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Lo que está en juego es nuestra civilización

La concentración de gases causantes del cambio climático alcanza un nuevo récord

José Luis Gallego

Resulta de un antropocentrismo ridículo pensar que quien está en peligro es el planeta. La tierra lleva cuatro mil quinientos millones de años orbitando alrededor del sol. Si resumiéramos su historia en una enciclopedia de diez tomos el ser humano ocuparía apenas unas líneas.

Lo que se discute estos días en la conferencia sobre cambio climático de Katowice (Polonia) es si esas líneas van a quedarse en apenas un párrafo.

Porque lo que está cada vez más claro es que si no actuamos de manera inmediata y contundente para mitigar las causas que están provocando el cambio climático, las condiciones de vida para nuestra especie se van a poner cada vez más difíciles. Y no, no es catastrofismo, es ciencia.

Ése fue el mensaje que el naturalista y divulgador ambiental Sir David Attenborough quiso trasladar al mundo en la inauguración de la cumbre del pasado lunes: “Nos enfrentamos a un desastre humano de escala global”.

El veterano presentador de la BBC (92 años), que nos sigue emocionando a través de la televisión con sus asombrosas series y documentales sobre las maravillas de la vida en el planeta, dejó a un lado por una vez su flema británica para exigirles a los mandatarios y representantes de las doscientas delegaciones asistentes el cese inmediato de las hostilidades contra el clima.

“Estamos abusando del planeta -dijo desde su indiscutible autoridad moral- de una forma que no tiene precedentes. Ninguna otra criatura en el mundo ha causado el efecto que la especie humana está desencadenando en el planeta”. Y les requirió a actuar en consecuencia: “debemos ser conscientes de lo que hemos hecho, reconocer nuestro error y asumir la responsabilidad que tenemos en nuestras manos”.

Attenborough habló en representación de todos los ciudadanos del mundo que están participando a través de la iniciativa “la silla de la gente”. Una propuesta de la ONU para que compartamos mensajes a través de las redes sociales (#TakeYourSeat; #TomaAsiento) sobre nuestra inquietud ante el calentamiento global o la manera en la que ya está afectando a nuestro día a día.

De lo que se trata es de aprovechar esta nueva cumbre (y ya van 24) para exigir a los mandatarios del mundo y las grandes corporaciones industriales que cumplan de una vez por todas con lo pactado en el Acuerdo de París y vayamos más allá.

Debemos evitar que las temperaturas se disparen por encima de los 2ºC y hacer todo lo que esté en nuestras manos para contener el aumento en los 1,5ºC, de lo contrario se cumplirán los peores escenarios descritos por los investigadores. La pregunta es ¿a qué demonios estamos esperando? ¿Por qué esta trascendental cita de la humanidad con su futuro recaba tan poco interés mediático?

A tenor de los informes científicos, como el último informe del IPCC del que ya les hablé aquí, la que se nos avecina si seguimos sin actuar, pensando que el cambio climático es un invento de los ecologistas para acabar con los coches de gasolina o hacernos todos vegetarianos, puede ser monumental.

Por eso vamos a seguir aquí, a pie de información, levantando las manos para pedir su atención. Porque sabemos que ningún coste es superior al coste de la inacción. Porque sabemos que ese coste es inasumible. Porque ese coste seríamos nosotros: nuestra propia civilización.

El diario británico The Guardian, uno de los medios que dedica más atención al cambio climático y sin lugar a dudas el mejor para seguir la actualidad de la cumbre (que finaliza el viernes 14), resumía la inquietante comparecencia de Attenborough en un tuit con uno de sus mensajes más contundentes: “If we don't take action the collapse of our civilisations and the extinction of much of the natural world is on the horizon … time is running out”.

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