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Sobre este blog

'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.

Feminismo de barrio

Noelia Garberí

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Sobre este blog

'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.

Leyendo a Mikki Kendall y su libro 'Feminismo de barrio: lo que olvida el feminismo blanco' (Capitan Swing, 2022o hegemónico me doy cuenta que son muchas las comunidades marginalizadas ya han desarrollado estrategias y soluciones por cuenta propia, como por ejemplo las mujeres con discapacidad. Kendall habla tangencialmente de este hecho ya que ella misma tiene discapacidad y es muy interesante ya que, tal como ella lo plantea, el feminismo atiende a prioridades variadas y las luchas son diferentes porque las preocupaciones también lo son.

Kendall expone a lo largo del libro que la mayoría de las feministas estadounidenses rara vez habla de la satisfacción de las necesidades básicas como una cuestión feminista. Temas como la inseguridad alimentaria, el acceso a una educación de calidad, barrios equipados, salarios dignos y una atención médica decente son cuestiones que no se contemplan. “Hay poca investigación inclusiva que tenga en cuenta las diferencias raciales y menos el género o la discapacidad”, (pág, 121) afirma Kendall.

El capítulo titulado 'Hambre' habla de cómo la comida basura puede no ser saludable, pero es un recurso eficaz usado por las familias monomarentales y su prohibición sin alternativas asequibles acaba apoyando discursos gordofóbicos y aporafóbicos que culpan a las madres de no poder salir de su propia condición de pobreza, mientras el precio del resto de alimentos (perecederos para los que necesitas, por ejemplo, nevera) no dejan de subir. Como ella señala: “Hay una historia detrás de cada menor almorzando una bolsa de patatas fritas y un refresco en la parada del bus; no es algo que se explique por falta de conocimientos sobre nutrición, pereza o abandono” (pág. 46).