Los juglares del siglo XXI se echan a la calle en Valladolid para criticar, entretener y reflexionar

Los juglares del siglo XXI ya no cambian diversión por comida, tampoco viajan a lomos de caballerías, piden dádivas ni hacen vida en los caminos, pero permanecen leales a la calle como escenario de sus mojigangas, habilidades y farsas donde, además de criticar y entretener, invitan a la reflexión.

Es el caso de los artistas y compañías que desde hoy y hasta el próximo domingo, fecha de clausura, toman las calles, plazuelas y rincones de la ciudad de Valladolid en la recta final del 18º Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle (TAC), que aglutinan vanguardia en las formas pero tradición en el mensaje.

Más de un centenar de piezas al aire libre fascinan a los más pequeños, añaden un aliciente al turista en su paso por Valladolid y sorprenden al ciudadano que, de la noche a la mañana, asiste atónito a la transformación de su escenario cotidiano en calles y plazas.

Así sucede con las camas, vestidas con edredones y almohadas de color blanco, que el director y dramaturgo argentino Fernando Rubio ha dispuesto en la Plaza Martí y Monsó junto a la estatua de El Comediante, emblema del festival, para invitar a los espectadores a convertirse en improvisados actores como inquilinos eventuales y parejas inmóviles de las actrices que se acuestan con ellos.

El arte de la subversión, el sello del compromiso y la denuncia de las injusticias impregnan los espectáculos callejeros como el que Varuma Teatro, en una coproducción hispanoalemana, lleva hasta la céntrica Plaza de San Miguel para la puesta en escena de “Repudiados”, sobre la tragedia de los refugiados políticos.

No huyen sólo de la miseria, sino de la guerra que aniquila y así lo expresan los artistas independientes de Varuma Teatro dentro de un espectáculo de danza contemporánea con acento flamenco en su coreografía, como sinónimo de lamento y anhelo de esperanza, que ha sido producido en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla.

Un cuerpo y un gesto valen más que mil palabras en el territorio de la danza como transmite en la playa de Las Moreras la compañía francesa Eclats de Rock en su montaje “Ma bete noire” (“Mi bestia negra”), estreno en España, con dos personajes centrales: el bailarín y coreógrafo Thomas Chaussebourg y el caballo de nombre War Zao.

En poco más de media hora, ambos establecen una relación de violencia y caricia, de fusión y refracción, de brisa y vendaval, con la doma como eje vertebrador y el trasfondo de un mensaje que invita a reflexionar sobre la relación del hombre con la bestia negra que cada uno lleva en su interior.

En colaboración con el Estado de Guanajuato (México), la compañía mejicana Los Escénicos acampa en el espacio aledaño al Archivo Municipal para plantar “Raíz soy yo”, estreno en España, como el resultado visual y creativo de una investigación sobre la identidad de la mujer de Guanajuato a través de la historia de una de ellas, sus anhelos y deseos, representados por la actriz Julieta Escobar.

Historias cotidianas, relatos urbanos de los que el espectador forma parte al verse reflejado en ellas, ayudan a descubrir su interior en piezas con una duración que oscila entre los quince y sesenta minutos, aptas para todos los públicos en las principales calles del centro histórico y plazas como la Mayor, donde se encuentran instalados los dos escenarios principales del festival.

Las variedades, el circo, el clown musical, la magia y la intervención urbana convergen en estos espectáculos al aire libre y con una duración limitada donde no es extraño ver a los espectadores retratarse con actores caracterizados o junto a alguno de los artilugios, enseres o títeres empleados en las actuaciones.