Suiza sigue liderando el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial

Suiza encabeza por sexto año consecutivo el Índice de Competitividad Global que elabora el Foro Económico Mundial y que fue divulgado hoy en Ginebra, a la que siguen Singapur, Estados Unidos, Finlandia y Alemania.

“Instituciones académicas de primera, un alto gasto en investigación y desarrollo, y una fuerte cooperación entre los mundos académico y de los negocios hacen de Suiza un innovador al más alto nivel”, señala el informe divulgado hoy

Esto explica que este país tenga el mayor número de solicitudes de patentes por habitante.

Países europeos muy afectados por la crisis económica parecen estar en el buen camino, según el Foro, que reconoce que Portugal (puesto 36 en competitividad) y Grecia (81) han hecho progresos en el funcionamiento de sus mercados y en la asignación de sus recursos productivos.

Destaca los casos de Francia e Italia, que ocupan los lugares 23 y 49 en la clasificación, respectivamente, como países que enfrentan “enormes desafíos de competitividad” y que “parecen no haber emprendido verdaderamente este proceso”.

De otra parte, el informe analiza la situación de algunas de las mayores economías emergentes y confirma que China, en el puesto 28, sigue ocupando el primer lugar entre ellas en materia de competitividad.

La mayoría, sin embargo, “siguen sufriendo dificultades” en ese ámbito, con Turquía, en la posición 45; Sudáfrica, en la 56; Brasil, en la 57; México, en la 61; y la India, en la 71.

Con respecto a España, el análisis indica que se mantiene estable y reconoce los esfuerzos de reforma emprendidos por las autoridades para contener el déficit presupuestario de los últimos años.

También ha conseguido mejorar la solidez del sistema financiero, reducir la burocracia -medida que alienta al empresariado- y aumentar la flexibilidad del mercado de trabajo, señalan los analistas del Foro Económico Mundial.

Sin embargo, el documento sobre competitividad apunta también a las áreas en las que España debe mejorar, principalmente en la forma en que se perciben las instituciones, con “una mala calificación en términos de corrupción” y de “eficiencia gubernamental”.

Entre las fortalezas que se identifican en el caso español figuran la excelente calidad de las infraestructuras de transporte, los altos niveles de conectividad y el amplio sector de la población que sigue una enseñanza superior, mientras que del lado negativo se menciona el bajo acceso a préstamos, un mercado laboral rígido y las dificultades para atraer y retener el talento.

Se considera igualmente como área a mejorar la insuficiente capacidad de innovación, resultado de una baja inversión en investigación y desarrollo, y de la poca colaboración entre la industria y la universidad.