Un biodigestor anaeróbico, premio Odebrecht al Desarrollo Sustentable

Un biodigestor anaeróbico, combinado con un colector solar y diseñado para el suministro de gas metano a un establecimiento educativo rural ganó hoy el primer lugar en el premio Odebrecht Argentina al Desarrollo Sustentable.

El proyecto fue desarrollado por un equipo de estudiantes de quinto curso de Ingeniería Química de la sede de Resistencia (Chaco) de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Argentina, informaron hoy fuentes de la empresa promotora de estos galardones.

El biodigestor, construido a partir de materiales accesibles y de bajo costo, realiza un proceso en el cual microorganismos descomponen material biodegradable en ausencia de oxígeno, que genera diversos gases, entre los cuales el metano -como en el proyecto premiado- y dióxido de carbono son los más abundantes.

Los gases liberados se aprovechan para ser usados como combustible y la intensidad y la duración del proceso anaeróbico varían dependiendo de diversos factores, entre los que se destacan la temperatura y el pH del material biodegradado.

El segundo y tercer premios fueron para otro equipo de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Resistencia y para el equipo de la Universidad Nacional del Nordeste, respectivamente. Entre los tres equipos ganadores se repartieron 225.000 pesos argentinos, más de 14.000 dólares.

Estos premios, en los que participaron 29 equipos de 24 universidades diferentes, tienen como objetivo incentivar a futuros profesionales de Argentina a desarrollar una propuesta basada en los principios del desarrollo sustentable,

Durante la ceremonia de premiación, en la que se conocieron los cinco proyectos finalistas y se desvelaron los tres ganadores, intervino José Antonio David, director de Pulso Turístico, organización que contribuye al desarrollo sostenible a través de la industria del turismo, que inspiró al público con sus ideas innovadoras sobre la realidad cotidiana.

Los principios del desarrollo sustentable que el jurado valoró en los proyectos presentados fueron que los mismos fueran económicamente viables, ambientalmente responsables y socialmente inclusivos.

Se trataba de estimular a los estudiantes para que participaran en un ejercicio desafiante para desarrollar soluciones de ingeniería y químicos que promuevan el progreso, bien sobre nuevas técnicas de construcción, productos químicos nuevos y procesos petroquímicos o usos alternativos de los materiales sustentables

Los proyectos debían explorar prácticas innovadoras, métodos e ideas que se puedan implementar en una variedad de empresas en el mundo real.