Perderse en el laberinto más grande de España: tiene 6.000 metros cuadrados, es de inspiración celta y está en Galicia

Edu Molina

17 de julio de 2025 11:05 h

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A poco más de media hora en coche desde A Coruña, en el municipio de Vilarmaior, se encuentra el que es actualmente el laberinto vegetal más extenso de España. Con una superficie total de 6.120 metros cuadrados, el Laberinto de Breogán ha sido concebido como un espacio lúdico y paisajístico donde los visitantes pueden perderse entre más de 4.000 árboles plantados estratégicamente. El trazado de sus caminos forma una cruz celta vista desde el aire, y representa un homenaje simbólico a la herencia cultural gallega.

El proyecto fue ideado y promovido por José Luis Meitín, perito agrónomo gallego, quien concibió el laberinto como un espacio lúdico y cultural vinculado a la tradición celta. Desde su apertura al público el 4 de junio de 2022, este espacio ha atraído a miles de personas interesadas tanto en el reto de resolver un laberinto real como en disfrutar de un entorno natural cuidado. La experiencia de recorrerlo varía dependiendo de la orientación de cada persona: en promedio, completar el recorrido puede llevar entre 45 minutos y una hora.

El nombre del laberinto remite a Breogán, figura mítica de la tradición celta gallega, y se conecta con una ruta cultural más amplia en el municipio. En 2017, en la misma zona, se inauguró la Ruta de los Petroglifos, un recorrido por grabados rupestres al aire libre. De este modo, el laberinto se inserta en una propuesta de turismo rural y de naturaleza que busca revalorizar el patrimonio material e inmaterial del entorno.

Un trazado de más de 2 kilómetros entre árboles y senderos

El Laberinto de Breogán tiene un recorrido total de 2,3 kilómetros distribuido en pasillos formados por muros vegetales de más de dos metros de altura. Está compuesto por más de 4.000 árboles elegidos por su resistencia, crecimiento rápido y denso follaje. La disposición de estos ejemplares dibuja una cruz celta, visible únicamente desde el aire o desde una torre de observación. Esta forma tiene también un valor simbólico, relacionado con las raíces celtas del territorio.

El diseño del laberinto fue concebido para ser recorrido sin ayuda de mapas o planos. Aunque el objetivo es llegar al centro, no se establece un único recorrido posible, y muchos visitantes tardan más de lo previsto en encontrar la salida. Según información proporcionada por la empresa gestora, el tiempo medio de estancia dentro del laberinto se sitúa entre los 50 y 60 minutos. Para quienes se desorientan, el recinto cuenta con salidas de emergencia estratégicamente distribuidas, y al ingresar, se facilita un número de teléfono que puede ser utilizado para solicitar asistencia o instrucciones desde el exterior.

El acceso al laberinto se realiza a través de un área habilitada que incluye taquilla, aseos, zona de aparcamiento gratuito y un merendero. El personal del recinto ofrece información previa y normas básicas para el recorrido, como mantener el respeto al entorno vegetal, no trepar por los muros ni modificar el trazado, y mantener controladas a las mascotas, que pueden ingresar si van atadas y con los elementos de recogida adecuados. La entrada tiene un coste de 6 euros para adultos, 3 euros para niños de 7 a 11 años, y es gratuita para menores de hasta 6 años, siempre que vayan acompañados.

El Laberinto de Breogán permanece abierto durante la temporada de verano, con un horario que varía según el día de la semana. En el mes de julio, abre de martes a viernes en horario de tarde, de 17:00 a 20:30 horas, con la última entrada permitida hasta las 19:30 h. Los sábados, domingos y festivos —incluido el 25 de julio— el recinto está disponible en doble turno: por la mañana, de 11:00 a 14:00 h (última entrada a las 13:00 h), y por la tarde, de 17:00 a 20:30 h. En el mes de agosto, abrirá de lunes a domingo, incluido el día 15, con horario de mañana de 11:00 a 14:00 h (última entrada a las 13:00 h) y de tarde de 17:00 a 20:30 h (última admisión a las 19:30 h).

Un recorrido simbólico inspirado en la tradición celta

El nombre del laberinto está ligado a Breogán, figura mitológica de la tradición gallega, a quien se atribuye la fundación de Brigantia y la construcción de una torre desde la que, según la leyenda, sus descendientes avistaron Irlanda. Esta referencia no es solo decorativa: forma parte del enfoque del proyecto, que busca vincular el recorrido con el imaginario celta. Desde sus primeras temporadas, el laberinto ha incorporado elementos simbólicos para añadir una dimensión narrativa a la experiencia.

Cada año se plantea un reto temático que acompaña el recorrido. Uno de los desafíos consistía en encontrar dieciséis paneles, cada uno con el nombre de un hijo de Breogán, repartidos por el laberinto. Cada panel contenía una pista que, al reunirse todas, permitía resolver una pregunta final relacionada con la Torre de Breogán, asociada tradicionalmente a la actual Torre de Hércules. La dinámica está pensada para quienes buscan un recorrido más interactivo, donde completar el juego requiere recorrer el trazado completo.

Si vas a visitar espacios naturales, recuerda la importancia de respetar el entorno y sigue las guías y recomendaciones oficiales para no poner en peligro el lugar ni tu integridad física.