Las comunidades dejan a más de un millón de niños en situación de pobreza sin ayudas para el comedor escolar

España tiene deberes con los comedores escolares. Especialmente, con el alumnado más desfavorecido. Menos de la mitad de los niños en situación de pobreza disfrutan de algún tipo de ayuda pública para comer en sus centros educativos: las comunidades autónomas y el Ministerio de Educación (en Ceuta y Melilla) cubren al 11,2% de este alumnado, que supone sin embargo un 27,4% del total. La distancia entre ambas cifras se traduce en que 1.085.278 niños y adolescentes no reciben ningún tipo de ayuda para sufragar los comedores escolares.

Esta es una de las principales conclusiones del informe Garantizar comedor escolar sano y gratuito a toda la infancia en riesgo de pobreza, presentado por Save the Children este martes. El estudio analiza la cobertura de los comedores escolares en España, un servicio escolar que aúna lo sanitario con lo educativo pero que muchas comunidades no consideran un derecho subjetivo y no conceden ayudas aunque se cumplan los requisitos para recibirlas.

Se da la paradoja, denuncia la ONG, de que España tiene un problema con el sobrepreso, que alcanza al 28% de los menores (40% si se incluye la obesidad, según el informe Aladino del Gobierno), pero obvia uno de los elementos que podría ayudar a mitigar esta situación. El 6% de los menores de 16 años vive en un hogar que no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, según el informe.

También que el sobrepeso afecta principalmente a las familias de menor renta –esto está ampliamente demostrado por la ciencia–, pero los centros privados, con o sin concertar, tienen más usuarios de comedor en todos sus niveles educativos: casi la misma cobertura en el primer ciclo de Infantil, pero 55% frente al 38% en el segundo ciclo, 48% vs 36% en Primaria y 25% frente al 3% en Secundaria.

“Proporcionar alimentación saludable a través del comedor escolar es una medida eficaz y eficiente que mejora la nutrición y la salud de niños, niñas y adolescentes y tiene efectos positivos sobre su éxito educativo”, asegura Save the Children, que propone dedicar parte de los fondos de recuperación a construir más comedores y sufragar estas ayudas.

El bajo acceso a las becas o subvenciones se explica por dos vías, ilustra el informe: la primera barrera es que hay centros que directamente no tienen servicio de comedor escolar (desde el 30% de los colegios de infantil y primaria hasta el 90% de los institutos carecen de él); la segunda se debe a que “las ayudas son insuficientes, los niveles de renta establecidos para acceder son bajos y las ayudas no se consideran un derecho subjetivo”, desgrana Save the Children.

Esto último quiere decir que en varias regiones (Castilla y León, Cantabria, Aragón, la Comunitat Valenciana, Murcia e Islas Baleares) el sistema no tiene un presupuesto asignado para cubrir a todos los solicitantes. Se hace por concurrencia competitiva, lo que significa que se empiezan a repartir ayudas desde abajo y hasta que se agote el presupuesto designado, lo cual puede dejar fuera a personas que cumplen para recibir la ayuda.

El Ministerio, el que menos cubre

En toda España, solo Euskadi cubre a todo su alumnado vulnerable con ayudas para el comedor. Lo logra, sin embargo, sin ser la comunidad que más invierte en becas para el comedor, pero sí es la que menos niños en situación de pobreza tiene. Las zonas de las que se encarga el Ministerio de Educación están entre las que peor cobertura tienen: Ceuta y Melilla tienen un 35% de niños pobres, pero apenas un 5% cuenta con una ayuda para el comedor. Murcia, Extremadura y Castilla y León tienen una disparidad similar entre pobreza y cobertura, mientras Canarias también aloja un 30% de familias vulnerables, pero es la comunidad que más cobertura tiene, rozando el 25%.

Álvaro Ferrer, especialista en equidad educativa de Save the Children, explica que parte del problema con la no cobertura de muchos menores que necesitan la ayuda es que se establecen unos umbrales para solicitarlas excesivamente bajos, que dejan fuera a muchas familias. Un ejemplo sería Canarias: para poder optar a una beca hay que ingresar 554 euros al mes o menos para un familia de cuatro miembros, según Save the Children; en Murcia la cantidad a no superar son 616 euros mensuales.

Estas líneas rojas varían entre comunidades y están por debajo del umbral más bajo que marca la normativa para pedir una beca general y, por extensión porque son prácticamente el mismo, por debajo del umbral de la pobreza, denuncia Save The Children, que se sitúan ligeramente por debajo de los 20.000 euros anuales para una familia de dos progenitores y dos hijos. Solo Euskadi, Ceuta, Melilla, Galicia y Extremadura tienen situados sus umbrales por encima del de la pobreza para cubrir a más población.