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Jornaleros de Tierra de Barros se unen en defensa del rebusco, el único medio de subsistencia para muchas familias

Recogiendo aceitunas en el rebusco, en Tierra de Barros

Jesús Conde

La palabra ‘rebusco’ está ligada de manera inevitable a Tierra de Barros. Una temporada más el rebusco abre las puertas de un jornal a miles de familias, sin recursos, que esperan este momento como agua de mayo. Se trata de toda la producción que no se recoge, que se queda en el campo, y que durante siglos ha sido una fuente de ingresos para los vecinos.

Precisamente ha sido en época de crisis cuando se ha convertido en el principal medo de subsistencia para muchas personas, que llevan demasiado tiempo engrosando las listas del paro. Para otros, un complemento indispensable con el que engordar los maltrechos bolsillos.

En Almendralejo, por ejemplo, emplea a un millar de personas, lo que denota su importancia.

Se acerca la temporada del rebusco de la uva y la Asociación Regional en Defensa de lo Público recorre los pueblos de esta rica tierra para reivindicar el derecho de los jornales a practicar esta milenaria actividad. Piden que se ponga una fecha para comenzar el trabajo, algo que antiguamente hacían los propios alcaldes en un bando. El motivo de su preocupación, es que la pasada temporada se les puso coto.

La temporada pasada se persiguió

De hecho la pasada temporada, con el Gobierno de Monago, los inspectores sanitarios de la Administración autonómica, acompañados por la Guardia Civil, visitaron a los compradores y advirtiéndoles que es una actividad ilegal porque no se puede establecer la trazabilidad (origen, recorrido y destino) del producto.

El colectivo ciudadano advierte que no se trata de un problema sanitario. Sino que más bien de que el Ejecutivo del PP --dice-- recogía las fuertes presiones de los grandes propietarios. “Lo cierto es que quieren es que haya mano de obra disponible, con salarios bajos, y a su disposición”, denuncia Juan Viera, de la Asociación en Defensa de los Público.

La temporada de la aceituna fue más relajada, y la asociación está convencida de que fue gracias a la presión que social que hubo en las calles.

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