Ray Loriga: En 'Rendición' no hay droga, ni sexo ni rock and roll

Tres años ha empleado Ray Loriga en escribir la novela con la que ha ganado hoy el Premio Alfaguara, “Rendición”, una obra sobre cómo afectan los cambios del mundo a las personas y en la que no hay, asegura, ni droga, ni sexo ni rock and roll sino “retrofuturo”.

Loriga (Madrid, 1967) explica en una entrevista con Efe que en su novela distingue entre rendición, “siempre ante una causa mayor”, y derrota, la claudicación “ante una causa absurda”.

No es, afirma, una “metáfora política concreta” sino “una pequeña mirada ante los cambios del mundo y cómo afectan a las personas”.

“Rendición”, presentada al premio con el título “Victoria” y bajo el seudónimo Sebastián Verón, es una novela de “retrofuturo”, “sobre un presente que podría ser éste y que avisa de cómo podría ser el futuro siguiente”, describe.

“Cada día es un cambio, las nuevas y las viejas ideas de cómo la vida es otra de la que habíamos concebido y cómo nos movemos en esas situaciones de anhelo o pérdida”, señala el escritor.

El protagonista es un narrador sin nombre, porque Loriga tiene la manía de no poner nombre a sus personajes literarios: un hombre que tiene hijos que luchan en una guerra, no se sabe cuál, y que adopta un niño refugiado, siendo él mismo refugiado.

Situaciones de cambio que se han vivido siempre a lo largo de la historia, asegura el escritor, que recuerda que a su abuelo también hace muchos años le dijeron “ponte las botas y vete a la guerra”.

Su novela tiene una trama estructurada de una forma peculiar, según explica el autor, en la que “no hay sexo, no hay droga ni rock and roll”.

Ray Loriga decidió presentarse a este premio porque fue jurado en 2008, edición que ganó Antonio Orlando Rodríguez por “Chiquita” y le “sorprendió” y “asombró” la “limpieza” de este galardón, en el que la “literatura está limpia”.

Y casi más que el premio le ha emocionado la llamada de la presidenta del jurado, la Premio Cervantes Elena Poniatowska, que le ha explicado cuánto le había gustado su novela, que consideraba una obra “de gran calado”.