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El Diari de la Cultura forma parte de un proyecto de periodismo independiente y crítico comprometido con las expresions más avanzadas del teatro, la música, la literatura y el cine. Si quieres participar ponte en contacto con nosotros en  fundacio@catalunyaplural.cat.

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Un Sant Jordi solidario en el Raval contra el analfabetismo y los muros lingüísticos

La parada Recicla Cultura de la Fundació Serveis Solidaris, en la Rambla del Raval de Barcelona. /Enric Català

Pau Rodríguez

Barcelona —

Cultura a cambio de cultura en el Raval de Barcelona. Comprar un libro a precio razonablemente más barato, que anteriormente alguien ha donado, para que una entidad solidaria del barrio pueda llevar a cabo un proyecto de cursos de alfabetización de adultos en el Raval, una de las zonas más lastradas por la pobreza en la ciudad y donde el catalán y el castellano son un impedimento para muchos de sus habitantes, de origen inmigrante.

Esta es ya la tercera edición del proyecto Recicla Cultura, una iniciativa de la Fundació Serveis Solidaris que con los fondos que recauda durante la venta el día de Sant Jordi financía buena parte de la formación básica de hasta 2.000 vecinos del Raval durante todo el año. “Personas que por sus bajos ingresos no podrían acceder a esta educación y que, por lo tanto, tendrían más barreras para su inclusión”, cuenta Ester, una de las formadoras que ayer vendía a pie de Rambla -del Raval- los libros reutilizados.

En total, la campaña Recicla Cultura recibe unos 20.000 libros, tanto de los puntos de recogida -empezaron con nueve y ahora tienen 80- como de las decenas de entidades, universidades, escuelas, empresas y editoriales que colaboran con el proyecto. En total, calculan que participan en donaciones hasta 50.000 personas.

“Antes los cursos ya funcionaban pero faltaban muchos recursos y sensibilizar más a la gente. Entonces vimos que como la lectura y la escriptura eran la base del proyecto, teníamos que hacer algo en Sant Jordi. Y montamos esta campaña que tiene el valor añadido de que los lectores están ayudando a crear nuevos lectores”, cuenta Albert Francolí, coordinador de Recicla Cultura. Un gesto lleno de simbología y a la vez real, reflexiona.

No vale cualquier libro

En esta fundación tienen claro que, para sostener su tarea solidaria en el barrio, durante el día de Sant Jordi tienen que vender sí o sí. “Aunque los pongas a un precio muy barato -valen entre 1 y 5 euros-, si los libros nadie les conoce o son malos, no los venderemos”, apunta Ester. Así pues, las semanas previas a la diada realizan una tarea de selección de títulos con criterios comerciales con la ayuda de una experta bibliotecaria. En su parada ayer se podían encontrar superventas recientes como Victus -el libro en catalán más vendido el año pasado-.

“En las ediciones anteriores nos pasó que acumulábamos demasiados libros que luego no vendíamos”, relata Ester. “La Enciclopedia Catalana está muy bien, pero no la vamos a vender, y por lo tanto no llegaremos al tercer paso del proceso, que es financiar la alfabetización”, ejemplifica Albert Francolí.

Cursos para adultos sin recursos

En el corazón del Raval, esta entidad imparte 35 cursos de formación básica a lo largo de todo el año, que incluyen la alfabetización y el aprendizaje de catalán y castellano. “Damos formación tanto a la gente que no ha estudiado nunca, y que incluso no sabe leer o escribir en su idioma, como a aquellos que acaben de llegar de fuera y que aunque puedan tener una formación completa en sus países de origen no tengan recursos para costearse unas clases de castellano”, cuenta el coordinador Francolí.

Su labor se dirige sobre todo a adultos. La mayoría tiene más de 30 años y predominan los hombres en una relación de 60 a 40% respecto de las mujeres. “Nos centramos en la formación de adultos porque en el Raval ya existen bastantes entidades que trabajan con jóvenes y niños”, cuenta Ester, como es el caso del Casal dels Infants.

“El perfil de quienes acuden a nuestras clases es un reflejo del barrio en el que estamos”, explica Francolí, que destaca dos comunidades de origen por encima del resto -en total más de 70 nacionalidades-: por un lado los originarios del Indoestán (Pakistán, India, Bangladesh, Sri Lanka) y por otro los árabes (sobre todo marroquíes). En el barrio cerca del 50% de la población es de origen estranjero, según estadísticas de la Generalitat.

Con esta formación, concluye Francolí, no solo se les ayuda a romper las barreras lingüísticas, fundamentales para desenvolverse en su vida diaria y ampliar sus oportunidades laborales y sociales, sino que también les permite ganar puntos en su certificado de arraigo, si es que no tienen permiso de residencia y lo han solicitado.

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