Los obispos eligen el miércoles al secretario general que sustituirá a Gil Tamayo

Los obispos españoles elegirán este miércoles al próximo secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que sustituirá a José María Gil Tamayo, quien abandona el cargo tras cinco años y después de haber sido nombrado obispo de Ávila.

La elección del nuevo secretario general de la CEE se producirá dentro la Asamblea Plenaria de los obispos que se reúne desde mañana en Madrid y que, como es habitual, será inaugurada por el presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, y contará con la intervención del nuncio apostólico en España, Renzo Fratini.

El martes por la tarde se conocerán los nombres propuestos por la Comisión Permanente de la CEE y también el de los candidatos que sean presentados por un mínimo de diez obispos y, entre ellos, la Asamblea Plenaria elegirá el miércoles por la mañana al nuevo secretario general.

Para salir elegido, el candidato propuesto debe contar con la mitad más uno de los votos de los obispos presentes en la Asamblea Plenaria y en la última votación se elegirá únicamente entre los dos nombres más votados.

En el caso de que haya un empate, el elegido será el candidato de mayor edad, algo que hasta ahora no ha pasado nunca.

Los estatutos de la CEE no obligan a que quien ostente este cargo sea un sacerdote. Lo que establece es una duración del mandato de cinco años con posibles reelecciones.

El elegido por la Asamblea Plenaria de la CEE sustituirá en el cargo a José María Gil Tamayo, que deja el cargo después de cinco años (2013-2018) durante los cuales la Iglesia española ha aprobado el documento “Iglesia, servidora de los pobres”, en el contexto de la crisis económica.

En una entrevista con la Agencia EFE, Gil Tamayo ha destacado la importancia de este documento después de una crisis que ha provocado “una brecha social muy importante” y una gran desigualdad y con el que la Iglesia ha querido señalar la importancia de “cohesionar el país, buscar la igualdad entre todos, y no pesar sólo en el rescate de las grandes instituciones bancarias, sino también en las familias”.

Ha destacado la figura del presidente Ricardo Blázquez, que “en este tiempo convulso” de elecciones continuadas e inestabilidad política, ha conseguido que la Iglesia apareciera acompañando a la sociedad española “iluminando, pero sin gritar más fuerte” y a la par sin entrar en el debate político.

Ha recordado también que durante su mandato, la CEE ha cumplido 50 años, en los que -a su juicio- la Iglesia ha contribuido a la vida democrática con figuras como el cardenal Tarancón, así como a la recuperación de las libertades y los derechos.

Con motivo de la celebración de este aniversario, la CEE recibió la visita de los Reyes de España, que destacaron el papel de la Iglesia en la cohesión social española y el trabajo a favor de la sociedad de organizaciones como Cáritas o Manos Unidas, ha recordado Gil Tamayo.

También durante estos cinco años, la CEE ha acordado una renovación de la institución con el objetivo de conseguir una mayor participación de los obispos en las tareas de la CEE y más agilidad y simplificación de sus estructuras.

Entre las cuestiones pendientes, Gil Tamayo destaca el no haber conseguido que el papa Francisco visitara España con motivo del Centenario de Santa Teresa de Jesús.

“No pierdo la esperanza y cada vez que vaya a ver al papa le recordaré que tiene una deuda con España y sobre todo con Ávila”, señala.

Precisamente Ávila cobra a partir de ahora una especial importancia para Gil Tamayo, después de haber sido nombrado por el papa Francisco obispo de esta diócesis, nombramiento del que asegura sentirse “muy afortunado”.