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Más de 20 detenidos en los disturbios tras una pacífica protesta por Can Vies

Concentración por la libertad de los detenidos tras las protestas por Can Vies. (Alternativa Jove)

Pau Rodríguez

Barcelona —

La cuarta noche de protestas tras el desalojo de Can Vies transcurrió pacíficamente durante todo su recorrido, pero los vecinos de Sants volvieron acostarse con el ruido de persecuciones policiales. Empezó la concentración con una cacerolada, que derivó en una marcha hacia la comisaría de Les Corts, donde se encuentran detenidas 18 personas por las protestas del miércoles. Blindada la comisaría por más de 30 furgones de los Mossos d'Esquadra, el colectivo de apoyo a Can Vies decidió no acercarse y tras clamar por la libertad de los detenidos, acabó desconvocando.

En un manifiesto leído antes de arrancar la marcha, se pidió la dimisión del alcalde Xavier Trias y del concejal de distrito Jordi Martí, la “desmilitarización” del barrio y la paralización del derribo del edificio para permitir su rehabilitación. Estas últimas peticiones son las mismas que presentó ayer también el Centro Social de Sants en una reunión con el Ayuntamiento de Barcelona, con la mediación de las asociaciones de vecinos de la ciudad.

Sea como fuere, el ambiente entre los más de 2.000 manifestantes fue menos tenso que en noches anteriores. Tras la ruta hacia la comisaría, algunos jóvenes que quedaban por el barrio tras la protesta se juntaron en la Plaça de Sants, sentados en círculo charlando bajo el ruido del helicóptero.

“Yo no iba nunca a Can Vies, la verdad, pero sé por mis amigos que hacian actividades buenas para el barrio”, relata Maria José, una joven estudiante de 19 años que se manifestaba con tres de sus amigas porque considera que el Ayuntamiento no tuvo en cuenta las necesidades del barrio al desalojar el centro. Sentado en un banco, a unos metros, Martí discutía con un joven: “Tenemos que seguir saliendo hasta que se entere Trias de que en esta ciudad vivimos gente humilde, que sepa que existimos”, apuntaba este trabajador de la Administración.

La escena era distendida hasta que algunos empezaron a avanzar alterados calle de Sants abajo. Era varias personas sin demasiada organización a las que se fue uniendo más y más gente, hasta llegar a poco menos de 200 personas. Se plantaron a unos 100 metros del destacamento de Mossos d'Esquadra en plaza de Sants y empezaron a cruzar y prender contenedores para formar barricadas.

Con una evidente intención de provocar a los Mossos d'Esquadra, estos grupos reducidos de jóvenes destrozaron los escaparates de varias sucursales, hasta que en una de ellas, del Banco Popular, prendieron las llamas. En más de una ocasión los Mossos avisaron de que intervendrían “inmediatamente”, hasta que lo hicieron al cabo de una media hora. Entonces volvieron los correcalles de pequeños grupos de unas diez personas por todo el barrio.

El balance de la actuación policial fue al final de al menos 21 detenidos, que se suman a los 30 que hubo el miércoles -12 de ellos ya en libertad- y a los 8 entre lunes y martes. El grueso de los arrestados ayer, hasta 14, fueron interceptados por la policía todos juntos mientras se refugiaban en un portal.

Trias ofrece ahora detener la demolición

Mientras transcurrían las protestas en Sants, el alcalde Xavier Trias era entrevistado en el programa .Cat de TV3, donde afirmó que si una de las condiciones para detener las protestas era que se detuviera la demolición del edifico de Can Vies, él estaba dispuesto a ceder.

“Esto es el principio de una negociación, y nosotros vamos a hablar con esta gente y buscar soluciones”, se comprometió el alcalde, en un gesto hasta ahora inédito, puesto que siempre había hecho referencia al diálogo pero sin replantear el futuro del edificio de Can Vies, que según el consistorio debe ser zona verde en los próximos años, una vez terminadas las obras de cobertura de las vías en Sants.

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