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La delicada situación de Esperanza Aguirre pone las cosas más fáciles a Manuela Carmena

Esperanza Aguirre a su salida de la Audiencia Nacional tras declarar como testigo en el juicio de la trama Gürtel

Fátima Caballero

Los rumores de una posible dimisión de Esperanza Aguirre son cada vez más sonoros. Miembros del PP de Madrid coinciden en que la prisión incondicional decretada por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco para el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González puede empujar a Aguirre a tomar la decisión de marcharse. Ni siquiera el Gobierno de Rajoy muestra ya un apoyo abierto en público por ella y su situación como líder de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid es cada vez más cuestionada.

“La reflexión que quiera hacer a título personal o político la tendrá que hacer ella”, ha declarado este viernes el ministro de Fomento, Iñigo Gómez de la Serna. De la Serna ha dejado la decisión en sus manos, pero la “reflexión” solo puede estar encaminada en un sentido: la dimisión.

Precisamente desde Ahora Madrid, que ha esquivado pedir abiertamente su dimisión, también le han solicitado que “reflexione” si dados los últimos acontecimientos puede ejercer “de forma limpia” su trabajo de concejala y portavoz del PP.

Este viernes la alcaldesa, Manuela Carmena, ha asegurado que Aguirre “no está en una condición adecuada para formar parte del Consistorio”. Carmena, que ha evitado siempre hacer declaraciones de este tipo sobre políticos del Ayuntamiento o de otros partidos, en esta ocasión ha sido muy explícita acerca de lo que piensa sobre la continuidad de Aguirre. 

Esperanza Aguirre se ha caracterizado en estos dos años de Gobierno de Manuela Carmena por ser el azote de la alcaldesa, una posición con la que la portavoz del PP en el Ayuntamiento ha contado con el respaldo de numerosos medios informativos. Entre ellos La Razón, que en estos momentos tiene al director del medio, Francisco Marhuenda y a su presidente, Mauricio Casals, imputados por un delito de coacciones contra Cristina Cifuentes, una investigación que se enmarca dentro de la operación Lezo.

La situación de Aguirre ha cambiado radicalmente en tres días. La última acción de su grupo municipal fue registrar una iniciativa para el próximo Pleno municipal en la que solicitan a todos los partidos la condena del tramabús de Podemos en el que aparece, entre otros, la propia Esperanza Aguirre. Esa iniciativa puede caer en saco roto dada la situación de Aguirre. Desde la detención de González, todo el PP en el Ayuntamiento de Madrid está callado, una posición muy diferente a la del partido en la Asamblea de Madrid, que se ha proclamado como el delator de los presuntos delitos de González en el Canal Isabel II. 

Los concejales del PP Percival Manglano e Íñigo Henríquez de Luna, las manos derecha e izquierda actuales de Aguirre en el Ayuntamiento de Madrid que más atizan al Gobierno municipal, no han salido esta semana a denunciar las prácticas “bolivarianas” de los miembros del Gobierno de Ahora Madrid. También ha desaparecido de los ataques del PP y de los focos mediáticos que ocho concejales evitaran condenar el escrache de la CUP al PP catalán, un hecho que cabreó a la alcaldesa. 

La expresidenta de la Comunidad de Madrid tenía ya de antemano, antes de que estallara la operación Lezo, un trance complicado esta semana: su declaración como testigo en el juicio de la trama Gürtel. Este caso y la Púnica han puesto de manifiesto las incalculables “ranas” que han surgido de su gestión.

El Gobierno de Carmena “respira”

El grupo municipal del Partido Popular ha publicado este viernes un vídeo en Twitter en el que Esperanza Aguirre y el resto de concejales del partido preparan la sesión plenaria de la próxima semana. De estas imágenes se podría deducir que la portavoz, por el momento, no está pensando en la dimisión, aunque miembros del PP madrileño apuestan por que el decreto de prisión de González la provoque. Las dudas que estos mismos miembros presentan al respecto radican en el hecho de que un paso atrás de Aguirre ahora supone el fin definitivo de su carrera política, de ahí que “se lo pueda estar pensando”.

Desde el Gobierno de Ahora Madrid “respiran” tras esta semana que ha dejado a Aguirre en la estacada: “Lo ocurrido, sin duda, facilita la acción de Gobierno”, señala a eldiario.es el delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato. Sánchez Mato cree que “por fin podremos centrarnos y destinar nuestro tiempo a hacer política y beneficiar la vida de los madrileños, no a contestar a cada ocurrencia de nuestros compañeros en el Ayuntamiento”. 

“Aguirre lleva rodeada de escándalos de corrupción desde el comienzo de la legislatura, aunque esto esperamos que suponga que los focos mediáticos se centren en lo importante y no en cómo son los trajes de los reyes magos y otras cosas menores por las que se nos juzga constantemente”, defiende el concejal. El resto de la oposición, opina, tienen ahora complicado apoyar las iniciativas que salgan del equipo de Aguirre. 

Purificación Causapié, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, fue la primera en salir a pedir la dimisión de Aguirre tras conocerse la detención de Ignacio González. Para Causapié, Aguirre se encuentra en una situación “insostenible” al ser “muy grave lo que ha sucedido bajo su mandato”. La portavoz socialista considera que una dimisión de la concejala del PP podría ser “positiva” ya que “Aguirre ha condicionado negativamente la política al buscar constantemente la confrontación”. “Es imposible ponerse de acuerdo en nada con el grupo popular porque a ellos solo les interesa la confrontación, una manera de buscar otros elementos en el debate político”. 

Causapié duda de que los rumores sobre la dimisión de Aguirre se materialicen: “Ayer tuvimos reunión de portavoces y aunque estaba más cabizbaja que en otras ocasiones y menos por el enfrentamiento, no parecía tan afectada”.

De llegar una hipotética dimisión de Aguirre será la tercera, la segunda por los escándalos de corrupción de los suyos. Su primera dimisión se produjo en septiembre de 2012 por motivos de salud. Entonces Aguirre renunció a la presidencia de la Comunidad de Madrid dejando como sucesor a Ignacio González.

La segunda llegó en febrero de 2016. Aguirre convocó una rueda inesperada un domingo a mediodía para dejar la presidencia del PP de Madrid por su “responsabilidad política de todos estos años”. La dimisión de la portavoz del PP en el Ayuntamiento llegaba después de que tres días antes la Guardia Civil registrara la sede de la calle Génova que sigue investigando una posible financiación ilegal del partido dentro de la Operación Púnica. Ignacio González dimitió también entonces como secretario general del PP de Madrid.

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