Las víctimas del falso médico de Ferrol piden un “juicio cuanto antes”

La presidenta de la Asociación de Afectados de Intrusismo Médico-Sanitario, Esther Fontán, ha pedido hoy que “se ponga una fecha de juicio cuanto antes” en relación con el caso del falso médico de Ferrol, para el cual la Fiscalía anunció este jueves que exige penas por encima de los 300 años de cárcel.

En una entrevista en Radio Galega, Esther Fontán ha estimado que tras ese escrito “los plazos empiezan a correr”, pero ha sostenido que la Justicia “llega un poco tarde” en relación con las víctimas de José Manuel López Pérez, conocido como Coté.

Por ello, ha demandado a la Audiencia Provincial de A Coruña que “no haga esperar más” si quiere “compensarnos”.

Fontán ha abogado por “reparar este daño”, augurando que “por desgracia esto no va a terminar en la Audiencia Provincial” y que el acusado “recurrirá al Tribunal Supremo” si merece una sentencia desfavorable a sus tesis.

Ha indicado que “140 personas estamos esperando por ese juicio” y que el próximo 6 de febrero “se cumplen nueve años de la primera detención de este hombre; ya iba tocando”.

La representante del colectivo de afectados por Coté ha observado que “hay compañeros que han agravado sus dolencias; otros, afortunadamente, están en una situación estable, y algunos también mejoraron”.

En todo caso, ha matizado que “la mayor parte, cuando entraron en la sanidad pública, mejoraron” y que “hay un número importante de compañeros cuyas dolencias van a estar ahí de por vida”.

Entre ellas, figuran casos de invalidez “de por vida, algún brazo inutilizado” o “piernas que ya no funcionan por una lesión”, así como “un compañero que ya no está entre nosotros”, por el cual la Fiscalía alude a un delito de “homicidio por imprudencia grave”.

Asimismo, se cuentan “dolencias importantes a nivel neurológico, muscular” u óseo, junto a la “pérdida de tiempo que supuso en la cura de muchas dolencias” y las “secuelas psicológicas, además de las físicas”.

Esther Fontán ha destacado sobre López Pérez que “está haciendo una vida muy placentera” en Ferrol, dedicándose a “actividades de tipo mercantil privado” y residiendo “en un piso de 400 metros cuadrados”.

Además, “percibe 3.000 euros por las cantidades embargadas para el sostenimiento de su familia, viaja mucho” y “goza de vehículos de alta gama, placeres de los que la mayor parte de españoles no gozamos”.

Ha admitido que sus víctimas lo ven por las calles “más a menudo de lo que nos gustaría; lleva ocho años en la calle, nos cruzamos a diario con él”.

Por último, ha relatado que Coté disponía de “una capacidad psicológica muy importante” y que se ayudaba de una “puesta en escena” en su clínica: “A nadie se le ocurre preguntar si es de verdad un médico; muchos fuimos enviados por otros médicos”.

“La clínica llevaba más de 15 años abierta, nada hacía sospechar que algo así pudiera acontecer”, ha añadido, recordando que “sobre esa clínica pesaba una orden de cierre del Tribunal Supremo que no se llevó a cabo”.

Así, ha subrayado que no cabía “desconfiar de este hombre cuando todo lo que le rodeaba permitía que estuviera abierta”.

Preguntada por otros casos semejantes en el resto de España, Fontán ha considerado que en “cualquier lugar todas las semanas, como mínimo, sale alguno”, refiriéndose a “falsos ginecólogos o falsos psiquiatras, hay de todo pelaje”.

Sin embargo, ha advertido de que “donde más se produce este tipo de intrusismo es en el área de los fisioterapeutas, quiroprácticos, masajistas u osteópatas; el 95% carece de titulación”.

De este modo, ha sugerido que “antes de poner su espalda o cualquier otra parte del cuerpo en manos de cualquier quiropráctico u osteópata” se pida su “certificación universitaria española; si no, pueden acabar con una lesión bastante más grave y no hay duros a cuatro pesetas”.