La portada de mañana
Acceder
La confesión de la pareja de Ayuso desmonta las mentiras de la Comunidad de Madrid
El plan del Gobierno para indemnizar a las víctimas de abusos agita la Iglesia
Opinión - El pueblo es quien más ordena todavía. Por Rosa María Artal

Un jugador de parabádminton encuentra su silla destrozada tras viajar en Ryanair: “Si no puedo entrenar, ¿qué hago?”

David Noriega

0

Rubén Nova llegó este sábado ilusionado al aeropuerto de Sevilla, desde donde pondría rumbo a Jaén para participar en un campeonato de parabádminton. Pero la emoción se volvió en shock tras bajarse del avión de Ryanair en el que viajaba. En concreto, hasta que vio aparecer su silla de competición por la cinta de equipaje especial.

“¡¡Nooo!! ¡Le falta la rueda de atrás!”, exclamó en un primer momento ante su mujer y la persona de asistencia que le acompañaban. Según se iba acercando, comenzó a ver más desperfectos: las patas de los ruedines dobladas, la barra que sujeta sus piernas hacia adentro... “Parece que le ha pasado un coche por encima”, explica en conversación con elDiario.es.

“En ese momento, en mi cabeza dije: ya está, no puedo competir”, cuenta Nova, de 31 años. El joven sufrió una lesión medular en un accidente de moto en julio de 2020 y lleva jugando a bádminton desde el pasado mes de diciembre. En ese momento, dice, se quedó “en shock”. “Hay cuatro o cinco campeonato al año de parabádminton y este era el último. Yo llevaba entrenando todos estos meses e iba con ilusión porque me veía que había mejorado. Iba a demostrar mi mejoría. Además, mi pareja de dobles, Paco Motero, es campeón de mi categoría en individual e iba con la ilusión de jugar con él, pero al final nada...”, relata ya desde el municipio mallorquín de Andraxt, donde regresó en el siguiente vuelo. “¿Qué íbamos a hacer?”, se lamenta.

Antes, eso sí, su mujer se dirigió al mostrador de la aerolínea mientras Nova se quedó asimilando lo que acababa de ocurrir. Cuando se acercó, explica, “la chica del mostrador y el de asistencia, alucinaban”. “Me decían que llevaban 15 años trabajando allí y que nunca habían visto una silla así. Ella estaba con los ojos que se le salían de verme a mí”, continúa contando. Tras poner la reclamación en el aeropuerto, tuvieron que poner otra más vía internet y el deportista decidió contar lo que le había ocurrido en sus redes sociales. El tuit se volvió viral.

“Como se ha hecho viral, Ryanair lo ha visto –en Instagram es posible ver qué cuentas han visualizado tus contenidos–, pero no se han puesto en contacto conmigo”, lamenta Nova, “supongo que estarán esperando que les llegue la reclamación”. Con todo, al joven le resulta “extraño” no haber recibido una llamada o un mensaje de la compañía, para intentar tranquilizarle, ofrecerle alguna solución o “simplemente preguntar qué ha pasado”.

Porque al hecho de no poder competir este fin de semana se suma otro inconveniente, que puede ser aún mayor. Su silla de competición está hecha a medida y cuesta 7.500 euros. Ahora mismo, “no tiene arreglo”, por lo que Nova necesita una nueva y no es algo que se compre de un día para otro. “Cuando me hicieron esta silla tuvieron que tomarme las medidas en la tienda; enviárselas a la fábrica; la fábrica hace un plano y lo vuelve a mandar a la ortopedia; lo revisamos; lo vuelven a enviar y ya empiezan a fabricarla. Tardan tres o cuatro meses”, explica.

Un periodo de tiempo en el que no solo no podrá competir, sino que tampoco podrá entrenar. “Lo que más me fastidia es no poder entrenar. Yo me despierto, me levanto y me voy a entrenar cuatro días a la semana. He tenido problemas de rigidez y espasticidad y lo único que me salvaba era ir a entrenar. Es lo que me evade un poco, lo que me salva. Ahora si no voy a entrenar, ¿qué hago?”, indica, mientras espera una respuesta de Ryanair en los próximos días. “A ver cuándo contactan conmigo y no sé que solución me puedan dar... Pagarme la silla, me imagino”, dice.

Nova lamenta también la falta de comunicación. “Ni mucho menos pienso que lo hayan hecho aposta ni que hayan cogido la silla con mala leche. Habrá sido sin querer, alguien ha cogido la silla, se le ha caído y la han atropellado con el carro o cualquier cosa. Todo puede pasar, pero dilo; no la metas en el carro como si no hubiera pasado nada”, explica.

Esta redacción ha intentado ponerse en contacto con la aerolínea, pero no ha obtenido respuesta. En su página web indican que su oficina de prensa permanece cerrada los fines de semana. En la misma web señalan que las reclamaciones por daños o pérdidas del equipaje facturado se procesan “normalmente en 15 días hábiles”. 

Al día siguiente de la publicación de esta información la aerolínea Ryanair se puso en contacto con Nova para trasladarle que la compañía se haría cargo de una silla nueva.