Barroso ve negativo para Portugal un Gobierno que incluya a Bloco de Esquerda

El que fuera primer ministro portugués y ex presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, alertó hoy de los riesgos que entraña para Portugal la conformación de un Gobierno que incluya al Bloco de Esqueda.

En una entrevista concedida al rotativo luso “Diario Económico”, Durao Barroso calificó de “negativo” para el país un Ejecutivo en el que participen los marxistas del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista.

“Hay una cosa que sé: los electores socialistas no votaron al Partido Socialista para formar Gobierno con el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda. Todo el mundo sabe que no fue ése el sentido del voto de los electores socialistas”, opinó sobre las negociaciones abiertas entre las tres formaciones.

Las elecciones legislativas del pasado 4 de octubre en Portugal dieron la victoria a la coalición de centroderecha -a la que pertenece Durao Barroso- con el 39 % de los votos, aunque le retiraron la mayoría absoluta de la que gozaba desde 2011.

Ante este panorama, los socialistas -que lograron el 32 % de los sufragios- recuperan protagonismo, ya que los conservadores quieren su apoyo para poder gobernar.

Sin embargo, la suma de sus diputados junto a los de comunistas y marxistas daría también mayoría absoluta, por lo que si llegaran a un acuerdo -y el jefe del Estado, el también conservador Aníbal Cavaco Silva, otorgara su visto bueno- existe la posibilidad incluso de haber un Gobierno tripartito de izquierdas en Portugal.

“Me parecería negativo, desde el punto de vista económico e incluso para la imagen del país, que aquellos que no aceptan los compromisos internacionales de Portugal, que se oponen a la UE y al Tratado Presupuestario, lleguen al Gobierno”, señaló.

“En ese caso, desde el punto de vista internacional, las personas comenzarían a decir: ¿Qué Gobierno es este?. ¿Es un Gobierno que va a cumplir o no con sus obligaciones?”, insistió.

Por este motivo, Durao Barroso instó a conservadores y socialistas a que haya “un esfuerzo entre las fuerzas políticas que comulgan con los mismos principios en términos europeos e internacionales para llegar a un acuerdo”.