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Duelo mexicano de comisiones de investigación

Constitución el pasado lunes de la Comisión de Investigación sobre el 'caso Koldo' en el Senado. EFE/ Fernando Villar

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Ya decíamos otro día cómo por fin la derecha le ha encontrado una utilidad al Senado, tras décadas de siesta institucional: convertirlo en otro Congreso. De hecho, convertirlo en el Congreso bueno, el auténtico, el legítimo. Además de legislar contra lo que legisle el Congreso, reprobar ministros y darle vidilla a sus antes mustias sesiones de control, la derecha ha descubierto que también sirve para montar comisiones de investigación, contraprogramando a las que el resto de partidos puedan montar en el Congreso. La buena es la del Senado, por supuesto.

Da lo mismo que sea de dudosa constitucionalidad la convivencia en paralelo de dos comisiones de investigación sobre los mismos asuntos. La derecha corrió este lunes para constituir la del Senado un día antes de que arranque la del Congreso, y solo le faltó gritar “¡Primer!”. Ambas comisiones funcionarán en paralelo, y darán titulares semanales, lo que permitirá que periodistas, articulistas, tertulianos, tuiteros y comentaristas de bar elijamos una u otra según nuestra simpatía política. Así de paso le encuentran utilidad también a las comisiones de investigación, que raramente han servido para investigar y solían terminar con cada grupo confirmando sus conclusiones previas. Ahora por lo menos servirán para contentar a todo el espectro político, cada uno con su comisión. La mía siempre será la buena, la de verdad.

Por ahora falta conocer las listas de comparecientes de las dos comisiones. Y ahí PP y PSOE están jugando a eso tan clásico del cine de acción que se conoce como ‘Mexican Standoff’, el duelo mexicano: cuando dos bandas enfrentadas se cruzan, uno saca un arma y apunta al de enfrente, que a su vez desenfunda, y poco a poco los de un lado van encañonando a los del otro bando, hasta acabar todos enfilados: nadie se atreve a disparar porque pueden acabar todos muertos.

Así en las comisiones: si el PP apunta a los ex presidentes autonómicos socialistas que hoy son ministros, el PSOE pone la mirilla en las autonomías populares. Si el PSOE o sus socios llaman a Ayuso, el PP llamará a Armengol. Si el PP se atreve a citar a Sánchez, el PSOE encañonará a Feijóo. ¿El novio de Ayuso? ¡Nosotros tomaremos como rehén a la mujer de Sánchez! Los socios independentistas se sumarán al duelo mexicano apuntando sus armas contra Salvador Illa, ex ministro de Sanidad y hoy candidato socialista en las inminentes catalanas.

Es muy exacto hablar de “guerra fría de comisiones”, pues tiene algo de aquella “destrucción mutua asegurada” con la que empataban Estados Unidos y la Unión Soviética el siglo pasado: nadie apretaría el botón rojo porque el cruce de misiles nucleares que se desencadenaría, terminaría por arrasarlo todo. En las comisiones paralelas de Congreso y Senado va a funcionar la “investigación mutua asegurada”, con la diferencia de que aquí sí hay quien está dispuesto a disparar con todo, por mucho daño que haga a las instituciones y a la democracia misma.

Esa es la ventaja con la que cuenta siempre la derecha: que si al final todo es ruido, confusión, niebla, vocerío simultáneo, comisiones paralelas, acusaciones mutuas y conclusiones contrapuestas, se genera una sensación (falsa pero eficaz) de “todos son iguales”, “todos corruptos”, en la que sale perdiendo la izquierda, cuyo votante tiene unos niveles más altos de intolerancia a la corrupción.

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