La UE espera “discutir” y “aclarar” sus diferencias con Rusia en la cumbre

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, declaró hoy que la cumbre entre la Unión Europea (UE) y Rusia del próximo martes servirá para trabajar de forma “constructiva” en intereses mutuos, pero también para “discutir” y “aclarar” aquellos elementos en los que difieren.

“Esta cumbre es una oportunidad para una verdadera reflexión sobre la naturaleza y dirección de la asociación estratégica entre la UE y Rusia”, dijo Van Rompuy en un comunicado previo a la trigésimo segunda reunión bilateral, que se celebrará en Bruselas.

“Nuestros intereses comunes son muchos y nos animan a trabajar juntos de manera constructiva”, aseguró.

Pero la UE y Rusia también tienen “varias diferencias que necesitan ser discutidas y aclaradas”, añadió.

Pidió, en concreto, que ambas partes se centren en este momento en su vecindad común, los procesos de integración regional, cuestiones comerciales y sus compromisos internacionales.

Van Rompuy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recibirán al presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión que, según explicaron fuentes comunitarias, tendrá un formato más restringido para que los líderes centren sus discusiones en los asuntos clave de la relación.

“Tanto Rusia como la UE tenemos mucho que ganar reforzando nuestra cooperación como socios estratégicos, pero para que esto tenga éxito necesitamos entendimiento mutuo y confianza estratégica”, dijo, por su parte, Barroso.

El jefe del Ejecutivo comunitario confió en “consolidar” ese objetivo en la próxima cumbre a través de “una discusión abierta” sobre los intereses “comunes”, así como sobre “las diferencias y las mejores maneras de superarlas”.

“Un diálogo honesto, que mire hacia el futuro de nuestras relaciones económicas y políticas es críticamente importante en beneficio de nuestros pueblos y de un continente democrático, próspero y estable”, concluyó.

Fuentes comunitarias afirmaron que las discusiones entre los líderes se centrarán tanto en “intereses comunes” como en “las diferencias a la luz de recientes acontecimientos”, incluyendo las respectivas iniciativas de integración económica, su vecindad común o cuestiones comerciales como sus obligaciones como miembros de la Organización Mundial del Comercio.

El portavoz comunitario, Olivier Bailly, destacó hoy en la rueda de prensa diaria de la Comisión Europea que, en el marco de las discusiones sobre vecindad, la situación en Ucrania será uno de los puntos que abordarán.

En noviembre pasado, el régimen de Kiev se negó a firmar en el último minuto un acuerdo de asociación con la UE y optó por acercarse más a Moscú a través de un préstamo sin condiciones de 15.000 millones de dólares y una rebaja en los precios del gas importado de Rusia, lo que desencadenó protestas y manifestaciones masivas pidiendo un acercamiento a Europa.

La UE se ha ofrecido a ayudar a fomentar el diálogo entre las autoridades ucranianas y la oposición con vistas a que cese la violencia en las calles, y por esa razón viajará la próxima semana a Kiev la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.

Mientras, Rusia asegura que está dispuesta a actuar como mediador si Ucrania se lo solicita, según confirmó esta semana el embajador ruso en Bruselas, Vladímir Chizhov.

Por otra parte, la UE elevó el tono con las autoridades ucranianas tras registrarse dos fallecidos esta semana en protestas en Kiev y aludió a la posibilidad de adoptar medidas que repercutan en la relación con ese país, pero Rusia mantiene que no hay que utilizar “el lenguaje de las sanciones” sino el de “el apoyo y la asistencia”.

En paralelo, la UE y Rusia harán un balance de las negociaciones para un nuevo acuerdo de asociación y para liberalizar los visados, y abordarán asuntos como los derechos humanos, la situación en Siria, el proceso de paz en Oriente Medio o los avances en la negociación sobre el programa nuclear iraní.