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Las Culpass, feminismo que se lleva puesto

Martae García y Alexandra Cánovas, diseñadoras de Las Culpass / Beatriz García Ros

Elisa Reche

Amigas desde el instituto, Martae Martínez (Madrid, 1987) y Alexandra Cánovas (Murcia, 1988), responsables de la firma de ropa murciana, tenían claro que no querían diseñar “porque sí”.

“Con 16 años no decíamos que éramos feministas”, dice Martae con su manera de hablar pausada. “Pero teníamos muy interiorizado que como chicas no queríamos que nos pisoteasen y decidimos hacer ropa que no veíamos. Más adelante nos dimos cuenta que como marca tienes una responsabilidad con las imágenes que proyectas a la hora de reproducir estereotipos femeninos”, añade.

“De hecho, cuando nosotras empezamos con Las Culpass yo era una persona con muchos complejos físicos. Todo el rato tienes algún tipo de complejo: si eres alta o baja, tienes el pelo liso o rizado, tienes muchas o pocas tetas”, añade Alexandra, más nerviosa que su compañera.

En las fotografías de Las Culpass no echan mano del Photoshop, sólo hay tallas únicas y los modelos son, en gran parte, amigos y familiares. Las prendas respiran un espíritu anarquista y punk. “Mira, ese es mi padre”, señala Alexandra la fotografía de un hombre de pelo canoso que porta su icónico bolso pistolera.

“Siempre me han gustado hacer cosas muy de chico como patinar en rampa y hacer el bestia. También me ha gustado el punk y el hardcore y darme de leches en la primera fila. Sólo había cuatro chicas ahí”, explica Alexandra al no verse reconocida en estereotipos femeninos. “Me molesta mucho la actitud de las mujeres en las películas con el rollo súper delicada y sexy porque no conozco a nadie así, que se pase todo el día seduciendo como en los anuncios, películas, series o videoclips. Me pone muy nerviosa”, añade.

En su taller-tienda suena `Childbirth´de Nasty Grrls. En la sala conviven bobinas de hilo, máquinas de coser, montones de telas y un maniquí cuya cabeza está formada por muchas tetas cosidas, una pieza que hicieron para el aniversario del bar Ocio. Dos clientes miran los parches. Finalmente, Cristina se lleva uno con el letrero `Feminist Fighter´ y Leonor apuesta por un bolso-pistoleras.

Desde las cristaleras del espacio se pueden ver las callejuelas del barrio de Santa Eulalia –o las tascas-, donde conviven los bares de siempre con algunos locales de difícil definición. “En Murcia hay un movimiento `underground´ y, de hecho, creo que los movimientos más `underground´ son en ciudades pequeñas. En las ciudades grandes todo está muy relamido y es cuestión de esperar, mientras que en las pequeñas la gente que tiene ganas de hacer cosas se junta y las hace. Hay un sentimiento de comunidad, aunque hagas cosas distintas, de modo que recibes más la influencia de otros ámbitos. Cuando me llega algo que mola mucho, no suele ser de Madrid o Barcelona”, señala Alexandra.

De hecho, en ningún momento se plantearon irse de Murcia. “Nos pareció más lógico quedarnos aquí: puedes vender a gente que conoces. Mi madre se ponía mis complementos y empezó a vender un montón. Y los padres de Alexandra se han dedicado al textil toda la vida y tienen un taller aquí”, dice Martae. “Todo es más económico, los alquileres más baratos. El sueldo que tenemos en Las Culpass es súper precario. Si así ya hemos ido despacio, en Madrid o Barcelona nos lo habríamos dejado”, añade.

Las diseñadoras también se esfuerzan en producir al máximo en Murcia. “Reciclamos mucho. La línea de complementos están hechos aquí, las hebillas de las pistoleras en Alcantarilla. Las camisetas y las sudaderas las compramos de fuera, pero nos aseguramos de que estén cosidas con unas buenas condiciones laborales”, cuenta Martae.

Ante la pregunta de si han sufrido acoso en internet por erigir la bandera feminista, se muestran relajadas. “Nos ha salido algún troll por internet, pero nosotras mantenemos una actitud de cachondeo”, dice Alexandra.

¿Y qué les preocupa a Las Culpass? “Me preocupan mucho los adolescentes. Internet tiene muchas cosas positivas y negativas. Ves fotos de crías enseñando su cuerpo y mucha gente entiende las redes como un culto al cuerpo, ser guapo y tener muchos `likes´. En lugar de aprovechar la información de internet para alimentar su mente, alimentan su ego”, reflexiona Alexandra.

Por su parte, Martae señala: “Me preocupa la manera en que las instituciones abordan la violencia machista, que los estudios digan que la nueva generación es más machista que la anterior y no se haga nada. Sólo `llama al 016 contra el maltrato´, pero mientras en la televisión se sigue perpetuando los mismos roles”. A lo que Alejandra añade: “Pero qué van a hacer si `Hombres, mujeres y viceversa´ lleva más de ocho años emitiéndose, por el amor de Dios”. Menos mal que también hay personajes como Arya Stark de `Juego de Tronos´ o actrices como Emma Watson, señalan. Y diseñadoras como ellas, añadiría yo.

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