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La tragedia minera de Mariana cumple 4 años sin condenados por la Justicia

Fotografía fechada el 04 de octubre de 2019 del líder indígena Ailton Krenak, de 66 años, tras una entrevista con Efe, durante la apertura de la muestra fotográfica sobre la tragedia minera de Mariana, realizada en el Instituto Tomie Otake, en Sao Paulo (Brasil).

EFE

Sao Paulo —

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El 5 de noviembre de 2015 cambió para siempre la vida del pueblo indígena Krenak, que tenía en el río Doce su fuente de vida. La rotura de una represa con casi 60 millones de metros cúbicos de residuos minerales les sumió a ellos y a miles brasileños en una depresión que se prolonga hasta hoy.

Cuatro años después de la “tragedia de Mariana”, que dejó 19 muertos y un daño ambiental incalculable a lo largo de 660 kilómetros del río Doce, aún faltan por pagar la mayoría de las indemnizaciones y ningún responsable fue condenado o preso.

El líder indígena Ailton Krenak, de 66 años, asegura a Efe que desde la ventana de su casa aún observa restos del vertido tóxico que se precipitaron tras el colapso del dique de Samarco, empresa controlada por la brasileña Vale y la anglo-australiana BHP Billiton.

“Los que no murieron, lo perdieron todo”, afirma el activista, nacido en la ribera del río Doce.

A las 16.20 hora local de ese fatídico día, el dique “Fundao” se vino abajo generando un tsunami de agua y residuos ferrosos que borró del mapa varias localidades: Bento Rodrigues, Paracatu de Baixo y Gesteira.

Toda la economía que se movía alrededor del río Doce, contaminado hasta su desembocadura en el océano Atlántico, se paralizó por completo y los habitantes afectados de los estados de Minas Gerais y Espírito Santo (sureste) aún sienten en su piel la catástrofe.

También siguen a la espera justicia y no se conforman con las medidas de reparación puestas en marcha por la Fundación Renova, entidad privada creada para reparar los daños causados.

En paralelo, el Consejo de Política Ambiental de Minas Gerais autorizó en octubre pasado a Samarco a retomar sus actividades en Mariana, la cabecera municipal donde ocurrió el desastre. Diez de los doce consejeros votaron a favor.

LOS KRENAK, HUÉRFANOS DE SU ABUELO

A la aldea Krenak, hogar de 136 familias indígenas y situada a unos 400 kilómetros de distancia del epicentro de la catástrofe, la marea tóxica llegó dos días después.

Su vida gira en torno al río Doce, al que llaman “abuelo”. Le cantan, hacen rituales en sus aguas, viven de él, o eso hacían.

“Hubo una grave ruptura de nuestra vida, de nuestro cotidiano”, explica Ailton.

“Cuando uno vive la experiencia de estar delante de ese lodo, es un trauma muy grande, creo que nosotros, miles de personas de la cuenca del río Doce, vivimos todavía la pesadilla del lodo”, lamenta.

Explica que cuando llueve en la región, los residuos que se quedaron adheridos en los márgenes del río vuelven a su cauce, reviviendo así el drama.

NINGÚN RESPONSABLE EN LA CÁRCEL, VÍCTIMAS A LA ESPERA

La Fiscalía de Brasil estima que el número total de afectados por la tragedia es de 700.000. Según indicó a Efe la Fundación Renova, hasta agosto pasado, cerca de 320.000 personas han recibido “indemnizaciones y auxilios financieros de emergencia” por valor de 1.840 millones de reales (460 millones de dólares).

El resto, más de la mitad, según los cálculos de la Fiscalía, está a la espera.

También asegura que ha destinado 6.680 millones de reales (1.670 millones de dólares) para la recuperación y compensación medioambiental y económica de la cuenca del río Doce, y atendido a la población indígena.

Sin embargo, un estudio divulgado este año de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) comprobó la existencia de mercurio y plomo en peces del río en una cantidad por encima de lo tolerado para su ingesta.

Fundación Renova alega que los datos que ellos manejan muestran que las condiciones del mismo “son hoy las mismas que antes de la rotura” del dique.

Por otro lado, la reconstrucción de las localidades arrasadas camina, pero con retraso, el mismo con el que va la Justicia.

No hay previsión para un juicio. En 2016 una veintena de personas fueron imputadas, pero trece de ellas fueron excluidas del proceso.

Además, un tribunal retiró este año los cargos de homicidio y lesión corporal del caso, por lo que los acusados responderán solo por crímenes ambientales e “inundación calificada”.

BRUMADINHO, LA HISTORIA SE REPITE

Con el caso Mariana aún por resolver, una tragedia similar, aunque mucho más mortífera, ocurrió este año en Brumadinho, también en el estado de Minas Gerais y también con Vale como protagonista.

El pasado 25 de enero, otro dique minero de Vale con capacidad para almacenar cerca de 13 millones de metros cúbicos de residuos ferrosos se rompió y una nueva ola de barro, agua y restos minerales arrasó con todo lo que encontró a su paso.

El balance parcial, pues aún hoy siguen las búsquedas, es de 252 muertos y 18 desaparecidos.

El ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, dijo en mayo pasado que “no hay represa segura” en Brasil.

Carlos Meneses Sánchez

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