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“Las Comunidades de Aprendizaje funcionan en lo estadístico y en términos humanos”

Miembros de la Sub-red universitaria de Comunidades de Aprendizaje de Castilla-La Mancha

Carmen Bachiller

Un grupo de doce profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) de los campus de Albacete y Ciudad Real han creado la Sub-red regional universitaria de Comunidades de Aprendizaje (SUCA-CLM) que coordinará Manuel Jacinto Roblizo, profesor de la Facultad de Educación de Albacete y dependerá del Vicerrectorado de Investigación y Política Científica.

Las Comunidades de Aprendizaje llevan ya algún tiempo implantadas en varios centros de la región, tanto en los niveles de educación infantil y  primaria. Se basan en la transformación social y cultural de un centro educativo y de su entorno, para mejorar tanto convivencia como  resultados escolares. Castilla-La Mancha es la quinta región en la que una de sus universidades (UCLM) se suma a la Sub-red. Antes lo hicieron Andalucía (AUCA), Aragón (SUACA), Valencia (SUCAV) o Cataluña (SXUCAC).

 “Nos constituimos con la idea de dar apoyo a las Comunidades de Aprendizaje en el ámbito de la  investigación, que es el más natural de la universidad y también para promocionar el voluntariado entre los alumnos u otras personas que no lo sean y colaborar con la administración en temas de formación del personal docente”. Se trata de que la UCLM sirva de “enlace” entre las comunidades de aprendizaje y el CREA, Centro Especial de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades, origen del proyecto, de la mano del sociólogo Ramón Flecha y que tiene sede en Barcelona.

La Sub-red universitaria de Castilla-la Mancha formará parte del  “engranaje” nacional. Apenas ha comenzado a funcionar y no descarta extenderse a otros campus de la región. En particular, al de Toledo donde el CEIP San Lucas y María también cuenta con una comunidad de aprendizaje en fase experimental.

Roblizo asegura que la transformación de un centro en comunidad de aprendizaje “ha demostrado que funciona, da buenos resultados, no solo estadísticos sino en términos humanos que es lo que importa porque genera compromiso de la comunidad”. Explica que lo que “avala” la metodología del llamado aprendizaje dialógico -basado en el diálogo igualitario- es algo “empíricamente muy sólido”.

Y es que, argumenta, “las desigualdades en el ámbito de la educación siguen existiendo y perviven en función del capital social, económico…, aunque parezcan haber desaparecido o ser algo más o menos irrelevante”. Las comunidades de aprendizaje “permiten corregir desigualdades”, del tipo que sean.

Es un método, explica el profesor, en el que prima la idea de la solidaridad, “no solo económica porque lo que subyace en los grupos interactivos de las comunidades de aprendizaje tiene que ver con  el hecho de que ”los niños con mayor nivel ayudan a los que tienen más déficit de conocimiento, de competencia o habilidades. Es un proceso que genera solidaridad entre ellos. Y eso en términos educativos es algo muy útil“.

Los futuros maestros que estudian en la Facultad de Educación también tienen oportunidad de conocer este tipo de método pedagógico. “Es impensable que un alumno de Magisterio termine sus estudios, sea de infantil o de primaria sin conocer lo que es el aprendizaje dialógico y los principios que lo caracterizan”, señala  Roblizo.

 “Para nosotros en enriquecedor ver cómo realizan la formación de padres, de familiares, cómo organizan los grupos interactivos, las tertulias dialógicas, estamos con los maestros, con los niños…Y a la vez todos los años recibimos la visita de los responsables de las Comunidades de Aprendizaje en las distintas facultades de Educación que explican a nuestros alumnos cuál es el modelo, la metodología, la práctica docente”. El propio ‘padre’ de las Comunidades de Aprendizaje, Ramón Flecha , ha participado en alguna actividad.   

Sería “deseable” su extensión a todo el ámbito educativo 

Reconoce que el sistema puede generar “inquietud” entre el personal docente que no conoce la metodología, a la hora de tener que introducir nuevos modos de trabajo. “Tenemos un sistema muy academicista, muy libresco”, comenta, pero “en términos generales no ocurre porque el profesorado entiende que puede ser muy beneficioso”.

¿Son necesarias en todo el ámbito educativo regional? Roblizo cree que “sería deseable” su extensión a todos los centros aunque reconoce que hay algunas “dificultades” para lograrlo porque es necesario “un compromiso, una movilización de voluntades y también el voluntariado”. Apunta incluso las Comunidades de Aprendizaje han llegado a implantarse en estudios de posgrado de algunas universidades aunque ese no sea el objetivo.

La próxima reunión de la Sub-red universitaria de Castilla-La Mancha reunión será ya después de Semana Santa para comenzar a trabajar con regularidad y objetivos concretos. “Trataremos con ello de ser un enlace entre los maestros y maestras que lo están desarrollando en los centros de Educación Infantil y Primaria”.

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