Mapfre propone más tramos a 30 y a 20 y más policía para reducir accidentes

Más calles en las ciudades limitadas a una velocidad máxima de 20 y 30 kilómetros por hora y más presencia policial en las carreteras son algunas de las medidas que la Fundación Mapfre y su dirección de seguridad vial proponen para reducir la siniestralidad vial.

Se trata de medidas que esta fundación considera necesarias porque, según subraya en un comunicado, no se está mejorando en seguridad vial todo lo que se debiera.

Así, la fundación se muestra especialmente preocupada por “un incremento del riesgo innecesario motivado, entre otros, por factores como el consumo de drogas, el exceso de velocidad, el uso del teléfono móvil, la insuficiente utilización del cinturón de seguridad y la imprudencia con los ciclistas en la vía”.

Es la conclusión a la que llega Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de MAPFRE, quien a pocos días de finalizar el año hace un balance negativo de la siniestralidad vial en 2017.

“Las cifras no son buenas y no pueden serlo cuando de nuevo vamos a rondar los 1.800 fallecidos al año, lo que implica que se produzcan 150 siniestros al mes, 35 a la semana y 5 al día. Por si fuera poco, a mediados de diciembre se incrementó un 4 por ciento el número de fallecidos y la tendencia en el número de accidentes en zona urbana tampoco se prevé positiva”, resalta.

Para evitar esta tragedia, Monclús cree que hay que empezar por tomarse la seguridad vial “mucho más en serio y seguir trabajando con más empeño que nunca”.

Abrocharse el cinturón de seguridad, muy especialmente cuando se viaja en autobús, es una de las medidas que, a juicio de Monclús, contribuiría a reducir a la mitad el riesgo de lesiones graves y mortales de sus ocupantes.

Según un informe realizado por Mapfre, sólo 2 de cada 10 usuarios que utiliza este modo de transporte, el más seguro en la carretera, lo usa.

La fundación hace hincapié en la necesidad de seguir promoviendo las zonas 30 y zonas 20 dentro de las ciudades, sobre todo en áreas con alta presencia de usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas, niños y personas mayores.

“Diez kilómetros por hora suponen la diferencia entre frenar con seguridad o producir daños irreparables a un peatón o un ciclista”, asegura Monclús, coordinador de una estudio que indica que si no hubiera excesos de velocidad, la siniestralidad se reduciría en un 20 por ciento (alrededor de 360 fallecidos menos al año).

Asimismo, una mayor presencia de las fuerzas de seguridad en las carreteras también redundaría en menos accidentes. Un estudio precisa que aumentar un 10 por ciento el número de agentes de tráfico reduciría los accidentes un 5 por ciento (90 muertos menos al año).

La seguridad en los desplazamientos también debería llegar a colectivos vulnerables como las personas con huesos de cristal, una enfermedad rara que afecta cerca de 4.500 personas en España y quienes aún no disponen de sillitas especiales u otros sistemas de retención para viajar de forma segura en el vehículo.