Tomasito: “Se puede ser libre en la música, yo me la he jugado”

El cantante y bailarín jerezano Tomás Moreno Romero, conocido bajo el nombre artístico de Tomasito, asegura que en el ámbito musical “se puede ser libre” y que él, en su trayectoria, en la que ha interpretado el flamenco, el rock, pop, funky o hip hop, entre otros estilos, se la ha “jugado”.

“El mérito está en intentarlo”, indica en una entrevista concedida a Efe antes de interpretar mañana, en el marco de la cuarta edición del festival Flamenco On Fire de Pamplona, su último disco, “Ciudadano gitano”, un recopilatorio de canciones que agrupa algunos de los éxitos de sus siete discos y que dedica “a la vida”.

El artista explica que “Ciudadano gitano” llega en un momento en el que, con al menos 80 canciones y cuatro discos “descatalogados, que no están ni en Internet”, deseaba que el público también escuchara “esas canciones”.

Recuerda Tomatito (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1969) que su primer disco “Torrotrón”, se lanzó en 1993, y que cada uno de los siete discos que conforman su trayectoria resumen una etapa de su vida.

“Cada disco es un parto, son como siete hijos”, incide el artista para agregar que, a lo largo de los años, ha habido una “evolución”, pero siempre bajo el criterio de “hacer cosas que me salen y me gustan”.

“Cositas de la realidad” (2003), “Y de lo mío, ¿qué?” (2009), “Los hombres de las praderas y sus bordones calientes” (2010), y “Azalvajao” (2013), son las últimas cuatro producciones del cantante y bailarín.

Además, en “Ciudadano gitano” incluye una canción nueva “Libre y a mi manera”, un título con el que, según explica, sugiere que “en este mundo también hay que ser libre a tu manera dentro de lo que se puede”.

“Libre es hacer lo que quiera, en el sentido de cantar y bailar”, remarca un artista que lleva, como él dice, “cantando y bailando” desde los 12 años, edad en la que comunicó a sus padres su intención de dedicarse a ello de forma profesional.

Y es que la vocación por el mundo artístico se forjó en el barrio de Santiago de Jerez de la Frontera, donde “me pegaban un empujón y salía a bailar”.

El jerezano ha colaborado con artistas como Wynton Marsalis, Pastora Soler, Rosendo, Liam Gallagher , Miguel Bosé, quien le apadrinó en el sentido discográfico, o Diego Carrasco, que apostó por él en el ámbito del flamenco.

También ha formado parte de grupos musicales como el llamado G-5, en 2006, con el que lanzó el disco “Tucaratupapi”, y “La pandilla voladora”, en 2013, con el que inició la gira de conciertos “Del deporte también se sale”.

Rememora cómo a los 16 años acompañó en algunas actuaciones a la cantante de flamenco, bailaora y actriz Lola Flores y asevera que “La Faraona”, de quien destaca su “energía y viveza”, le dijo que “podía hacer lo que quisiera, que me iba a salir todo bien”.

También alaba al pianista de jazz Chano Domínguez, al que califica de “maestro”, y con quien colaboró en el documental “Calle 54”, dirigido por el cineasta Fernando Trueba, y que homenajea a algunos de los artistas del jazz latino.

Entre sus próximos proyectos se encuentra la posibilidad de participar en una producción teatral de flamenco. “Si puedo hacerla, lo intento, y si no, que me echen”, bromea, fiel a su estilo.