Merkel reconoce el bloqueo de su vía diplomática para el conflicto de Ucrania

La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció hoy que no hay avances en la implementación del Acuerdo de Minsk, la hoja de ruta diplomática para desactivar el conflicto en el este de Ucrania, pero insistió en que ése es el camino.

La jefa del Gobierno alemán lamentó en una comparecencia conjunta en Berlín con el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, que no se hayan ejecutado en su totalidad los puntos de carácter militar del pacto y animó a las partes a iniciar la negociación de los apartados políticos.

“No estamos donde querríamos”, admitió Merkel con respecto al ritmo de implementación del segundo acuerdo de Minsk, negociado el pasado febrero por Poroshenko, la canciller y los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Francia, François Hollande.

Merkel -que el domingo abordó con Putin la crisis de Ucrania en un encuentro en Moscú, sólo para constatar las diferencias que les separan- indicó que aún no se ha conseguido una “tregua completa” en las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk, un elemento básico sobre el que construir la pacificación del este de Ucrania.

El alto el fuego, que entró en vigor poco después de que se alcanzase el acuerdo, ha sufrido innumerables violaciones por ambas partes, aunque las bajas mortales de militares y civiles desde entonces se ha reducido sensiblemente.

Poroshenko, por su parte, lamentó que continúen las escaramuzas en algunos puntos calientes de las regiones en conflicto y que “Ucrania tenga que perder cada día a sus mejores hijos” en combates contra los rebeldes prorrusos.

El presidente ucraniano denunció asimismo que no percibe “ningún progreso” en el punto sobre la retirada de las armas pesadas de la denominada “línea de contacto”, la franja entre la zona controlada por el ejército ucraniano y la que dominan los rebeldes respaldados por Rusia.

El tipo de armamento pesado que debía ser retirado del frente quedó establecido en el Acuerdo de Minsk del 12 de febrero, aunque luego la lista fue ampliada el 13 de abril en un encuentro en Berlín de los ministros de Exteriores de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia.

Otro elemento que contribuye al bloqueo general del proceso de pacificación del este de Ucrania es el de la liberación de todos los prisioneros de guerra, una cuestión paralizada desde marzo.

Poroshenko agregó a este respecto que al menos treinta militares ucranianos están en la actualidad encarcelados en centros de detención en Rusia.

Con respecto al ámbito político del acuerdo, la canciller celebró la formación de los cuatro grupos de trabajo -seguridad, política, economía y ayuda humanitaria- con representantes de Moscú, Kiev, los rebeldes y la Organización para la Seguridad y la Cooperación Económica (OSCE), pero les instó a “ponerse a trabajar”.

Poroshenko hizo especial énfasis en la necesidad de cumplir íntegramente con los aspectos militares del acuerdo de paz, antes de empezar con los políticos.

Pese a haberlos aceptado en Minsk, los puntos de carácter político suponen dolorosas concesiones para el Gobierno de Kiev ya que le comprometen a reformar su Constitución y a la celebración de elecciones y la puesta en marcha de un diálogo nacional.

Pese a la falta de avances, tanto Merkel como Poroshenko se mostraron convencidos de que la solución diplomática es la única salida para este conflicto, que arrancó en abril de 2014 y ha causado ya más de 6.000 muertes, según las estimaciones de las Naciones Unidas.

“Es trabajoso, es molesto. Pero Ucrania se merece todo el apoyo para alcanzar el éxito económico y la paz”, aseguró la canciller.

El presidente ucraniano coincidió en que “no hay alternativa a Minsk”.

En Turquía, el titular de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, describió hoy en un encuentro ministerial de la OTAN que es “interminablemente trabajoso hacer realidad el Acuerdo de Minsk”.