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Asturias defiende su antigua caja, ahora Liberbank, para que no corra la misma suerte que Popular

La antigua sede de la Caja de Ahorros de Asturias. Foto: Pablo Lorenzana

Maica Méndez

Los principales poderes político y económicos han salido a defender la antigua Caja de Ahorros de Asturias (CajAstur), ahora Liberbank, que se creó tras la fusión de Banco de Castilla-La Mancha, Caja Cantabria y Caja Extremadura, ante el miedo a que se vuelva a repetir la misma historia que con Banco Popular. Ayer las acciones cayeron un 17,5% en bolsa, casi un 50% en el mes, lo que demuestra la desconfianza de los inversores en la entidad financiera haciendo saltar todas las alarmas.

Corporación Masaveu, un grupo empresarial de carácter familiar y vinculado tradicionalmente a Asturias ha salido a su rescate incrementado su participación en este banco hasta el 5,7 % con la compra de acciones en dos ocasiones esta semana, haciendo así un nuevo guiño a la economía asturiana y a este emblemático banco de origen regional del que siempre ha estado vinculado. El pasado lunes hizo efectiva la compra de 250.000 títulos y posteriormente comunicó  la adquisición de 719.000 acciones adicionales de Liberbank. Con el gesto, los principales accionistas privados quieren dejar claro que confían en las cuentas del banco y en su solidez.

Un movimiento muy similar hizo el consejero delegado de la entidad, Manuel Menéndez, también ha adquirido 80.000 nuevas acciones. Precisamente una de las principales críticas que se hizo a la cúpula de Popular que condujo al banco a la quiebra fue que no tenía acciones de la entidad.

Este esfuerzo de los principales accionistas de Liberbank por lanzar un mensaje optimista se ha extendido al resto de los miembros de su consejo de administración y al fondo Oceanwood, que también ha notificado sus movimientos accionariales. La desaparecida Cajastur, de la que solo queda la fundación que tiene un tercio de Liberbank, lo fue todo en su día en la vida económica asturiana. La desaparición de su marca, representada con una raza de caballo local denominada asturcón, fue un shock para la provincia. Como en otras comunidades de España, la Caja de Ahorros era parte del corazón de la actividad social e invertía en representar la cultura asturiana.

A diferencia de Popular, una entidad nacional cuya única ligazón conocida era a las familias del Opus, Liberbank sí tiene un vínculo emocional con determinados territorios (también en Cantabria) y la amenaza de su posible desaparición sería ya la sacudida definitiva al tejido económico de estas provincias.

Siguen siendo los Masaveu, una de las grandes fortunas asturianas, su gran valedor. Este grupo empresarial, que sostiene su fortuna gracias a la actividad cementera, es ya el cuarto mayor accionista de Liberbank. La Corporación Masaveu ya había reforzado su posición en Liberbank el año pasado, cuando se convirtió en el primer accionista particular. Le sigue muy de cerca el inversor mexicano Ernesto Tinajero mediante el vehículo OceanWorld.

Los políticos salen al paso

El consejero de Empleo,  Industria y Turismo del Principado de Asturias, Isaac Pola,  trasladó durante la mañana del viernes un mensaje de “tranquilidad” y señaló que la caída de Liberbank en bolsa “responde en parte a un efecto contagio por lo sucedido con el Popular, pero hay que destacar que la situación de ambas entidades es radicalmente distinta”. El consejero también mencionó que  confía en su “solvencia y liquidez” y que desde el Gobierno del Principado se está “en permanente contacto con la dirección de Liberbank”.

Por su parte el eurodiputado socialista, Jonás Fernández, en su cuenta de Twitter se lamentaba del “ataque” contra la entidad.

Al contrario de lo que sucedía en el parqué, en las sucursales se registró una situación de normalidad y tranquilidad durante toda la jornada. Es más la tranquilidad ha sido notoria durante toda la semana, según una de la oficinas.  Tampoco se han producido retiradas significativas de depósitos, según estas fuentes y también según ha defendido la entidad.

Reestructuración

Por su parte la central sindical pide que se suspenda por el momento el nuevo expediente de regulación de empleo, anunciado el pasado lunes por la entidad.

El plan de regulación temporal que ahora plantea el banco pretende un ajuste adicional de plantilla del 13 por ciento, con la supresión, mediante bajas voluntarias, de 525 de los 4.011 empleos actuales, de los que un millar están en Asturias.

Dentro de estas bajas hay dos colectivos: los nacidos entre los años 1956 y 1958 que tendrán prioridad sobre el resto. Se irían con un 60 % del salario bruto, con un mínimo del 75 % y máximo del 80 % neto, con otro máximo de 50.000 euros anuales y hasta los 63 años con renta mensual. El otro colectivo, los que nacieron antes o después de estos años podrán acogerse a la medida pero Liberbank tendría que aceptar su baja. En tal caso, compensación de 30 días por año trabajado con el tope de 20 meses y de 120.000 euros.

Las otras medidas propuestas son las de reducción de horario y salario (del 10,04 % en el caso de Asturias) y prorrogar la movilidad geográfica.

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