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Análisis Project CARS, el regreso de la simulación más exigente

Project Cars nota

Jaime Pérez

Que levante la mano quien recuerde el último simulador de verdad lanzado para consolas en los últimos años. Lo curioso es que ha habido una auténtica avalancha de juegos de carreras, pero pocos han llegado al nivel necesario para satisfacer plenamente las expectativas de aquellos jugadores que disfrutan de los grandes desafíos al volante.

¿GRID? Un gran intento; ¿Forza? Cada vez más alejado de la simulación más estricta; ¿F1? Buenas intenciones basadas en una licencia atractiva. No hace falta ni mencionar sagas como Need for Speed o DIRT, grandes juegos y muy divertidos, pero incapaces de contentar a los amantes del realismo.

Parece evidente que hay un hueco por rellenar, de ahí que muchos jugadores sigan recurriendo a esos simuladores hardcore como iRacing o rFactor, títulos menos comerciales pero con una clara obsesión por ofrecer una experiencia lo más parecida a las competiciones reales.

Con Project CARS las intenciones son claras, y dado que nadie parece atreverse con un simulador a la altura, puede que sea el momento de hacer vibrar a los usuarios de la nueva generación de consolas con una propuesta alejada de los estándares recientes del género, pero capaz de hacer sentir toda la tensión que requiere una conducción exigente.

Se acabaron las trazadas permisivas y los derrapes imposibles, Project CARS es uno de esos juegos que obligan al jugador a afrontar de forma realista cada curva, cada frenada y cada adelantamiento. Aquí no hay margen de error, y cualquier movimiento en falso hará que acabemos levantando polvo a diez metros del asfalto mientras observamos impotentes como nuestros oponentes nos levantan la posición.

Es un planteamiento que puede resultar frustrante para aquellos que busquen una forma amena y accesible de disputar una carrera, pero como cualquier amante de los simuladores sabrá, pocas cosas son tan gratificantes como calcular bien la frenada, seguir una trazada perfecta y salir de la curva acelerando al límite mientras nuestros neumáticos rozan el piano exterior.

Project CARS se trata de un juego muy poco recomendable para jugadores casuales, pero sabe recompensar como nadie a aquellos que se tomen en serio los desafíos de la conducción profesional, y tenemos que reconocer que llevábamos mucho tiempo añorando la llegada de un lanzamiento capaz de conseguir estas sensaciones al volante.

Eso sí, antes de que algún fan incondicional de rFactor se tire a mi cuello, tengo que advertir que Project Cars no llega a ese nivel de detalle ni a la exquisitez milimétrica de muchas de las características de uno de los simuladores más hardcore del mercado, pero también tengo que admitir que ofrece unas sensaciones en la pista que nada tienen que envidiar al título de Image Space Incorporated.

Un simulador que se aleja de las tendencias.

Un simulador que se aleja de las tendencias.Lo primero que llama la atención en Project CARS, es su alejamiento de las fórmulas habituales en el género, aquí no encontraremos ni dinero, ni concesionarios, ni un sistema de progresión al uso, en realidad, todo el contenido que ofrece el título está disponible desde el minuto uno, y tanto si nos apetece comenzar desde lo más bajo en competiciones de Karts, como si nos encontramos de humor para participar en competiciones a lomos de un Audi R18 TDI, nada ni nadie nos lo impedirá.

Es un planteamiento que se aproxima en mayor medida a una experiencia sandbox en las que los jugadores decidirán qué hacer en cada momento, que a la de un juego de carreras con un propósito claro y definido.

Esto desde luego, es una decisión que puede generar cierto descontento entre los fetichistas automovilísticos que busquen esa agradable sensación de ganar carreras y ahorrar para comprarse el coche de sus sueños, sin embargo, todos aquellos que piensen que esas características no son más que una forma de adornar un juego de conducción, van a encontrar en Project CARS la horma de su zapato.

Aun así, contamos con un modo carrera que nos permite ir participando en eventos organizados que iremos desbloqueando a medida que distintas escuderías y sponsors se interesen por nuestros servicios, pero no hay un sistema de progresión propiamente dicho salvo por la posibilidad de conseguir determinadas medallas o hitos, por lo que en la práctica, el enfoque sigue siendo el mismo: ceder todo el protagonismo a la propia carrera.

Opciones para todos los gustos.

Opciones para todos los gustos.Como todo buen simulador que se precie, contaremos con un impresionante abanico de posibilidades de configuración de nuestros vehículos, desde la elección de la presión individualizada de cada neumático, a las modificaciones de distribución de peso para la carga aerodinámica, pasando por otros tantos ajustes en los amortiguadores, diferencial o el equilibrio de frenos. Todo ello nos permite guardar nuestras propias configuraciones para adaptar nuestro vehículo de forma exhaustiva a nuestras preferencias e incluso establecer estrategias y modificaciones específicas en los pit stops.

Pero Project CARS va un paso más allá en las opciones de configuración disponibles, y aquellos que no quieran meterse en demasiados tejemanejes técnicos, encontraran algunas sorpresas agradables a la hora de configurar las carreras, ya sea para jugar en solitario u organizar competiciones multijugador.

Entre las más llamativas encontramos los cambios dinámicos durante un único evento, como el clima o la hora del día. Por ejemplo, tendremos total libertad para configurar una carrera de forma que empiece nublado, siga con una ligera llovizna, y pase a una tormenta que obligue a todos los participantes a pasar por boxes a cambiar el tipo de neumáticos si no quieren estamparse miserablemente contra las barreras de protección. De igual forma, podremos configurar la carrera para que empiece a una hora determinada y alterar el ritmo al que trascurre el tiempo para que hacer entrar en juego distintas posibilidades de iluminación que puedan afectar a la visibilidad de algunas curvas.

También podremos establecer el ritmo al que se agota el combustible, banderas y penalizaciones, establecer distintos niveles de daño en los vehículos o el desgaste de los neumáticos, lo que a su vez ofrece otros tantos aspectos para planear estrategias durante los distintos eventos.

Project CARS es probablemente uno de los títulos que mejor sabe explotar los distintos aspectos que convierten las carreras en algo emocionante. Cada instante cuenta, y cualquier fallo que provoque algunos segundos extra en nuestra parada en el pitlane, nos puede llevar a esos agónicos momentos que nos hacen maldecir el limitador de velocidad ante el temor de volver a la pista justo por detrás de nuestro principal rival de la carrera.

En el apartado de configuración de asistencias y otras opciones, también encontraremos numerosos parámetros que van desde las ayudas en la dirección o la frenada, al control de tracción o de estabilidad con los que hacer la conducción un poco más amigable, pero que nadie se lleve a engaño, Project CARS sigue siendo un juego exigente incluso con todas las ayudas activadas y nuestra lucha por permanecer en pista será constante.

Quizás la única excepción en cuanto al nivel de exigencia sea el ajuste del nivel de la IA, que nos permite convertir a nuestros oponentes en una panda de incompetentes o en auténticos ases al volante, aunque cabe destacar que en niveles medios-altos, se comportan de forma sorprendentemente creíble. Puede que en ocasiones sean especialmente miedosos ante nuestra simple presencia y den volantazos capaces de sacarles literalmente del asfalto para evitar rayarse la pintura con nuestro lateral, pero en líneas generales, cumplen como rivales.

Modalidades, vehículos y circuitos.

Modalidades, vehículos y circuitos.Aunque pueda verse superado en alguno de estos aspectos por otros títulos del género, Project CARS ofrece una propuesta sólida y con suficientes posibilidades como para asegurar muchas horas de juego.

Al ya mencionado modo carrera, se unen otras modalidades habituales como las pruebas contrarreloj, las carreras en solitario o multijugador donde configurar eventos de fin de semana con sesiones de práctica y clasificación previas a la carrera, o recurrir a los desafíos de la Red de Pilotos, una serie de pruebas que se van actualizando con el tiempo donde los jugadores compiten por conseguir los mejores tiempos en circuitos concretos con un tipo de vehículo determinado. La sobriedad es el aspecto reinante, y no ofrece modo alguno que se salga de las propuestas habituales, algo que agradará a los más puristas, pero que puede decepcionar a los que busquen propuestas originales.

La oferta se complementa con 28 circuitos (más sus respectivas variantes), basados en algunos de los trazados más emblemáticos como Mónaco, SPA, Laguna Seca o Imola; y otras incorporaciones especialmente interesantes como una autopista californiana o un espectacular recorrido por la Costa Azul.

En vehículos tampoco anda corto, ya que cuenta con más de 65 coches de distintas épocas y categorías, que además se irán ampliando mediante nuevas actualizaciones gratuitas y DLCs de pago. Es un repertorio que da mucho de sí, porque para conducir cada tipo de vehículo se requiere un tiempo de adaptación y práctica antes de poder sacar partido a las virtudes y defectos de cada modelo.

Un apartado técnico a la altura de las circunstancias.

Un apartado técnico a la altura de las circunstancias.Visualmente Project CARS cumple sobradamente con su cometido, y podremos deleitarnos con unos modelados muy trabajados y unos efectos de iluminación y reflejos impresionantes.

Las versiones para PS4 y Xbox One, aunque más limitadas que la versión para compatibles y con pequeños defectos como un antialiasing demasiado marcado en algunos momentos, siguen siendo de una calidad excepcional, especialmente en la versión para la consola de Sony que cuenta con una resolución 1080p y una tasa de imágenes por segundo más cercana a los 60fps que a los 50fps, frente a una versión de Xbox One que se queda en 900p y en torno a 10 cuadros menos cuando la carga de procesamiento aumenta. Ambas sufren de caídas más importantes en momentos muy puntuales, pero en líneas generales mantienen un nivel excelente.

Ahora bien, donde Project CARS desata todo su esplendor, es en la versión PC, y si contamos con un equipo potente, tendremos a nuestra disposición todo un festival para nuestros sentidos, incluyendo soporte para resoluciones 12K.

Aun así, el juego peca de algunos escenarios demasiado planos y vacíos que afectan al conjunto y que contrastan con otros recorridos plagados de detalles, aunque en ambos casos la calidad visual tiende a afearse con cada metro que nos alejamos del asfalto. No se trata de un aspecto determinante ni crítico para el disfrute del juego, pero no podemos evitar la sensación de que el impacto visual de los entornos, se ha relegado a un segundo plano de importancia para sus desarrolladores.

Sin embargo, no sería justo pasar por alto los esfuerzos de Slightly Mad para poner el apartado técnico al servicio de la jugabilidad, porque cuando disputamos de una carrera de 32 participantes con coches perfectamente detallados, y con el sol deslumbrándonos mientras apreciamos un accidente con unas físicas de impacto bastante mejor conseguidas que en cualquier otro título del género, las carencias del entorno pasan a ser una minucia a la que cuesta prestar demasiada atención.

Y ahora las pegas…

Y ahora las pegas…A pesar de que Project CARS es un simulador casi redondo, cuenta con algunos desequilibrios y aspectos negativos que también merece la pena mencionar.

El primero de todos lo encontramos en una de las categorías: los Karts, un tipo de competiciones que se agradecen como opción pero que no consiguen alcanzar el nivel de realismo ni la exquisitez de control de cualquier otra categoría superior.

Por otra parte, el juego nos deja algunos bugs y glitches gráficos escandalosos, como coches atravesándose sin impactar y algunos movimientos bruscos donde parece omitirse alguna que otra animación. Por suerte, es algo que afecta casi en exclusiva al pitlane, por lo que no suelen arruinar la carrera en sí. Aun así, dado el mimo con el que se ha tratado el juego en su conjunto, es algo que requiere de un parche urgente.

Una tercera pega la encontramos en el propio planteamiento del juego, y es que a pesar de su enfoque sandbox y de que indudablemente entramos en el terreno de los subjetivo, se echa en falta un mejor sistema de progresión en general, y un mayor número de incentivos o recompensas en particular. No podemos evitar pensar que subir un par de puestos en un ranking o desbloquear una medalla concreta, se torna insuficiente. Además, contar con todos los vehículos de salida, puede provocar la sensación de pérdida de valor de los coches más potentes, y es que como en la vida misma, solemos apreciar mejor lo que ganamos con el sudor de nuestra frente.

Por último, nos ha llamado la atención la ausencia de creación de campeonatos. Es un aspecto que cocha con la indecente cantidad de parámetros y opciones que tenemos para configurar cada evento individual.

Lo mejor

  • Simulación de la buena capaz de hacer las delicias a los jugadores más exigentes.
  • Los efectos climáticos y la forma en la que afectan a las carreras, pocos juegos consiguen esa tensión y posibilidades estratégicas a la hora de pasar por el pitlane.
  • Cada vehículo es un mundo, pero la respuesta a nuestras acciones es absolutamente impecable.
  • El repertorio de vehículos y circuitos, hay para todos los gustos.
  • No hay carrera que no nos deje algún momento para recordar.

Lo peor

  • Algunas carencias técnicas en el diseño de los escenarios, en ocasiones son demasiado planos y faltos de detalle.
  • El pitlane es un auténtico festival de bugs.
  • A pesar de su planteamiento sandbox, no podemos evitar pensar que un sistema de progresión con más incentivos y recompensas, le había hecho un gran favor al conjunto.
  • Los Karts resultan un tanto decepcionantes en comparación con cualquier otra categoría.
  • Se echa en falta la posibilidad de configurar campeonatos.

Conclusiones

Project CARS se trata ni más ni menos del simulador que estábamos esperando, y eso, teniendo en cuenta el nivel de expectativas que venía generando, es todo un logro.

Nos encontramos ante un título exigente como pocos, pero que sabe recompensar una buena conducción, y aquellos que tengan la pericia o la paciencia para exprimir todas sus posibilidades, van a disfrutar como enanos de una experiencia al volante impecable.

Si bien es cierto que cuenta con algunos aspectos mejorables, en conjunto es una obra sólida, cuidada y muy bien conseguida, y no nos cabe ninguna duda, Project CARS ha establecido la base para codearse de tú a tú con cualquier grande del género.

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