La magistrada del juzgado número 3 de Ribeira ha decretado prisión incomunicada y sin fianza para el asesino confeso de Diana Quer. José Enrique Abuín se ha acogido a su derecho a no declarar ante la jueza, en funciones de guardia. El acusado ya se encuentra en prisión, acusado de dos delitos: detención ilegal y homicidio doloso, lo que indicaría que la jueza ve indicios de los delitos de secuestro y asesinato.
Por otra parte, el informe preliminar de la autopsia practicada al cadáver hallado dentro de un pozo en una nave abandonada en Rianxo (A Coruña) y que se cree que se trata de Diana Quer, indica que el cuerpo no presenta signos evidentes de violencia, aunque sí “indicios claros de criminalidad”.
Según han informado fuentes judiciales, este informe apunta a que el cadáver se corresponde con el de una mujer joven, de entre 18 y 20 años, de “cabello largo y oscuro”. La causa de la muerte, por el momento, se encuentra “a estudio” y “no se han hallado signos de violencia pero sí indicios claros de criminalidad”, apuntan las mismas fuentes.
El jugado número uno de Ribeira (A Coruña), encargado del caso Diana Quer, tiene previsto reabrir este martes la investigación tras la puesta de disposición judicial del autor confeso del asesinato de la joven madrileña. La investigación fue archivada de forma provisional hace casi nueve meses.
José Enrique Abuín, conocido como “El Chicle”, autor confeso del asesinato de Diana Quer, había llegado al juzgado este lunes poco antes de las nueve de la mañana. Estaba citado para declarar por el intento de secuestro de una mujer el pasado día 25 en Boiro y por la desaparición de Diana Quer.
La detención de Abuín fue posible gracias a las investigaciones de la Guardia Civil a raíz de un intento de secuestro de una persona el pasado 25 de diciembre en Boiro (A Coruña), y dado que figuraba en la lista de sospechosos por la desaparición de Diana Quer.
En la resolución del caso ha sido determinante el testimonio de la mujer del presunto asesino, que relató a los agentes que su marido no estuvo con ella la noche de la desaparición de la joven madrileña, en contra de lo que había dicho hace meses y que sirvió de coartada al autor confeso del crimen.