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Caminando por la Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya

Los Tilos de Moya

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La laurisilva es un tipo de bosque subtropical húmedo que, actualmente, se puede encontrar ya en pocas localizaciones a nivel mundial, apenas en algunas islas como Madeira y Azores y, por supuesto, en las Islas Canarias. Uno de estos lugares privilegiados es la Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya en Gran Canaria. Declarado Reserva Natural Especial el 16 de noviembre de 1994, este espacio natural forma parte del Parque Natural de Doramas, que abarca alrededor de 91,5 hectáreas, repartidas entre los municipios de Moya y Santa María de Guía.

La Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya, a día de hoy, uno de los últimos reductos de laurisilva de Gran Canaria. Un lugar de una belleza indescriptible, de frondosos bosques verdes con una vegetación muy particular y característica que te transporta a los clásicos cuento de hadas.

Es un lugar perfecto para sumergirse dejando atrás la rutina diaria entre grandes moles de hormigón. Un paraíso para los amantes del senderismo que buscan un ambiente diferente que poder, además, disfrutar plenamente en la compañía de los más pequeños de la casa ya que la reserva ofrece un sendero circular de solo dos kilómetros y fácil recorrido que nos permite descubrir una preciosa muestra del bosque de laurisilva. Una opción ideal para disfrutar del misterio y frondosidad de un auténtico bosque de laurisilva, todo un superviviente de la ¡era terciaria! No hay que olvidar que este tipo de bosques ya existía antes de que ningún ser humano pisara la tierra y. Hoy en día, millones de años después, y gracias a este sendero circular, podemos adentrarse en este territorio frondoso, que parece protegerse del exterior con el tupido manto verde que tejen las ramas y hojas de tilos de hasta veinte metros de altura, laureles, barbusanos, fayas, palos blancos y acebiños.

La primera vez que nos adentramos en este tipo de bosques tenemos la sensación de retroceder en el tiempo a una era anterior a la del ser humano, antes de que el hombre caminara por la Tierra. Caminaremos por un bosque totalmente distinto al resto que podamos conocer para adentrarnos en un mundo donde impera el silencio y las sombras y luces que atraviesan a duras penas la tupida techumbre forestal.

Tilos de Moya

La Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya, localizada entre los municipios de Moya y Santa María de Guía, y es un paraje natural que forma parte del Parque Rural de Doramas. Antiguamente formaba parte de un bosque aun mayor, conocido como “La Selva de Doramas”, que empezó a reducirse en el siglo XVI debido a la tala y extracción de madera para diversos usos.

Actualmente es uno de los últimos reductos de laurisilva que quedan en Gran Canaria, por l que se debe proteger de forma especial ya que es un tipo de bosque subtropical húmedo que ejerce un papel muy importante en la protección de los suelos y la recarga de acuíferos diseminados por la zona norte de la isla.

La fauna y flora que habita aquí se compone de diversas especies típicas de laurisilva, contando con multitud de endemismos de alto interés científico, algunos en peligro de extinción, como la chahorra o la cresta de gallo, por lo que debemos caminar con el máximo cuidado ya que salirse de las lindes equivale a poner en riesgo algo único en el mundo. De hecho nos encontraremos con más de 35 especies vegetales que se encuentran entre las más amenazadas de Gran Canaria.

El sendero

El sendero de Los Tilos de Moya es, sin duda, uno de los más asequibles de recorrer, por lo que resulta ideal para practicar senderismo con niños.

Como ya hemos indicado, es una ruta circular de aproximadamente unos 2 kilómetros que parte junto al restaurante de Los Tilos y finaliza en el Centro de Interpretación de Los Tilos. Es un recorrido que nos permitirá descubrir las dos laderas y el cauce del barranco del Laurel. El camino nace justo donde barranco inicia su ascensión y es, en general, bastante llano, a excepción de una pequeña pendiente inicial. Es un recorrido que discurre por una senda que oscila entre los 500 y los 800 metros de altura bajo el paraguas que forman las copas de los árboles. Un reino ver de y silenciosos que se ve interrumpido por algunas bellezas naturales únicas como los bicácaros, llamativas flores naranjas que irrumpen como fogonazos furtivos en la penumbra cuando los rayos de sol que se filtran entre el follaje y se clavan como lanzas doradas en el suelo, o la flor de mayo que no regala algunas pinceladas de blanco y carmín en la laurisilva.

Con cada paso que nos adentre un poco más en este mágico lugar tendremos una mayor sensación de encontrarnos dentro de una obra protagonizada por seres mitológicos sobre un escenario alfombrado de musgos, helechos y hojas caídas de más de veinte especies de árboles distintos. Sentiremos como la naturaleza nos abraza, literalmente, y nos lleva flotando a descubrir todos su maravillosos rincones ocultos.

La calma y la tranquilidad que se vive y siente aquí en este entorno encierra también un recuerdo silencioso, pero permanente, a la figura del caudillo indígena que da nombre al Parque Rural de Doramas. Un silencio que en alguno momentos se vera interrumpido por la tenue melodía de fondo que llega de los trino de pinzones, currucas o petirrojos ya que este enclave es idóneo para la nidificación de pájaros. Una riqueza natural que también podremos percibir dada la presencia de otras especies como el lagarto de Gran Canaria y los perenquenes que reptan y exhalan un aliento ancestral, con el aire altivo propio de los seres de sangre fría y de quien lo ha contemplado ya todo.

Un viaje al pasado, a otro tiempo cuando la naturaleza salvaje era quien gobernaba sobre la Tierra. Un viaje que ahora podemos hacer con gran seguridad junto los más pequeños siguiendo este sendero perfectamente señalizado, con varios bancos distribuidos en diferentes zonas a lo largo del recorrido en los que se puede hacer alguna parada para descansar mientras se disfruta de este indescriptible entorno... Hasta que por fin lleguemos nuevamente a la civilización y al asfalto de la carretera que nos devuelve al presente, al Centro de Interpretación de Los Tilos, donde podremos seguir conociendo algunos aspectos considerables de la reserva, como la flora, fauna, historia...

Guía práctica

Cómo llegar: desde la capital, tomar la GC-2 (Carretera General del Norte) y continuar por esta vía durante unos 20 minutos hasta llegar a la altura de El Pagador. Tomar GC-75 dirección Moya. Las líneas de guaguas desde Las Palmas de Gran Canaria (San Telmo) es la 117 y desde Gáldar la 124, esta última línea para en Los Tilos, a escasos metros del Centro de Interpretación de los Tilos de Moya.

Longitud de la ruta circular: 1.800 metros.

Dificultad: baja, e incluye varias zonas de descanso.

Centro de Interpretación de Los Tilos de Moya

Dirección: Camino los Tilos 15, 35421. Moya.

Horario: lunes a viernes de 8:00h a 14:00h. Sábados, domingos y festivos cerrado. Entrada gratuita.

Dispone de baños de uso público y es el punto de partida del recorrido circular. Ofrece información de interés de los aspectos más relevantes de la zona y el jardín aledaño está poblado por especies de flora propia de la laurisilva para su observación e identificación.

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