La portada de mañana
Acceder
Investigación - Los préstamos que evitaron la imputación de Juan Carlos I
El mapa de las 65.000 viviendas turísticas ilegales que hay en España
Opinión - 'Sánchez, ante el capítulo decisivo', por Neus Tomàs

Antonio Cabana, experto en control de avispa asiática: “Cuando sienten que su nido está en peligro es cuando atacan”

Hace pocos días, la picadura de una avispa asiática o velutina provocó la muerte a un hombre de 55 años en Lugo. Es el tercer fallecido en menos de dos semanas que se produce en Galicia a causa de la picadura de este animal, que además de dolorosa puede resultar letal para personas alérgicas. Esta especie de avispas, llegadas desde Asia hace años, se han adaptado al clima atlántico y mantienen su presencia en el norte de nuestro país casi todo el año, aunque alcanzan su pico de actividad en esta época.

“Las últimas muertes que hubo fueron o bien cazando, que te encuentras el nido en el suelo y lo pisas, o desbrozando, que puede que ataques sin darte cuenta un nido que está a baja altura”, comenta Antonio Cabana, técnico que lleva el control de velutina de Seaga, la empresa pública que se encarga de la retirada de nidos en Galicia. 

Identificar el nido no es fácil, el experto reconoce que hay que tener práctica en diferenciar nidos de avispas “porque es muy parecido al de la avispa autóctona europea (‘vespa crabro’) y similar también, por lo menos en fases iniciales, al de otras especies de avispas: son todos de forma esférica poliforme hechos con celulosa”. “El de velutina normalmente tiene la entrada en la zona central y el de la avispa autóctona, normalmente, en la parte inferior. Pero son diferencias sutiles que no siempre se cumplen”, detalla Cabana. 

Nidos de avispa en árboles y hasta en el suelo

Además, no tienen preferencia por un lugar o altura concretos a la hora de edificar. “En esta época del año, sí que los nidos grandes que estén en árboles altos suelen ser de velutina, pocas más especies harían nidos ahora”, matiza el técnico. Pero no solo los encontramos en árboles: “Las construcciones de velutina se pueden encontrar en árboles, en matorrales, en el suelo...”

Por eso, a la hora de identificar la especie, el especialista recomienda fijarse en los individuos. “La velutina es una avispa de entre unos dos centímetros y tres y medio, muy oscura y con un anillo, el cuarto, de un color amarillo anaranjado. Y la ‘vespa crabro’ (la autóctona) tiene colores más hacia el amarillo intenso, con lo cual es muy diferente”, señala Cabana.

“Las velutinas no son agresivas, son igual de agresivas que cualquier otra especie de avispa”, reconoce el experto, que rebaja el alarmismo y recomienda dejarlas tranquilas si las identificamos. “Cuando sienten que su nido está en peligro es cuando se molestan, interpretan que hay una amenaza y es cuando atacan”.

Los errores más frecuentes ante las avispas

Por eso, el experto destaca que entre los errores más frecuentes que podemos cometer se encuentra: “Acercarse demasiado al nido, hacer aspavientos, intentar tocarlo con un palo o atacarlo”. “Por eso los ataques son casi siempre en labores propias del campo como el desbroce”, apunta.

Es por este motivo que la primera recomendación de Cabana es “dejar a las avispas tranquilas”, alejarse todo lo posible y después ponerse en contacto con las autoridades pertinentes, bien llamando al ayuntamiento o, en el caso de Galicia, con Seaga en el 012 para notificar la presencia del nido y facilitar los datos de localización para que puedan retirarlo.

“Nuestros capataces llevan un traje especial considerado EPI (equipo de protección individual), que evita la picadura porque no permite que el aguijón traspase”, aclara el experto de Seaga. “El traje cubre todo el cuerpo, cabeza incluida y con guantes”.

El procedimiento a seguir por parte de estos equipos comienza con la evaluación del riesgo y, “si está al alcance de la mano se retira después de neutralizarlo con biocida”, afirma el técnico. “Si el nido está en altura lo neutralizamos con la inyección de vectores que llevan biocida y a los pocos días ya se muere”.

Sin embargo, independientemente de que un nido se neutralice o no, su vida no dura más de un año. “El ciclo es anual y cuando el ciclo llega a su fin, los individuos del nido mueren”, explica Cabana, que detalla que los nidos nunca se reutilizan. “Al año siguiente, una reina que nació de ese nido y pasó el invierno hibernando, despierta al llegar la primavera, empieza el ciclo, forma un nido ella sola y a partir de ahí genera una nueva colonia”.