Petrolera estatal de Ecuador destaca cuidado ambiental en campo amazónico ITT

La petrolera estatal ecuatoriana Petroamazonas destacó hoy el proceso de cuidado ambiental que ha alcanzado en el desarrollo del llamado “Bloque 43”, una zona de extracción de crudo junto al Parque Nacional Yasuní, en el corazón de la Amazonía y declarado como Reserva de la biosfera.

Así lo explicó el gerente de Petroamazonas, Alex Galárraga, durante un recorrido con periodistas por el “Bloque 43”, la zona de explotación de crudo más nueva de Ecuador, situado en el eje conocido como Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT).

En la visita a la denominada “Plataforma A” de dicho bloque, en la región del Tiputini, Galárraga explicó que esta infraestructura se encuentra fuera del Parque Nacional Yasuní.

En el sitio se han instalado ya tres plataformas, de las 26 que se tienen previsto construir, y es la conocida como “A” la que más producción aporta actualmente con 27.000 barriles diarios de crudo.

Para minimizar el impacto ambiental y reducir el espacio utilizado en la superficie, Petroamazonas ha desarrollado una perforación de pozos de extracción tipo horizontal, por el que por un solo ducto pueden desprenderse varios ramales subterráneos a distintas partes del yacimiento.

Además, el crudo extraído es movilizado fuera del área de extracción a una planta de procesamiento donde se reduce su composición de agua y se aprovecha el gas asociado.

Dicha planta, según Nelson Rueda, gerente del Proyecto Bloque 43, se encuentra en la primera fase de construcción y se prevé que en el futuro inmediato puede recibir 250.000 barriles de crudo, aunque su capacidad instalada es de 1,2 millones de barriles.

Con una inversión de 245 millones de dólares, en el campo Ishpingo Petroamazonas extrae crudo pesado, de 14 grados en la escala internacional API, con una mezcla de 62 por ciento de agua.

Rueda explicó que la meta de Petroeamazonas es llegar a finales de 2018 con una extracción de 85.000 barriles diarios de crudo y reveló que se prevé incorporar otro taladro a la zona para mejorar su producción.

En la planta de procesamiento se aprovecha el gas para calentar la mezcla y así se separa el componente de agua hasta que alcance un estándar de exportación, según precisó el jefe de operaciones del Bloque 43, Jorge Lara.

El funcionario destacó el poco impacto ambiental pues, prácticamente, “no hay emisión de residuos de gas” y se ha reducido al mínimo el espacio en superficie utilizado.

Las reservas certificadas del “Bloque 43” superan los 1.600 millones de barriles.

El desarrollo del bloque cumple varias medidas ambientales como la instalación de puentes de dosel y pasos deprimidos en el acceso ecológico existente, los mismos que permiten la circulación de especies animales y evita su contacto con la infraestructura petrolera.

El proyecto ITT tomó importancia en 2007, cuando el expresidente ecuatoriano Rafael Correa lanzó entonces una propuesta para dejar bajo tierra el crudo en esa zona, a cambio de una compensación de la comunidad internacional que permitiría proteger el Parque Yasuní.

Con ello, Ecuador pretendía evitar la expulsión a la atmósfera de 407 millones de toneladas de dióxido de carbono, que se generaría con la combustión del crudo.

El compromiso de la comunidad internacional no cubrió las espectativas y la iniciativa fracasó, por lo que el Gobierno ecuatoriano puso en marcha un “plan B” que suponía la explotación del ITT con la mayor responsabilidad ambiental y social posible, afectando un área menor al uno por mil, del millón de hectáreas que forman el Parque Yasuní.

El Gobierno justificó el proyecto petrolero por los importantes recursos que obtendría de la explotación del yacimiento, pese a las críticas de ambientalistas y grupos indígenas que temen daños ambientales y sociales en esa zona declarada reserva de la Biosfera.

El petróleo es el principal producto de exportación de Ecuador y base importante para la financiación de su presupuesto fiscal.