Estoy segura de que la mayoría de quienes estáis leyendo este artículo compartisteis exactamente la misma sensación de alivio que experimenté el pasado domingo, una vez conocimos los resultados electorales. Estoy convencida de que ya el lunes respirábamos mejor, superada la desazón que provocaba imaginar que el gobierno de tu país caía en manos de la ultraderecha. No obstante, y pese a esa sensación de cierta tranquilidad que las urnas nos han dado, lo cierto es que el monstruo aún no ha sido derrotado.
Anida ya en el Palacio de San Telmo, sede del gobierno de la Junta de Andalucía, desde donde implementa políticas que eliminan impuestos para los más ricos mientras, por ejemplo, aumenta el precio de las guarderías públicas para el común de la población. Afortunadamente el monstruo de tres cabezas mordió el polvo el pasado domingo, pero concurre a las próximas elecciones municipales, amenazando ese espacio de libertad y convivencia que son nuestros pueblos y ciudades.
De los recientes resultados podemos extraer una lectura clara, cristalina: tanto en España como en Sevilla existe una mayoría de personas que quieren más justicia social, que anhelan que la prosperidad llegue a todos los hogares, que no desean retroceder medio siglo y que no están dispuestos ni dispuestas a renunciar a los derechos y libertades que juntas hemos conquistado. Hay una pregunta que, sin embargo, debemos hacernos: ¿cómo conseguiremos convocar a las urnas el próximo 26 de mayo a esa mayoría social que se visibilizó el pasado domingo? La abstención sigue siendo una amenaza muy real.
Quedan apenas unas semanas por delante y, quienes creemos en una Sevilla más justa y que avanza, tenemos la obligación de trasladar a nuestros vecinos y vecinas cuál es nuestro modelo de ciudad, cuáles son las propuestas queremos poner en marcha y cómo vamos a hacer frente a los problemas más urgentes de nuestra ciudad. Las organizaciones y las personas que conformamos Adelante Sevilla recorreremos calles y barrios para contar a nuestros vecinos y vecinas que, bajo el sol de esta primavera, en Sevilla puede arraigar la esperanza.
Hace ocho años Juan Ignacio Zoido tomaba posesión como Alcalde de Sevilla. Nunca como hasta entonces, durante su mandato, creció tanto la desigualdad en nuestra ciudad. Arreciaba la crisis, las cifras de desempleo batían records y una ola de desahucios desangraba nuestros barrios mientras el por entonces alcalde permanecía ajeno a todo ese dolor.
Hoy, tras cuatro años de mandato de Juan Espadas, Sevilla sigue atenazada por los mismos problemas. Los datos objetivos lo dejan claro: siete de los quince barrios más pobres de España están en nuestra ciudad; 70.000 personas desempleadas; un 60% de asalariados que no perciben ni siquiera 1.000 euros; 3 desahucios cada día; y unos alquileres que aumentan conforme proliferan los pisos turísticos. Si preguntamos a cualquier sevillano o sevillana en qué ha cambiado su ciudad durante estos últimos cuatro años, la respuesta más probable será que “en poco o en nada”.
Hace cuatro años Participa, el grupo municipal del cual he sido portavoz, suscribía un acuerdo de investidura con el señor Espadas para implementar un total de 81 medidas imprescindibles durante la legislatura. Ninguna de las mismas se ha cumplido al 100%. Pero es más, en estas próximas elecciones el programa electoral del PSOE volverá a incluir medidas que ya recogía hace cuatro años. La razón fundamental es que Juan Espadas ha cumplido con pocos de sus compromisos y promesas.
La última noche electoral nos dejó imágenes inauditas. La multitud, congregada para festejar la victoria socialista, gritaba enfervorecida “¡Sí se puede!” cuando la imagen de Unidas Podemos aparecía en la pantalla. Y un exultante Pedro Sánchez no podía evitar un gesto de contrariedad cuando hacía acto de presencia y sus propios militantes y votantes coreaban un rotundo “¡Con Rivera NO!”. Durante estos años hemos cometido errores y, tras los próximos comicios y una vez nuestro país conforme un gobierno, será necesario abrir un debate interno para redefinir nuestro proyecto político. No obstante, hay algo que la mayoría progresista de nuestro país sabe: nunca nos hemos equivocado de bando y, por eso mismo, sólo nosotras podemos garantizar que avanzaremos en justicia social.
De la misma manera, si queremos una ciudad más justa y próspera, que haga frente al reto del cambio climático, que garantice el derecho a la vivienda, capaz de fomentar el empleo digno y estable, y que entienda que un turismo regulado puede ser un motor para redistribuir la riqueza, el próximo 26 de mayo solo hay un voto útil posible: Adelante Sevilla.
En el Museo del Prado se guarda un aguafuerte de Goya conocido por un título sobrecogedor: ‘El sueño de la razón produce monstruos’. No permitamos que la razón se quede dormida este próximo 26 de mayo. Recordemos lo que sucedió en Andalucía en los pasados comicios autonómicos y permanezcamos despiertos y despiertas. Porque hubo un día, también en mayo aunque allá por el año 2011, en el que la ilusión brotó en las plazas de nuestra ciudad cuando irrumpía el movimiento 15M. “Despertamos, porque estábamos dormidos”, decíamos en aquel entonces. Permanezcamos despiertos y despiertas ahora. Porque los monstruos esperan su momento para emerger desde las sombras. En las próximas elecciones municipales podemos desterrar definitivamente el odio y arraigar la esperanza, una semilla que florecerá para darnos como fruto la Sevilla que queremos.
Susana Serrano, candidata a la Alcaldía de Sevilla por Adelante Sevilla
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