No se les incentivaba a que accediesen a formarse para tener un empleo porque desde el principio te decían que no ibas a poder trabajar, con lo cual, ¿para qué ibas a formarte?

P.- En el ámbito del empleo, ¿cuáles son las trabas más importantes que se encuentran?

R.- En determinados empleos se prima la imagen, como le pasaría a cualquier otra mujer. Pero en nuestro caso todavía es una discriminación mucho más importante porque no encajamos en esos roles sociales. Luego está la falsa creencia de que tenemos más absentismo, cuando eso no tiene por qué ser así.

P.- Precisamente, en Amanixer contáis con un programa para el empoderamiento y acceso al empleo.

R.- Buscamos dotar de habilidades prelaborales a las mujeres con discapacidad para que les sea más fácil encontrar un empleo: desde alfabetización tecnológica hasta todo lo que puede conllevar elaborar un currículo o hacer una entrevista de trabajo.

P.- Según los datos que manejáis existe un menor acceso a la educación. Por ejemplo, un 16 % de las mujeres con discapacidad no sabe leer ni escribir. ¿Cómo influye esto?

R.- Ahora es cierto que accedemos más a la enseñanza, pero en mujeres con discapacidad que ya tienen una edad nos encontramos con que o no han ido al colegio o muy poco. Además de que va a tener más difícil acceder al empleo, va a tener más posibilidades de ser víctima de violencia porque tiene una dependencia económica que a veces no la deja salir de ese círculo.

P.- ¿Es la razón por la cual se dan mayores tasas de violencia en las mujeres con discapacidad?

R.- Las tasas son mucho más altas por esa falta de independencia económica y, evidentemente, también porque somos más vulnerables al tener una discapacidad. Muchas veces también se da el caso de que la mujer con discapacidad no es consciente de que está viviendo una situación de violencia porque siempre ha vivido de esa forma.

Hay que tener en cuenta que la violencia no solo se ejerce por parejas o exparejas, sino que existe a nivel institucional, de las propias personas que se ocupan de los cuidados en el entorno, de las familias...

P.- También habláis sobre la esterilización forzosa, ¿cuál es vuestra posición?

R.- La consideramos como una forma de violencia. Aunque parece que es algo que ya no existe, a las mujeres sobre todo con discapacidad intelectual se las somete a procesos de esterilización y en muchas ocasiones sin informarles de para qué es el procedimiento.

Lo que se busca con esto es que no se queden embarazadas o que no tengan un riesgo de embarazo. Pero creemos que con una buena educación sexual no haría falta llevar a cabo una técnica que es invasiva en el cuerpo de la mujer.

Además, de alguna manera se está buscando también una impunidad sexual porque muchas veces las mujeres que están esterilizadas son víctimas de violencia sexual y no hay ningún indicio que haga que se sepa o que se pueda demostrar.

P.- ¿Es la sociedad lo suficientemente inclusiva con la discapacidad?

R.- Todavía no. Es cierto que hemos avanzado mucho y el mensaje es positivo. La visibilidad y la normalización es mayor, pero nos falta todavía mucho. Solo tenemos que hacernos eco de las personas con discapacidad que vemos trabajando, prestando servicios, en los medios de comunicación o en nuestro entorno.

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