UE busca reforzar control en Mediterráneo, pero es escéptica ante vía militar

La Unión Europea (UE) acordó hoy estudiar nuevas opciones para luchar contra las mafias que trafican con personas y productos a través del Mediterráneo aprovechando la inestable situación en Libia, pero recibió con escepticismo la propuesta italiana para desplegar una operación naval en la zona.

Los ministros de Asuntos Exteriores del bloque, reunidos en Bruselas, encargaron a la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, la elaboración de un informe con ideas para actuar en el Mediterráneo de forma más amplia, reconociendo que la actual situación tiene implicaciones de seguridad.

Ese fue el mensaje que la ministra italiana, Emma Bonino, transmitió a sus colegas europeos para defender la organización de una operación militar de patrulla en aguas mediterráneas por parte de la UE.

Según Bonino, la situación de desgobierno que vive Libia ha hecho que en la frontera sur de la UE el problema ya no sea sólo de inmigración irregular, sino también de una potencial amenaza criminal e incluso terrorista.

La ministra italiana apuntó a las sospechas de que entre las personas que llegan al país norteafricano para tratar de acceder a Europa no sólo hay inmigrantes que buscan un futuro mejor, sino también “yihadistas” y miembros de Al Qaeda.

Esa preocupación por la situación en Libia ha sido respaldada por los Veintiocho, que en un documento de conclusiones aprobado hoy subrayaron su inquietud por el deterioro institucional y de seguridad que vive ese país y por sus consecuencias para la UE.

También destacaron la “amenaza significativa” que supone la existencia de armas y municiones heredados del régimen de Muamar al Gadafi.

Los responsables de Exteriores se comprometieron a reforzar el apoyo europeo a las autoridades libias en materia de gestión de fronteras, a la hora de combatir el tráfico de personas, armas y bienes ilícitos, en la lucha contra el terrorismo y en la destrucción de los arsenales.

“La UE responderá a estos desafíos con todos los instrumentos apropiados”, señala el texto.

Sin embargo, la idea italiana de desplegar una misión naval inspirada en la que la UE tiene en el Índico para combatir la piratería fue recibida con frialdad.

“No todo el mundo está convencido de que sea la mejor manera de reaccionar”, explicó una fuente comunitaria.

Para países como España, la situación en el Mediterráneo no es “equiparable” a la que existía frente a las costas de Somalia, según dijo hoy el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito.

El Gobierno español considera además que la del Mediterráneo sería una operación “compleja” y que requeriría “muchos recursos”.

Otras fuentes diplomáticas apuntaron a la lentitud con la que habitualmente se despliegan este tipo de misiones como uno de los grandes obstáculos.

El Servicio Europeo de Acción Exterior se encargará ahora de plantear posibilidades concretas de actuación a los Veintiocho y de tratar de ofrecer una respuesta más global al problema, en la que se unan los distintos esfuerzos que la UE está llevando a cabo con los países del norte de África.

Además de Libia, los ministros de Exteriores europeos analizaron hoy la situación en Siria, donde subrayaron la necesidad de mejorar la asistencia humanitaria, y en Egipto, donde el bloque ve potencial para un proceso de reconciliación entre las distintas partes.

Los Veintiocho se encargaron también de preparar la cumbre de la Asociación Oriental que la UE celebrará la próxima semana en Vilna con seis repúblicas exsoviéticas del Este de Europa.

En ese contexto, volvieron a instar a Ucrania a completar sus reformas en el campo de la Justicia y, sobre todo, a resolver el caso de la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko si quiere sellar durante el encuentro el acuerdo de asociación y libre comercio que ha negociado con Bruselas en los últimos años.