Marruecos presenta los primeros agentes de su policía medioambiental

Las autoridades marroquíes presentaron hoy el primer grupo de agentes de la policía medioambiental que van a vigilar el respeto de los compromisos medioambientales de todos los proyectos y centrales del país.

“Por primera vez Marruecos se dota de una Policía de Medioambiente que tiene todos los requisitos para garantizar una continuidad en su trabajo”, se congratuló hoy la ministra en funciones de Medio Ambiente, Hakima Haiti, en un acto organizado en Rabat.

Este primer grupo compuesto por 45 inspectores, todos ellos funcionarios del ministerio, trabajan en coordinación estrecha con la policía nacional y la Gendarmería Real (policía rural) para llevar a cabo su misión, y han sido dotados de vehículos y equipamiento especial, aunque de momento sin un uniforme propio.

Los inspectores se encargan de llevar a cabo controles en las diferentes centrales de tratamiento de aguas residuales, o los centrales de desechos sólidos peligrosos.

También realizarán inspecciones de todos los vehículos que transportan todo tipo de residuos peligrosos y no peligrosos, incluidos los importados del extranjero, y averiguarán si los proyectos de inversión sometidos a la llamada cláusula de “acceptación medioambiental” respetan sus compromisos declarados en los contratos programa.

“Si un determinado inversor comete infracciones medioambientales aceptables tiene en contrapartida que compensarlo con otras acciones como plantado de árboles o reducción de sus emisiones”, explicó a Efe el director de Comunicación en el ministerio de Medioambiente, Mohamed Benyahia.

Si los inspectores constatan graves infracciones, redactan un informe que se remite ante la Fiscalía General, a la que corresponde abrir trámites judiciales contra los infractores.

Marruecos apuesta por el desarrollo sostenible en sus políticas públicas y ha aprobado desde el año pasado una serie de medidas destinadas a proteger el medioambiente como la prohibición definitiva de la comercialización de las bolsas de plástico o de la importación de residuos destinados a la incineración.

Esto culminó con la acogida de la Cumbre del cambio climático COOP22 que se celebró en Marrakech el pasado mes de noviembre.