Francia condena a 8 años a los etarras “Peru” y “Xarla”

La justicia francesa condenó hoy a penas de ocho años de cárcel a los etarras Mikel Oroz, “Peru”, y Alejandro Zobarán, “Xarla”, como principales responsables de un comando de la logística militar en el que estaban también Iban Saez de Jáuregi y Urko Labaka, sentenciados a siete y seis años, respectivamente.

La Fiscalía había solicitado diez años para Oroz y para Zobaran, la pena máxima posible por los delitos por los que estaban acusados, en particular el de terrorismo.

Los jueces, en cualquier caso, decidieron la expulsión definitiva de Francia al término de sus condenas de los cuatro, que fueron arrestados el 10 de marzo de 2011 en una casa rural que habían alquilado cerca de la localidad de Willencourt, muy cerca de la frontera belga.

El fiscal Ludovic Lestel reconoció que durante la instrucción no se pudo demostrar que “Xarla” fuera el jefe militar de ETA, como dijeron las autoridades españolas en el momento de su captura, ni que “Peru” estuviera al frente de la logística de ese aparato.

Pero sí que hizo hincapié en que Oroz “tenía un lugar particularmente importante” en la logística, donde se encargaba de la fabricación de explosivos, de la formación de otros activistas en cuestiones de artefactos o de la gestión de los zulos de arsenales, y que estaba “próximo a la dirección” de la organización terrorista.

Además, Lestel explicó que “Peru” había estado al frente del “trío” dedicado a la fabricación de explosivos que conformaron Oroz, Zobaran y Faustino Marcos Álvarez, hasta el arresto de este último al entrar en España en un tren procedente de Francia el 15 de febrero de 2010 con el encargo de montar en Cataluña un laboratorio para construir ese tipo de artefactos.

“Oroz Torrea estaba tremendamente comprometido con las actividades mortíferas” de la banda, comentó el representante del Ministerio Público.

En una línea paralela, señaló que Zobaran, que también tuvo “proximidad” con los dirigentes de ETA, realizó el mismo tipo de funciones de fabricación de explosivos, tareas de formación en el mismo sentido y también se ocupó del aprovisionamiento de zulos, como lo demuestra las trazas que dejó en algunos de esos escondites descubiertos en territorio francés en 2009.

Lestel subrayó que Oroz y Zobaran coincidieron en el “laboratorio” de explosivos que la banda tuvo entre agosto de 2008 y noviembre de 2009 en una casa de Bussy (centro de Francia), y de donde -siempre según la acusación- salieron los artefactos utilizados por ETA en la última campaña de atentados en España, en el verano de 2009.

De Saez de Jauregi el fiscal indicó que su entrada en la clandestinidad solo se ha podido demostrar desde 2009, y en el caso de Labaka desde 2010.

Pero insistió en que al ser capturados, Oroz y Zobarán formaban parte de un comando que “era una verdadera fuerza para la organización” por su carácter “operativo”, sobre todo porque estaba “particularmente activo en la fabricación de explosivos” y en la gestión de los arsenales militares.

De hecho, Lestel recordó que esa estructura de la logística militar seguía activa en marzo de 2011, pese a que ETA el 8 de enero de ese año había anunciado una tregua.

Según el análisis del fiscal, la captura del comando de Willencourt tuvo un impacto en la declaración por la banda el 20 de octubre de ese mismo 2011 del cese definitivo de la lucha armada.

Una declaración, sobre la que Lestel manifestó dudas porque esa tregua “no se concreta nunca”, entre otras cosas a la vista de la actitud de los cuatro ahora condenados, que “hace temer la reanudación de sus actividades, cuando menos su vuelta a la clandestinidad”.

El presidente del tribunal, Denis Coué, interrumpió a Oroz, que al final del juicio quiso aprovechar la palabra que se da en última instancia a los acusados para leer un texto en el que ofrecía una dimensión política a la acción de ETA.

Coué le impidió continuar con el argumento de que se le permitía hablar pero únicamente para referirse a cuestiones vinculadas a los hechos examinados en el proceso, y no para dar sus razones sobre el origen de la organización, en alusión al comentario que el etarra había hecho señalando que ETA nació como reacción al régimen franquista.